miércoles, 15 de febrero de 2017

¿Qué es, realmente, lo que se nos dice en Juan 5:25?


Una premisa que los autores de este blog siempre hemos sostenido, es que sin el concurso del contexto escritural la Biblia sería un libro sin sentido alguno y, por tanto, tan inentendible como carente de provecho real para aquellos a los que va dirigida…… y aquí vamos a hacer una puntualización con la que muchos probablemente no estarán de acuerdo: la Biblia no fue escrita para todas las personas, sino solo para aquellas que de verdad se interesan en ella; al respecto, recordemos la admonición del Hijo de Dios dirigida a sus más inmediatos seguidores y que se incluye en el famoso Sermón del Monte, según se nos relata en Mat. 7:6:

No den lo santo a los perros, ni tiren sus perlas delante de los cerdos, para que nunca las huellen bajo los pies y, revolviéndose, los despedacen a ustedes.”

Es obvio que aquí se nos está haciendo referencia a aquellas personas que no solo no sienten ningún interés por la Biblia, sino que incluso la desprecian como cosa de ningún valor y, despreciando por ello, al Autor de la misma. Sin embargo y como contrapartida, afortunadamente están aquellos que sí se interesan en ella y la respetan como lo que realmente dice ser, eso es, La Palabra de Dios e intentan profundizar en ella; un ejemplo de ello lo tenemos en un reciente correo que nos acaba de llegar de uno de nuestros lectores, que después de leer nuestro artículo “El extraño caso de Mat. 27:52-53” (14/07/13) y uno de los más leídos de todos los que hemos publicado, citándonos de Juan 5:25 nos hace la siguiente pregunta:

¿Puede ser que como Jesús gritó en la cruz, los muertos lo oyeron y vivieron sin estar programado?

Es cierto que la pregunta no deja de tener su lógica, si leemos el citado pasaje de Juan tal cual “pinta” y sin otro tipo de consideración; por lo tanto veamos qué se nos dice en dicho pasaje y transcrito de la misma versión bíblica que ha usado nuestro amable comunicante y que, por la coincidencia de redacción con el susodicho pasaje, suponemos que es la RV 1960:

De cierto, de cierto os digo: Viene la hora y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.”

Recordemos que en el pasaje de Mat. 27:52-53 y sobre el que montamos nuestro artículo, lo que se nos dice que aconteció en el preciso momento de la muerte de la muerte de Jesús, es lo siguiente y tomado de la versión bíblica BLP:

Jesús, entonces, lanzando otra vez un fuerte gritó, expiró. 51 De pronto, la cortina del Templo se rasgó en dos de arriba abajo; la tierra tembló y las rocas se resquebrajaron; 52 las tumbas se abrieron y resucitaron muchos creyentes ya difuntos. 53 Estos salieron de sus tumbas y, después de la resurrección de Jesús, entraron en la ciudad santa donde se aparecieron a mucha gente.”

Pero relato que no puede ser tomado en consideración, pues se enfrenta a dos problemas insalvables y como son los siguientes: primero ¿cómo se puede explicar, que esos supuestos resucitados en el momento de la muerte de Jesús, entraran en Jerusalén después de la resurrección de este, eso es, tres días después de haber sido ellos resucitados? Concordarán con nosotros que estaríamos ante una actitud más sorprendente que la de la misma supuesta resurrección; y segundo y más importante ¿cómo es posible que el apóstol Pablo no hiciera mención de dicho evento, cuando estaba haciendo una encendida defensa de las resurrección de los muertos en 1 Cor. 15:12-19, siendo como habría sido una prueba irrefutable para sostener sus argumentos?...... pues sencillamente porque la tal resurrección no existió y por lo que estaríamos ante un pasaje de una más que dudosa procedencia.

Porque por otra parte y si bien es cierto que Jesús gritó con todas sus fuerzas (y por dos veces, si leen el relato con atención), no fueron sus gritos de dolor los que causaron el terremoto que destrozó sepulcros y expulsó a los cadáveres que estos contenían a la vista de los que pasaban por allí (y que es lo que realmente sucedió), sino su muerte…… por lo que la respuesta a la pregunta que nuestro amable lector nos formula, es que no fue el sonido de los gritos de Jesús los que propiciaron una resurrección que estuviera “fuera de guión” pues, repetimos, no hubo resurrección alguna. Pero dicho lo cual y para que nuestro planteamiento tenga un mínimo de credibilidad, lo que procede es explicar que es lo que realmente se nos dice en Juan 5:25 y que ya empezamos señalando que estamos ante un pasaje muy mal leído y peor interpretado; pero recordemos su contenido y por aquello de no perdernos:

De cierto, de cierto os digo: Viene la hora y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.”

Prestemos atención en primer lugar a la expresión “viene la hora y ahora es…” y lo que nos coloca aquello que estuviera por acontecer, en los tiempos de Jesús…… sin embargo, esto es lo que se nos dice en Juan 5:28-29:

No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.”

De lo que aquí se nos está hablando es de la resurrección de los muertos que ocurrirá dentro del reino de mil años de Dios y reino que aún no ha sido establecido, por lo que Jesús no podía estar hablando en ese momento de dicho evento…… pero si ello es así ¿de qué “muertos” nos podía estar hablando el Hijo de Dios en Juan 5:25? Para poder entender ese galimatías, nos tenemos que retrotraer a una situación anterior y en la que se nos narra la siguiente escena:

Luego dijo a otro: “Sé mi seguidor”. El hombre dijo: “Permíteme primero ir y enterrar a mi padre”. 60 Pero él le dijo: “Deja que los muertos entierren a sus muertos, más vete tú y declara por todas partes el reino de Dios”.” (Luc. 9:59-60).

Ahora bien…… ¿quiénes eran, entonces, esos “muertos” que podían enterrar a otros muertos literales? Pues sencillamente personas que por estar apartadas de Dios, estaban como “muertas” ante Él; de ahí, que Jesús dijera en Juan 5:25 que los “muertos” que “oyeran su voz” volverían a vivir delante de Dios, obviamente al conseguir Su aprobación. Luego es a esas personas que estaban en una condición como de “muertos” ante Dios, a las que Jesús se refería en dicho pasaje y que salvo que “oyeran su voz” y cambiaran de actitud, tenían un negro futuro ante ellas; no obstante y en apoyo de nuestro planteamiento, tenemos a una de las muchas versiones bíblicas que existen en el mercado que traduce dicho pasaje de Juan 5:25 con una claridad meridiana y como es la TLA, en dónde leemos como sigue:

Una cosa es cierta: ahora es cuando los que viven alejados de Dios me oirán a mí, que soy su Hijo. Si me obedecen (el equivalente a “si oyen mi voz”), tendrán la vida eterna.” (Acotación nuestra).

Y esta es toda la historia que se esconde detrás del pasaje de Juan 5:25, en donde no se nos habla de muertos literales que estén esperando una resurrección, sino de personas vivas alejadas de Dios y que precisan de “oír” la voz de Su Hijo Jesucristo (contenida hoy en las Escrituras), para poder acceder a la vida eterna, vía reino de Dios. Y una vez más, ha sido el uso del contexto escritural y el apoyo de distintas versiones de un mismo texto en otras traducciones bíblicas, lo que nos ha permitido esclarecer un pasaje que “parece” decir lo que de ninguna manera dice; y es que si de verdad deseamos “oír” la voz de Jesucristo, no tenemos más remedio que ser muy cautelosos en la interpretación de algunos pasajes bíblicos…… por ejemplo, este de Juan 5:25.

MABEL


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