jueves, 25 de junio de 2015

“Ovejas” o “cabras”…… ¿en qué grupo desea estar usted?


Probablemente muchas de las personas que nos leen, habrán oído hablar en algún momento acerca de una famosa ilustración o “parábola” contenida en las Escrituras y que se conoce como la de “Las ovejas y las cabras”…… en todo caso una de las tantas que usó Jesús para instruir a sus seguidores; de hecho, tan es eso cierto que en las mismas Escrituras lo que se lee es lo siguiente con referencia a la peculiar forma de enseñar que tenía el Hijo de Dios:

Todas estas cosas habló Jesús a las muchedumbres por ilustraciones. En verdad, sin ilustración no les hablaba; 35 para que se cumpliera lo que se habló por medio del profeta que dijo: “Abriré mi boca con ilustraciones, publicaré cosas escondidas desde la fundación del mundo”.” (Mat. 13:34-35),

Ahora bien ¿qué es una ilustración y porqué Jesús enseño mediante dicha figura literaria? Una ilustración y que en terminología bíblica es conocida también como “parábola” (nosotros continuaremos llamándola “ilustración”), no es más que una comparación o símil, en todo caso una narración corta y generalmente ficticia, mediante la que se transmite una verdad moral o espiritual; y el hecho de que el Hijo de Dios usara dicha figura literaria para enseñar, es porque constituye un método de enseñanza de gran eficacia debido a ciertas razones de peso: la primera, porque el hecho de que una persona tuviera que profundizar para captar el significado completo de la ilustración de la que se tratare, tendía a desanimar a aquellos que no apreciaban las enseñanzas de Jesús y cuyo interés era superficial, motivado solo por la curiosidad del momento…… por el contrario, impulsaba a los que de verdad apreciaban el mensaje recibido a solicitar más información sobre aquello que no entendían; de ahí, que la mayor parte de las muchedumbres que escuchaban a Jesús siguieran por su camino, mientras que solo unos pocos se acercaban a él y le solicitaban más datos sobre el asunto (Mat. 13:36).

Como segunda providencia, las ilustraciones tenían la propiedad de ocultar las verdades a aquellos que podrían hacer mal uso de ellas y cuyo objetivo era el entrampar a los seguidores de Jesús. Recordemos como éste en su momento respondió a una pregunta capciosa de los fariseos con la ilustración de la moneda relacionada con el pago del impuesto y concluyó con aquellas famosas palabras de “paguen a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios” (Mat. 22:15-21); lo que dejó a sus enemigos la tarea de hacer ellos mismos la aplicación que creyeran oportuna de su enseñanza…… pero los discípulos de Jesús comprendieron plenamente, el principio de compatibilidad envuelto en dichas ilustrativas palabras.

Otra ventaja de la ilustración, es que permitía que fuera el oyente el que se aplicara los principios de la misma, con lo que esta no solo podía comunicarle un claro mensaje de advertencia o amonestación, sino al mismo tiempo dejarle “desarmado” de manera que no tuviera ninguna base para tomar represalias contra el orador, pues de hacerlo se delataba él mismo…… en otras palabras: que aquel a quien le aplicara el contenido de la ilustración, se diera por enterado y sin necesidad de ser puesto en evidencia ante otros. Cuando los fariseos criticaron a Jesús por comer con los recaudadores de impuestos y los pecadores, Jesús no recriminó frontalmente su crítica actitud, sino que respondió lo siguiente y dejando para ellos la tarea de interpretar sus palabras:

Las personas en salud no necesitan médico, pero los enfermizos sí. Vayan, pues y aprendan lo que esto significa: “Quiero misericordia y no sacrificio”. Porque no vine a llamar a justos, sino a pecadores.” (Mat. 9:11-13).

Demoledoras palabras estas que dejaron sin capacidad de respuesta a esas altivas personas que a sí mismas se consideraban justas, al tiempo que calificaban al pueblo como de “malditos” porque no conocían la ley (Juan 7:49); ley que por otra parte, ellos mismos no se preocupaban y como era su obligación, de ensañar a dicho pueblo…… de ahí, la “andanada” que les envió el Hijo de Dios. También las ilustraciones podían mover a las personas a actuar en un sentido o en otro, eso es, a “quitarse la máscara” y mostrando si eran o no genuinos seguidores de las enseñanzas del Hijo de Dios; recordemos que cuando Jesús dijo aquello de que “el que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna”, el registro escrito nos dice que “muchos de sus discípulos se fueron a las cosas de atrás y ya no andaban con él.” (Juan 6:54; 60-66)…… sin embargo, de esta manera Jesús “eliminó” de entre sus seguidores a todos aquellos que verdaderamente no creían en su mensaje y solo eran una causa de tropiezo para los restantes.

Estas son las razones por las que Jesús enseñaba mediante ilustraciones; pero lo que también queda claro entonces, es la vital información que encerraban estas, bien fuera en un sentido práctico inmediato o bien con un significado y aplicación proféticos; en este campo vemos, que mientras algunas tuvieron directa aplicación para el tiempo en que se formularon, otras tenían que ver con un futuro aún distante y que incluso alcanzaba a nuestros días, como es en el caso de la ilustración que estamos analizando acerca de “las ovejas y las cabras”. Relato este que encontramos en Mat. 25:31-46, en donde según el contexto de la misma se nos habla de unos acontecimientos trascendentales a los que la humanidad se enfrentará en breve, eso es, con una alta carga de enseñanza relativa a sucesos que están a punto de producirse…… pero ilustración que algunos han tergiversado hasta el extremo al afirmar, por ejemplo, que las “ovejas” son aquellas personas que tienen que reinar con Cristo durante el milenio y que las “cabras” identifican a aquellos que serán levantados en una supuesta resurrección de juicio para destrucción eterna al final de los mil años de reinado de Jesucristo, extremos ambos totalmente falsos.

También dicha ilustración nos muestra lo equivocado del planteamiento que muchos indoctos defienden en el sentido de la no existencia de dos grupos de personas que tengan la aprobación de Dios y con distintas opciones (unas, la de gobernar y otras, la de ser gobernadas), que coexistan en el momento de iniciar su andadura el reinado milenario de Cristo. Avanzado lo cual, empecemos por averiguar en qué momento de la corriente del tiempo nos sitúa dicha ilustración y finalidad que alcanzaremos con éxito, si leemos dicho relato de forma pormenorizada y no perdiendo de vista el hecho que una ilustración (o “parábola”) no puede ser tomada en su literalidad, pues nos habla de un suceso figurado o ficticio por medio del cual se nos transmite una idea o información, en este caso aplicable a los últimos días de este sistema de cosas; veamos por tanto, qué se nos dice en el versículo 31 y con el que inicia dicha ilustración:

Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono…”

Palabras que sitúan la acción en el preciso momento en que el Hijo de Dios regresa a la tierra para tomar posesión de su autoridad de rey delegado por Jehová Dios y se sienta sobre su “glorioso trono”, circunstancia esta que nos coloca en la franja temporal en que se establecerá sobre la tierra el reino de Dios; que ello es así, queda apoyado por lo que leemos en Rev. 20:4 y 11:

Y vi tronos y hubo quienes se sentaron en ellos y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir y reinaron con el Cristo por mil años (……) 11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él (eso es, a Jesucristo). De delante de él huyeron la tierra y el cielo y no se halló lugar para ellos.” (Acotación nuestra).

Entonces lo que vemos es que en el verso 4 se nos muestra la toma de posesión de aquellos que tienen que reinar con Cristo durante el milenio, mientras que en el 11 se nos muestra la posición del Hijo de Dios como poderoso rey, ya después de haber derrotado a los gobiernos anteriores o “cielos” y destruida la inicua y rebelde sociedad humana como “tierra”, que no le acepta como rey (Dan. 2:44). Y lo que nos coloca en el momento en que inicia su andadura dicha gobernación de hechura divina; aclarado este punto y ya situados por tanto en la corriente del tiempo en donde se va a desarrollar lo relatado en la ilustración objeto de análisis, una segunda cuestión a averiguar y las más importante para el “personal”, siempre desde nuestro particular punto de vista, tienen que ver con lo que se nos dice en los versos 32-33:

Y todas las naciones serán reunidas delante de él y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, pero las cabras a su izquierda.”

Porque ¿cómo se hará para efectuar dicha separación entre las naciones…… a “dedo”, por sorteo, o a “ojo de buen cubero”? Una pista para resolver tan espinosa cuestión, la encontramos en unas palabras proféticas que se encuentran en Mat. 24:14 y que se encuadran en el contexto de sucesos a ocurrir como preludio al regreso del Hijo de Dios a la tierra:

Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones…… y entonces vendrá el fin.”

Eso es, ya anunciado o predicado el mensaje correspondiente por “toda la tierra habitada”, luego estaríamos ante una obra de alcance mundial, es cuando se producirá el cataclismo final y que tiene que ver con el período conocido como la “gran tribulación”; luego ya de entrada, vemos que la aceptación o no de dicho mensaje tendrá que ver con la mencionada separación…… pero no adelantemos acontecimientos, pues hay mucho más envuelto en el asunto. De hecho, estos dos eventos correlativos en el tiempo y en el orden señalado, se cumplen durante la profética “semana 70” de Dan. 9:27 y período de tiempo que tiene que ver con los siete últimos años del mundo como lo conocemos y a ser seguidos por el establecimiento en la tierra del reino de Dios; que ello es así, se nos confirma en Rev. 11:3-12 y en donde se nos expone lo que está por acontecer:

Y haré que mis dos testigos (un pequeño resto “ungido” al modo de los Juan, Pedro, Pablo, etc.) profeticen mil doscientos sesenta días vestidos de saco”. 4 Estos son simbolizados por los dos olivos y los dos candelabros y están de pie delante del Señor de la tierra.

5 Y si alguien quiere hacerles daño, de la boca de ellos sale fuego y devora a sus enemigos; y si alguien quisiera hacerles daño, tiene que ser muerto de esta manera. 6 Estos tienen la autoridad para cerrar el cielo de modo que no caiga lluvia durante los días de su profetizar; y tienen autoridad sobre las aguas para tornarlas en sangre y para herir la tierra con toda clase de plaga cuantas veces deseen.

7 Y cuando hayan terminado de dar su testimonio, la bestia salvaje que asciende del abismo hará guerra contra ellos y los vencerá y los matará. 8 Y sus cadáveres estarán en el camino ancho de la gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también el Señor de ellos fue fijado en el madero. 9 Y los de los pueblos y tribus y lenguas y naciones mirarán sus cadáveres por tres días y medio y no permiten que sus cadáveres sean puestos en una tumba. 10 Y los que moran en la tierra se regocijan sobre ellos y gozan y se enviarán regalos los unos a los otros, porque estos dos profetas atormentaron (con su mensaje de juicio) a los que moran en la tierra.

11 Y después de los tres días y medio, espíritu de vida procedente de Dios entró en ellos y se pusieron de pie (eso es, resucitaron y junto a ellos todos aquellos que murieron en Cristo, lo que nos sitúa en el momento en el que se produce la “primera” resurrección de Rev. 20:6) y gran temor cayó sobre los que los contemplaban. 12 Y oyeron una voz fuerte procedente del cielo decirles: “Suban acá”. Y subieron al cielo en la nube (ya todos juntos, según se lee en 1 Tes. 4:15-17) y sus enemigos los contemplaron.” (Acotaciones nuestras).

Resumiendo la cuestión, tenemos que coincidente con el inicio de la “70 semana” de Dan. 9:27 y que abre con la aparición del llamado “anticristo” o prominente personaje que establecerá un pacto de paz o de no agresión “entre los muchos” (Dan. 9:27), eso es, entre Israel y las naciones árabes que la rodean y pistoletazo de salida en la cuenta regresiva de los siete años últimos del mundo como lo contemplamos, aparece un pequeño resto de Hijos de Dios (Rev. 6:9-11) al modo de los apóstoles y por tanto poderosísimos, que liderarán la predicación de Mat. 24:14 por toda la tierra. Tres años y medio después, o sea, cumplidos los 1.260 días determinados para su actividad, o tres años y medio después de iniciada esta, son asesinados por el gobierno mundial encabezado por el “anticristo” y levantados de nuevo a la vida a los tres días y medio de su muerte en sacrificio, momento en el que se produce la “primera” resurrección de Rev. 20:6 y en la que participan aquellos que tienen que gobernar con Cristo en calidad de inmortales reyes y sacerdotes…… inmediatamente a continuación, da inicio la llamada “gran tribulación” que eliminará de la tierra a todos aquellos que hayan rechazado (2 Tes. 1:6-10) el acogerse en calidad de súbditos del reino de Dios a los beneficios que este extenderá por toda la tierra y que tendrá su culminación con la llamada “batalla de Armagedón”, en la que Jesucristo hará “limpia” definitiva y tomará el control de la tierra, lo que nos sitúa ya dentro del espacio temporal de los mil años del reino de Dios.

Justificada entonces, la importancia que le hemos dado a la forma en que será seleccionado el “personal” y que colocará unos a la derecha de Jesucristo y otros a su izquierda, veamos qué es lo que se nos cuenta en la ilustración que estamos analizando, acerca del cómo serán separadas unas personas de otras y que a tenor de lo que leeremos a continuación, ello tiene que ver no solo con el creer lo anunciado en la gran predicación de Mat. 24:14 mencionada y que también, sino en el tomar acción en función de lo creído y por lo que más bien son éstas las que se auto separan…… según sea la decisión que tomen; pero veamos cómo reflejan eso los versículos 34-40:

Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. 35 Porque me dio hambre y ustedes me dieron de comer; me dio sed y me dieron de beber. Fui extraño y me recibieron hospitalariamente; 36 desnudo estuve y me vistieron. Enfermé y me cuidaron. Estuve en prisión y vinieron a mí”. 37 Entonces los justos le contestarán con las palabras: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber? 38 ¿Cuándo te vimos extraño y te recibimos hospitalariamente, o desnudo y te vestimos? 39 ¿Cuándo te vimos enfermo, o en prisión y fuimos a ti?”. 40 Y en respuesta el rey les dirá: “En verdad les digo: Al grado que lo hicieron a uno de los más pequeños de estos hermanos míos, a mí me lo hicieron”.”

Estas palabras convierten esta posición de “la derecha” del rey Jesucristo en un sinónimo de aprobación y por lo tanto, la calificación de “oveja” a personas de parecidas características de estos mansos y sumisos animales, eso es, personas sumisas y leales al Hijo de Dios, lo que las lleva a colaborar con esos “hermanos más pequeños” del rey y actitud que este agradece como directamente efectuada con él mismo; situación totalmente antagónica a otros a los que se les dice como sigue, en los siguientes versículos 41-45:

Entonces dirá, a su vez, a los de su izquierda: “Váyanse de mí, ustedes que han sido maldecidos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. 42 Porque me dio hambre, pero ustedes no me dieron de comer y me dio sed, pero no me dieron de beber. 43 Fui extraño, pero no me recibieron hospitalariamente; desnudo estuve, pero no me vistieron; enfermo y en prisión, pero no me cuidaron”. 44 Entonces ellos también contestarán con las palabras: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, o con sed, o extraño, o desnudo, o enfermo, o en prisión y no te ministramos?”. 45 Entonces les contestará con las palabras: “En verdad les digo: Al grado que no lo hicieron a uno de estos más pequeños, no me lo hicieron a mí”.”

De ahí, que el lugar a la izquierda del rey sea sinónimo de reprobación y el calificativo de “cabra” a esas personas, reflejo de la actitud rebelde y poco propensa a la sumisión de este animal; recordemos que en las Escrituras se usa la cabra como símbolo literario para representar a ciertas personas, en particular a aquellos que están en oposición directa a Jehová y algo que refrendó el Hijo de Dios en esta ilustración objeto de análisis, al usar dicho animal como representación figurativa de aquellos rebeldes merecedores de maldición y por tanto de destrucción eterna…… pues de esta manera concluye Jesús dicha ilustración y ya en su verso 46:

Y estos (las personas de condición de “cabras”) partirán al cortamiento eterno, pero los justos (u “ovejas” por su condición sumisa y obediente) a la vida eterna.” (Acotaciones nuestras).

A partir de ahí, veamos un punto fundamental que prueba sin lugar a duda alguna y contrario a lo que afirman muchos teólogos actuales, que esas personas de condición de “oveja” de la ilustración que estamos analizando, no pueden ser en manera alguna personas que acompañen a Cristo en su reinar, pues estos están representados en dicha ilustración por esos “hermanos más pequeños” de Jesús y a los que las personas de las naciones tienen de decidir si apoyan o no, en su tarea de divulgación de la buena noticia en cuanto a la inmediata toma de posesión del gobierno del mundo por parte de Dios en la persona de Jesucristo como rey delegado…… notemos que el juicio favorable o adverso sobre los miembros de esas naciones, tiene que ver con lo que han hecho o no, sobre unos terceros a los que Jesús identifica como sus “hermanos” menores (menores o más pequeños, en el sentido que son los últimos en aparecer a escena)…… luego queda claro que esas personas que adquieren la condición de “oveja” o “cabra” en función de lo que han favorecido o no a otros, en manera alguna pueden ser parte de esos “otros”. Siendo ello así y cuestión que hasta los “tontos de pueblo” en España entienden que así es (que serán tontos, pero que por saber, saben hasta hacer relojes) ¿a quiénes prefiguran esas “ovejas” y “cabras” figurativas, en la ilustración o “parábola” que nos ocupa y de las que se nos hable en el contexto escritural?

Pues los primeros, eso es, las “ovejas”, prefiguran a aquellas personas que por su sincera implicación en la difusión a nivel mundial del mensaje divino “sobreviven” a la gran tribulación y de las que se nos habla en Rev. 9:7; 13-15:

Después de estas cosas vi y, ¡miren!, una gran muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de largas ropas blancas; y había ramas de palmera en sus manos (……) 13 Y, en respuesta, uno de los ancianos me dijo: “Estos que están vestidos de la larga ropa blanca, ¿quiénes son y de dónde vinieron?”. 14 De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú eres el que sabe”. Y me dijo: “Estos son los que salen de la gran tribulación (o sobreviven a ella) y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero (eso es, que ejerciendo fe en el sacrifico redentor de Cristo, han colaborado en la difusión del mensaje salvador alrededor de todo el mundo). 15 Por eso están delante del trono de Dios y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos.” (Acotaciones nuestras).

En el caso de las “cabras”, estaríamos hablando de personas que no solo no han aceptado la oferta recibida, sino que se han opuesto a ella, a tenor de lo que se lee en 2 Tes. 1:6-10 y que tiene que ver con el momento en que Jesucristo regresa como rey y ajusta cuentas con aquellos que se le han resistido, en el período final de la “gran tribulación” y que tiene que ver con la llamada “batalla de Armagedón”:

Esto toma en cuenta que es justo por parte de Dios pagar con tribulación a los que les causan tribulación a ustedes (o se oponen a los que colaboran en difundir el mensaje de la inmediata llegada del reino de Dios); 7 pero, a ustedes que sufren la tribulación, con alivio juntamente con nosotros al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús. 9 Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su fuerza, 10 al tiempo en que él viene para ser glorificado con relación a sus santos y para ser considerado en aquel día con admiración con relación a todos los que han ejercido fe, porque el testimonio que dimos fue recibido con fe entre ustedes.” (Acotación nuestra).

Aclarada pues, entendemos nosotros, la parte mollar de esa ilustración de “Las ovejas y la cabras” y ya apartándonos un poco de lo que es la estricta explicación de dicha “parábola” o ilustración analizada, la pregunta sería ¿qué caracterizará a los ayudantes de esos hermanos “más pequeños de Jesucristo”, durante el desempeño de su labor de colaboración? Sencillamente el poder con el que serán investidos para llevar a cabo dicha tarea. Y es que recordamos los autores de este blog y situación que se repite en todos aquellos que hoy en día afirman hablar en nombre de Dios, que en nuestra época como Testigos de Jehová la cuestión giraba siempre alrededor de infructíferas discusiones en las puertas con los amos de casa, en las que cada uno se quedaba “con la suya” y ahí se acababa “todo lo que se daba”…… eso es, que no se aportaba prueba concluyente alguna que avalara la razón de una de las dos partes litigantes. Extremo este incomprensible en un “enviado” de Dios y como nos muestran ejemplos del pasado de “enviados” de Dios y de los que se nos habla en el registro sagrado; tomemos como base y por aquello de que “para muestra, bien vale un botón”, lo que ocurrió con aquellos primeros comisionados por Jesús para expandir su mensaje y que en este caso fueron los doce apóstoles (no perdamos de vista el hecho de que aún no eran Hijos de Dios) y a los que se les dijo como sigue:

Entonces convocó a los doce y les dio poder y autoridad sobre todos los demonios y para curar enfermedades. 2 Y los envió a predicar el reino de Dios y a hacer curaciones.” (Luc. 9:1-2).

Esas personas, querido amigo que nos lee, no eran en ese momento más que personas que ejercían fe en Jesús, tal como lo hacemos nosotros actualmente…… luego nada nos diferencia de ellas; pero veamos y para corroborar esta afirmación, lo que se nos cuenta que ocurrió posteriormente:

Después de estas cosas el Señor designó a otros setenta y los envió de dos en dos delante de sí a toda ciudad y lugar adonde él mismo iba a ir.” (Luc. 10:1).

Y esto es lo que le dijeron esos setenta cuando regresaron de dicha comisión:

Entonces los setenta volvieron con gozo y dijeron: “Señor, hasta los demonios quedan sujetos a nosotros por el uso de tu nombre.” (Luc. 10:17).

Luego esa expresión “hasta los demonios quedan sujetos a nosotros por el uso de tú nombre”, no solo significaba que el poder no radicaba en ellos, sino en aquél que se lo había dado y que era el Hijo de Dios, sino que también nos indica que aparte de sujetar demonios, también podían hacer otras muchas más cosas; de hecho, en el relato paralelo del envío de los primeros doce que encontramos en Mat. 10:7 y ya un poco más explícito, esto es lo que se nos dice:

Al ir, prediquen, diciendo: “El reino de los cielos se ha acercado”. 8 Curen enfermos, levanten muertos, limpien leprosos, expulsen demonios. Recibieron gratis; den gratis.”

Por lo que solo se puede entender, que la segunda hornada de enviados también tuviera las mismas capacidades que los anteriores y aunque solo fuera por aquello de que no se pudiera objetar al mensaje portado, con el consabido “es que los primeros hacían cosas que ustedes no pueden, luego ¿quién nos asegura que representan al mismo Dios de los anteriores? Por tanto ,queda claro que dichas poderosas señales no eran más que la “credencial” que siempre ha identificado a los verdaderos “enviados” por Dios a lo largo de toda la historia bíblica…… entonces ¿qué razón habría, para que ahora y en unos momento tan cruciales en la historia de la humanidad como los actuales, las cosas no fueran iguales? Porque la cuestión continúa siendo la misma ¿cómo se puede averiguar, quién es el que realmente habla en nombre de Dios, entre los muchos que afirman hacer lo mismo?

Entonces, querido amigo que nos lee, la perspectiva puesta ante aquellos que actualmente creen y esperan en las promesas divinas, es el poder colaborar en dar adelanto al propósito divino de anunciar por toda la tierra la buena noticia de la instalación del reino sobre la tierra y siendo, por tanto, receptáculos temporales de una porción del espíritu santo de Dios y circunstancia que jamás se repetirá en la historia futura de la humanidad…… por lo que la pregunta es obvia: ¿se apunta a la “juerga” con nosotros? Dicho de otro modo ¿en qué bando desea estar: en el de las “ovejas”, o en el de las “cabras”?...... ¡Usted decide!

MABEL


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