sábado, 13 de mayo de 2017

23 de Septiembre de 2.017…… ¿qué va a ocurrir, realmente?


Si uno entra en Internet por estos días (en especial a páginas en inglés), se sorprenderá por la ingente cantidad de información que aparece últimamente relativa a la fecha mencionada y casi todas publicadas entre el período Marzo/Mayo, cuando la cuestión es que hace tan solo unos meses, no teníamos ni la más remota idea acerca de dicha fecha…… pero empecemos por el principio:

Cuando Dios creó los cielos visibles y todo lo que en ellos habita, no nos dejó sin explicación acerca del propósito de dicha creación material; veámoslo:

Y Dios pasó a decir: “Llegue a haber lumbreras en la expansión de los cielos para hacer una división entre el día y la noche; y tienen que servir de señales y para estaciones y para días y años. 15 Y tienen que servir de lumbreras en la expansión de los cielos para brillar sobre la tierra”. Y llegó a ser así. 16 Y Dios procedió a hacer las dos grandes lumbreras, la lumbrera mayor para dominar el día y la lumbrera menor para dominar la noche y también las estrellas. 17 Así las puso Dios en la expansión de los cielos para brillar sobre la tierra 18 y para dominar de día y de noche y para hacer una división entre la luz y la oscuridad. Entonces vio Dios que era bueno. 19 Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día cuarto.” (Gén. 1:14-19).

Y si bien es cierto que el Sol, la Luna y las estrellas cumplen con la función primaria de alumbrar, bien sea de día, bien sea de noche y según proceda, no es menos cierto que en dicho pasaje también se nos dice que por medio de dichos astros se nos pueden hacer llegar “señales” para nuestra información y siempre que sepamos leerlas, claro; por lo que uno podría pensar que si bien es cierto que tanto el astro rey como nuestro satélite y por medio de eclipses u otras manifestaciones pueden emitir “señales” (recuerden el caso de las famosas “lunas rojas” aparecidas entre 2.014/2.015), la cosa ya cambia sustancialmente en lo que tiene que ver con las estrellas. Porque cuando hablamos de estas y dicho sea a “grosso modo”, nos estamos refiriendo a verdaderos hornos nucleares de distinto tamaño (nuestro Sol está entre las de tamaño mediano, tirando a pequeño), situadas a distancias inimaginables para la mente humana y de proporciones gigantescas: para no ir más lejos, VY Canis (una de las más grandes descubiertas y hasta donde llegan nuestros telescopios), tiene un radio 2.000 veces mayor al del Sol, lo que significa que colocada en el centro de nuestro sistema solar sus bordes sobrepasarían la órbita de Saturno; y en cuanto a distancias, tengamos en cuenta que la estrella más cercana a nosotros (Próxima Centauri) la tenemos situada a 4,2 años luz de distancia, eso es, que para poder llegar hasta ella tendríamos que estar viajando durante algo más de cuatro años a la velocidad de la luz que, recordemos, es de prácticamente 300.000 km…. ¡por segundo!

Estrellas, por otra parte, que se desplazan continuamente por el espacio aunque de forma imperceptible al ojo humano, debido a las abismales distancias que nos separan de ellas y de ahí, que por sí sola ninguna de estas representa para el ser humano tipo de señal alguna; sin embargo, el hombre aprendió ya al principio de su existencia sobre la tierra a identificarlas por grupos en sus aparentes posiciones en el plano galáctico…… y grupos o conjuntos a los que dio el nombre de “constelaciones”. Recordemos que fue el propio Creador de las estrellas el que usó dicha expresión, cuando refiriéndose a Su actividad creativa y en una reprimenda al bueno de Job, le hizo la siguiente reflexión:

¿Puedes tú atar firmemente las ligaduras de la constelación Kimá (Pléyades), o puedes desatar las cuerdas mismas de la constelación Kesil (Orión)?

32 ¿Puedes hacer salir la constelación Mazarot (o “las constelaciones” en su conjunto, el llamado “Zodíaco”) a su tiempo señalado? Y en cuanto a la constelación Ash (Osa Mayor) al lado de sus hijos ¿puedes conducirlos?”. (Job 38:31-32). (Acotaciones nuestras).

Dicho lo cual, metámonos en harina y vayamos a la cuestión que nos importa: ¿qué ver tendrán las constelaciones de los cielos, con la fecha del 23 de Septiembre de 2.017? Pues que en esa fecha se producirá una conjunción estelar que jamás se ha producido en la historia de la humanidad y que jamás se volverá a repetir, circunstancia esta que muchos comentaristas bíblicos señalan como una simple coincidencia…… lo que ya no es coincidencia, es el hecho de que dicha conjunción nos fuera anunciada hace casi 2.000 años; veamos:

Y se vio en el cielo una gran señal, una mujer vestida del sol y la luna estaba debajo de sus pies; y sobre su cabeza había una corona de doce estrellas 2 y ella estaba encinta. Y clama en sus dolores y en su agonía por dar a luz.” (Rev. 12:1-2).

Luego como soy incapaz de explicar de manera entendible dicha situación y por aquello de que una imagen vale más que mil palabras, adjuntamos este video de apenas 6 minutos (técnicamente el mejor realizado de los que hemos visto) y ya cuando lo hayan visionado, continúen leyendo…

… ¿qué les ha parecido? Porque prescindiendo de mayores razonamientos, lo que han visto es exactamente lo que va a ocurrir y que se nos presenta en las Escrituras como “una gran señal” en el cielo y conjunción estelar que, repetimos, jamás se ha producido ni se volverá a producir en el futuro, por lo que indudablemente se nos sitúa ante el cumplimiento de Rev. 12:1-2; es cierto que dicho evento ha sido aprovechado por los partidarios de la teoría del “rapto de la iglesia” para relacionar dicha señal con el momento en que supuestamente tendrá efecto dicho “rapto” y en lo que no es más que un disparate de extremos siderales y nunca mejor dicho (para más información sobre el “rapto”, ver nuestro escrito del 06/05/17) …… ya para los más catastrofistas, como el momento en que se producirá el tan temido “fin del mundo” en que todo será destruido por un cataclismo de proporciones inimaginables y por lo que, obviamente, estaríamos ante el fin de la humanidad como tal.

Pero como ya saben aquellos que nos honran con sus visitas, los autores de este blog nos distinguimos por ser algo renuentes o “quisquillosos” a creer todo aquello que se nos cuenta y por lo que no nos conformamos con saber que en la fecha mencionada se cumple lo señalado por el pasaje citado, sino que y dado que se trata de una señal, queremos saber de qué es señal dicho acontecimiento; además, algo que nos caracteriza es que no estamos por la labor de hacer seguidismo de las tendencias actuales en cuanto a entendimiento bíblico se refiere, sino que tenemos nuestros propios planteamientos acerca de lo que leemos en las Escrituras y por lo que entendemos que esa señal en los cielos, tiene que estar relacionada con otra cosa distinta a un arrebatamiento o un apocalipsis global; porque si continuamos leyendo, vemos que en los siguientes versos se nos habla de otra señal:

Y se vio otra señal en el cielo y, ¡miren!, un dragón grande de color de fuego, con siete cabezas y diez cuernos y sobre sus cabezas siete diademas; 4 y su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó abajo a la tierra. Y el dragón se quedó de pie delante de la mujer que estaba a punto de dar a luz, para, cuando diera a luz, devorar a su hijo.” (Rev. 12:3-4).

No perdamos de vista que el apóstol Juan estaba personalizando en las constelaciones que estaban en los cielos, un drama que se viviría en la tierra; ya hemos visto en el video adjuntado que “la mujer” estaba representada por la constelación de Virgo, mientras que la corona de “doce estrellas” era la constelación de Leo, más la alineación de los planetas Mercurio, Marte y Venus, alineados a su vez con la estrella Regulus que es la más brillante de dicha constelación, para completar el marco de doce estrellas. Por lo tanto solo es razonable pensar que hiciera lo mismo en lo que respecta al citado dragón representado en el firmamento por la constelación de la Serpiente (bajo los pies de la “mujer” según el Zodíaco) y que es una de las más largas, siendo que atraviesa la constelación de Ofiuco (quizás de ahí, la referencia a que con su cola “arrastra la tercera parte de las estrellas”, como aforismo para denotar su singular longitud) y circunstancia por la que se identifica también a esa constelación con dos nombres, eso es, como Serpens Caput (cabeza de la serpiente) y Serpens Cauda (cola de la serpiente).

Por otra parte, recordemos que las palabras que acabamos de leer en Rev. 12:1-4 fueron escritas más de 60 años después de morir Jesús y por lo que hay que pensar que estamos ante señales que tendrían que hacerse visibles en nuestros días, con el propósito de transmitirnos un mensaje…… pero ¿cuál? Según entendemos nosotros y a tenor de lo considerado, lo que podemos esperar para ese 23 de Septiembre de 2017 y a modo de “gran señal” (de lo contrario no se entendería), es la aparición sobre la tierra de un pequeño resto “ungido” (Rev. 6:9-11) y que se nos identifica como los “dos testigos” en Rev. 11:3, cuya comisión es la de iniciar la gran predicación de Mat. 24:14 y en la que se anunciará por todo el mundo, el inmediato establecimiento del reino de Dios sobre la tierra. No pasemos por alto que a ese grupo de fieles seguidores de Jesucristo y en su conjunto, se les identifica como miembros de la “iglesia” o “la mujer” y siempre en calidad de “novia” o “esposa” de éste; tampoco olvidemos que dicha aparición se produce al alimón con la del “anticristo” (Rev. 12:3-4) y por lo que a la “mujer” se la protege por un tiempo con la finalidad de que pueda llevar a cabo dicha comisión:

Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios, para que la alimentaran allí mil doscientos sesenta días.” (Rev. 12:6).

Recordemos que “mil doscientos sesenta días” representan tres años y medio y con lo que la conclusión es lógica: solo podemos estar hablando de la “70 semana” de Dan.9:27 y por lo tanto, extendiendo nuestra conclusión, solo podemos pensar que la señal de Rev. 12:1-2 nos marca el inicio de ese último período de siete años que nos llevarán a las puertas del reino de Dios y remedio definitivo a todos nuestros males; y eso, para el 23 de Septiembre de 2.017, eso es, para dentro de cuatro meses y unos pocos días…… siempre y cuando aquí los “mendas” no estemos equivocados, claro.

MABEL


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