domingo, 15 de septiembre de 2013

Los “antepasados” de Jesús…… y el Sal. 45:16.


Una creencia muy extendida entre ciertos personajillos que se las dan de “entendidos” en teología, así como el “no va más” en la técnica de la interpretación bíblica, es aquella que tiene que ver con la afirmación de que los llamados “notables del AT”, eso es, todos aquellos personajes de los que se nos habla en el AT y que en algún momento tuvieron que ver con Dios, empezando por Set, pasando por Abraham y acabando por el último de los profetas de Dios, Malaquías, todos sin excepción, han sido llamados a reinar con Jesucristo en el reino de Dios, junto con todos aquellos bautizados en nombre de Cristo a lo largo de toda la era cristiana; y “enseñanza” que rompe con todos los esquemas del propósito divino contenidos en la Biblia, por lo que a partir de la cual se tienen que reformular o “retocar” otras enseñanzas bíblicas, pues dicho planteamiento tiene difícil encaje con el un todo armonioso que es el registro sagrado. Y es que al igual como ocurre en un cesto de cerezas, que tiras de una y te salen una docena enganchadas por sus “rabitos”, así sucede cuando se altera una enseñanza bíblica, porque ello repercute directamente y sin remisión, en las restantes.

Sin embargo y como es característico en este blog (para eso lo montamos), cuando no estamos de acuerdo con determinado planteamiento bíblico, pues nos “huele” a falsa enseñanza, nos movemos inmediatamente para intentar probar lo falso del mismo y siempre con la finalidad de que las personas que sinceramente quieren aprender de Dios (usted, querido y desconocido amigo (o amiga), es una de ellas, pues de lo contrario no estaría leyendo estas palabras), no se vean entrampadas por las malas artes de tanto “falso maestro” como anda suelto por ahí (2 Ped. 2:1) y proponiendo para ello, como no podría ser de otra manera, soluciones alternativas a la “enseñanza” que estemos analizando. Y “falsos maestros” que se distinguen por tener todos el mismo común denominador, eso es, el creerse “elegidos” por Dios para reinar en el milenio, o lo que es lo mismo, que han sido reconocidos por Este como sus Hijos adoptivos, por tanto hermanos de Jesucristo y en consecuencia, herederos con este del reino de Dios, en calidad de inmortales reyes y sacerdotes de Dios…… y como no, la mayoría de ellos afirman tener “grandes” conocimientos en Teología. Entonces y para desmontar dicha falsa “enseñanza”, nos vamos a apoyar en principio sobre un texto muy sencillo, pero letal para dicho fraudulento planteamiento y del que huyen como “alma que lleva el diablo” aquellos que enseñan dicha doctrina, eso es, la de que todos los “notables del AT” reinarán con Cristo en el milenio…… y pasaje que no es otro, que el Sal. 45:16 en donde leemos como sigue:

En lugar de tus antepasados (o “padres” según versiones), llegará a haber tus hijos, a quienes nombrarás príncipes en toda la tierra.” (Acotación nuestra).

Y es que detrás de tan sencillas y parcas palabras, cuando uno las razona y las va desarrollando desde la lógica y el sentido común, se da cuenta que se esconden fuertes argumentos que se convierten en un arma determinante para desmontar el citado planteamiento o enseñanza, aunque los que la sostienen afirmen que dicho salmo no tienen la mayor relevancia y por lo que en poco o nada, afecta el mismo a la idea que ellos proponen; por lo que vamos a ver, si eso resulta ser así…… o no. De entrada, hay que tener en cuenta que esas proféticas palabras fueron escritas hará unos 3.500 años atrás, aplican directamente al tiempo en que Jesucristo toma las riendas del reino de Dios aquí en la tierra, momento en donde según dicho salmo ocurrirá lo siguiente: esos “antepasados” o “padres” de Jesús, van a sufrir un cambio radical en su relación de parentesco con este, pues de la condición de “padres” o “antepasados” suyos, pasan a adquirir la condición de “hijos” con respecto de él y en función de lo que se conoce como el “derecho de recompra” (Lev. 25:47-49); y es que Jesús y en virtud de su sangre derramada, rescató o “recompró” a la entera humanidad de las garras del pecado y la muerte y por lo que pasamos todos y no solo esos “antepasados” de Jesús, a tenerle por “Padre Eterno” (Isa. 9:6)…… excepción hecha de aquellos que Jehová ha reclamado para Sí y que en Rev. 7:4 y 14:1, se nos cuantifican en 144.000 miembros de dicha humanidad. En todo caso, pertenencia de esos “antepasados” ahora ya como “hijos” de Jesucristo, que queda clara en la primera parte de dicho pasaje, pues en ella hemos leído que “en lugar” (o sustituyendo) de los “antepasados” o “padres” de Jesucristo, llegarán a haber sus “hijos” y dando lugar con ello, como ya hemos dicho, a una nueva relación de parentesco.

Claro, cuando uno empieza a madurar, a entender y sobre todo, a aceptar dicha idea, pues la inmensa mayoría de cristianos actuales creen tener por Padre a Jehová Dios, con lo primero que se encuentra es con que si dichos personajes adquieren el rol de “hijos” que no de “hermanos” de Jesucristo, resulta y partiendo de la lógica más elemental, que los tales no pueden ser de ninguna manera Hijos del Altísimo y por lo que, en consecuencia, no pueden heredar con Cristo el reino de Dios. Pero es que además y mirándolo desde otro ángulo, al describirnos la Biblia a esos personajes como los “antepasados” o los “padres” de Jesús, razonablemente y desde el más elemental sentido común, ya se entiende que de ninguna manera pueden ser “hermanos” de este, a menos que se violenten descaradamente las leyes de la naturaleza, las de la genealogía y sí mucho nos apuran, hasta las del más elemental sentido de la razón: porque si dichos personajes vivieron antes de aparecer Jesús y eso es lo que significa el ser un “antepasado” o “padre” de… obviamente un mínimo ejercicio de lógica nos dice de dichos personajes, que pueden ser cualquier cosa menos “hermanos” de Jesús y lo que significa por extensión, como acabamos de señalar, que no pueden ser Hijos de Dios. Luego como primera providencia de lo considerado hasta el momento, queda claro que esos “antepasados” de Jesús a los que esos autores de los que estamos hablando hacen mención, como los Abraham, David, Moisés, Jeremías y tantísimos otros como nos meten en el mismo “saco”, no pueden tener como absurdamente se nos afirma y extremo que avala el salmo objeto de análisis, la condición de Hijos de Dios y por lo que de heredar el reino en calidad de reyes y sacerdotes…… pues eso ¡lo que nosotros les digamos!

Porque en directa armonía con el registro escritural y como de todos es conocido, no pueden heredar el reino en calidad de reyes y sacerdotes, aquellos que no sean Hijos de Dios y que por extensión, tampoco son “hermanos” de Jesucristo…… y eso es precisamente, lo que nos dice el Sal. 45:16: que dichos “antepasados” no son hermanos de Jesucristo. Pero es que en este pasaje se nos da otro detalle que confirma nuestro planteamiento (y algo que ya hemos explicado en algunos de nuestros anteriores artículos), porque veamos: esos “entendidos” de los que hablamos, nos dicen que esos “antepasados” o “padres” de Jesús, junto a sus descendientes hasta llagar a nuestros días y como un todo, conforman lo que actualmente se conoce como la “iglesia” o “cuerpo de Cristo”; pero notemos, sin embargo, que la segunda parte de ese Sal. 45:16 y de la que esos “genios” de la interpretación bíblica actuales no quieren ni oír hablar de ella, nos dice de esos “antepasados” de Jesucristo, que cuando se levanten en la resurrección, serán “nombrados” por este “príncipes sobre toda la tierra”…… cuando todos sabemos, por lo menos las personas medianamente formadas en las Escrituras, que según Rev. 20:6 todos aquellos que conforman el “cuerpo de Cristo” y que son los que reinarán con este en el milenio, cuando se levantan en la “primera” resurrección ya lo hacen con la condición inherente de inmortales reyes y sacerdotes y por lo que no precisan de nombramiento alguno. Entonces y según se deduce de lo analizado hasta el momento, si los miembros de la “iglesia” o “cuerpo de Cristo” ya se levantan en la “primera” resurrección como inmortales reyes y sacerdotes ¿por qué necesitan ser nombrados “príncipes” sobre la tierra, siendo como es este rango totalmente inferior al de rey y que es con el que ya resucitan?

Por tanto y en una lógica conclusión de lo considerado, si esos “antepasados” de Jesús de los que nos habla el Sal. 45:16, al resucitar precisan de ser nombrados algo (lo que sea), sencillamente es porque no han participado de esa “primera” resurrección y de la que como les hemos indicado, ya se sale con la condición de inmortal rey y sacerdote…… circunstancia que nos lleva a la siguiente derivada: si no han participado de esa “primera resurrección” (lo cual es obvio, pues precisan de ser nombrados “algo” por “alguien”) y dado que según la “sagaz” interpretación que del pasaje de Juan 5:28-29 nos hacen esos autores bíblicos de los que estamos hablando, acerca de “dos” supuestas resurrecciones, una “primera” al inicio del milenio para aquellos que tienen que reinar con Cristo y una “segunda” al final de los mil años, para “juicio” o destrucción eterna de los que participan de ella…… ¿de dónde, cuándo y cómo, aparecen entonces en escena esos “antepasados” de Jesucristo? Porque claro, si como ha quedado perfectamente constatado, no han participado de esa “primera” resurrección, pero que lejos de ser “guardados” en sus tumbas respectivas hasta la conclusión de los mil años para levantarse en la “segunda”, para su “juicio” y destrucción eterna, resulta que más bien al contrario se les conceden “nombramientos” como altos dignatarios del gobierno ejerciente, solo podemos suponer una cosa: su volver a la vida y posterior nombramiento como “príncipes”, tiene que suceder en un espacio de tiempo intermedio entre ambas resurrecciones…… y lo cual desmonta otra enseñanza bíblica, eso es, el andamiaje de las “dos” resurrecciones de las que supuestamente nos habla el pasaje de Juan, luego ¿será que de lo que en realidad se estaría tratando es de tres resurrecciones y que Jesús se equivocó al hablarnos (supuestamente) de dos en ese pasaje de Juan? Porque de lo contrario que alguien nos explique de dónde salen esos personajes…… ¿o más bien resulta que dichos “entendidos” están equivocados también en esta “enseñanza” de colocar a dicha “segunda” resurrección al final del milenio y que los autores de este blog tenemos razón cuando tantas veces hemos señalado dicho error, al explicar que la misma transcurre durante el reino de mil años de Dios?

Permítannos un inciso para decirles, que todo esto que les acabamos de señalar, es lo que se va desprendiendo del análisis razonado del Sal. 45:16 cuando esto se hace con la corrección debida y algo que por lo visto, los “entendidos” actuales son incapaces de llevar a cabo…… imaginamos que dada su limitada capacidad para razonar con lógica y sentido común sobre aquello que leen y algo que en este blog, solemos hacer muy bien. Por lo que volviendo a lo que íbamos, que lo que les decimos es cierto, eso es, que dichos “antepasados” de Jesucristo no pueden participar en manera alguna de la llamada “primera” resurrección, queda meridianamente claro por el hecho de que esos personajes citados incumplen dos de los requisitos fundamentales exigidos por el propio Hijo de Dios, para poder acceder al reino en calidad de inmortales reyes y sacerdotes…… y circunstancia que fortalece el planteamiento que acabamos de formular, siempre partiendo de dicho salmo y de ahí la gran importancia del mismo en el tema que nos ocupa; veamos por lo tanto, el primero de esos requisitos y que encontramos en Juan 3:3-5:

En respuesta, Jesús le dijo: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca de nuevo, no puede ver el reino de Dios”. 4 Nicodemo le dijo: “¿Cómo puede nacer el hombre cuando es viejo? No puede entrar en la matriz de su madre por segunda vez y nacer ¿verdad?”. 5 Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.”

O lo que es lo mismo, el requisito de contar con el bautismo de agua y con el bautismo en espíritu santo (eso es, dos bautismos totalmente distintos el uno del otro) y que era el que realmente otorgaba la condición de Hijo adoptivo de Dios (por ejemplo, los apóstoles); y dado que el bautismo en agua como tal, inició con la venida de Juan “el bautizante” (Juan 1:33), pues dicha ceremonia era totalmente desconocida entre el pueblo de Israel hasta ese momento…… y que el bautismo en espíritu santo, no se pudo administrar hasta después de la resurrección de Jesucristo (1:4-5), solo el sentido común nos dice que de ninguna manera esos “antepasados” de Jesús podían reunir dichos dos bautismos, pues habían muerto muchos siglos antes de que estos fueran establecidos. Y no vale decir, como suelen hacer estrafalariamente algunos de esos “entendidos”, que esos “antepasados” de Jesucristo “ya recibieron” ambos bautismos cuando pasaron “bajo la nube” en el desierto de Sinaí y citando de 1 Cor. 10:1-5; porque dicho pasaje y cuando se interpreta correctamente su contenido, no dice eso ni por el forro, sino que lo que nos dice es esto:

Hermanos, quiero que recuerden que todos nuestros antepasados estuvieron bajo la nube y que todos atravesaron el mar Rojo. 2 Fue como si todos hubieran sido bautizados en la nube y en el mar, para ser seguidores de Moisés. 3 Todos comieron el mismo alimento espiritual, 4 y bebieron la misma bebida espiritual. Bebieron de la roca espiritual que iba con ellos, y la roca era Cristo. 5 Pero Dios no estaba contento con muchos de ellos, por eso sus cuerpos quedaron tendidos por el desierto.” (En versión Palabra de Dios para Todos y siendo que con igual claridad se pronuncian NVI; TLA; DHH; NTV, así como BLP).

Luego no podemos estar hablando de un bautismo equivalente, en primer lugar porque de lo que se trataba ahora era de hacerse seguidor de Jesús y no de Moisés; y en segundo lugar y como punto más importante, porque Jehová no habría establecido dichos bautismos que marcaron obviamente un antes y un después en el pueblo de Israel, de haber existido ya un bautismo equivalente en el pasado y que englobara a los dos. Por lo tanto, está claro que dichos “notables del AT” no reunían este primer requisito…… como tampoco reunían el segundo y que encontramos en los siguientes pasajes, por cierto muy usados por la mayoría de esos “estudiosos”:

Rev. 2:10: “No tengas miedo de las cosas que estás para sufrir. ¡Mira! El Diablo seguirá echando a algunos de ustedes en la prisión para que sean puestos a prueba plenamente y para que tengan tribulación diez días. Pruébate fiel hasta la misma muerte y yo te daré la corona de la vida.”

Rev. 3:21: “Al que venza, le concederé sentarse conmigo en mi trono, así como yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.”

Queda claro entonces, que dicho segundo requisito implicaba el sufrir una muerte de sacrificio o martirio en defensa de la integridad de uno hacia Dios, así como lo había hecho el propio Jesús y por lo que se le concedió el sentarse al lado de su Padre Celestial; de hecho, cuando le fue dada la Revelación a Juan, le fue concedida una visión de aquellos que se sentarían en los tronos al lado de Jesucristo, para juzgar a las naciones y de la que Juan nos destaca la característica principal que identificaba a dichos personajes y que, lógicamente, habría que entender como fundamental (de lo contrario Jehová no la habría puesto ahí), para poder acceder a dicha posición de privilegio:

Y vi tronos, y hubo quienes se sentaron en ellos y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha (eso es, asesinados) por el testimonio que dieron de Jesús (algo que dichos “notables del AT” no pudieron hacer, pues en su tiempo aún faltaban siglos para que el tal viniera a la existencia) y por hablar acerca de Dios y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir y reinaron con el Cristo por mil años.” (Rev. 20:4). (Acotaciones nuestras).

Y siendo que de dichas palabras, queda meridianamente clara la necesidad de una muerte violenta por causa “del testimonio dado de Jesús y por hablar acerca de Dios” en un enfrentamientos desigual con la “bestia” (Rev. 13:1), evitando ser afectado por la marca de la misma; sin embargo y siendo demoledor lo expuesto a partir de los pasajes de Rev. 2:10; 3:21 y 20:4, veamos ahora qué clase de muerte tuvieron los más preclaros de esos “antepasados” de Jesús:

Gén. 25:7-8: “Y estos son los días de los años de la vida de Abrahán que él vivió: ciento setenta y cinco años. 8 Entonces expiró Abrahán y murió en buena vejez, viejo y satisfecho y fue recogido a su pueblo.”

Gén. 35:28-29: “Y los días de Isaac ascendieron a ciento ochenta años. 29 Después Isaac expiró y murió y fue recogido a su pueblo, viejo y satisfecho de días; y Esaú y Jacob, sus hijos, lo enterraron.”

Gén. 49:33: “Así acabó Jacob de dar mandatos a sus hijos. Entonces recogió los pies en el lecho y expiró y fue recogido a su pueblo.”

1 Cró. 29:26-28: “En cuanto a David hijo de Jesé, reinó sobre todo Israel; 27 y los días que él reinó sobre Israel fueron cuarenta años. En Hebrón reinó por siete años, y en Jerusalén reinó por treinta y tres años. 28 Y por fin murió en buena vejez, satisfecho de días, riquezas y gloria; y Salomón su hijo empezó a reinar en lugar de él.”

Entonces, que esos “antepasados” de Jesús no reúnen esos dos imprescindibles requisitos exigidos por Jesús, para reinar a su lado en el reino de Dios, queda fuera de toda duda para una mente medianamente “amueblada”; y de nuevo resaltamos que todo esto que hasta el momento les hemos expuesto, se deriva de un pasaje que según esos “genios” de la interpretación bíblica, no tiene “la mayor importancia” y del que además aseguran “que nada aporta la debate”. Pero para que la fiesta no decaiga, veamos otro dato a tener en cuenta y que también ¡faltaría más!, se nos da en dicho Sal.45:16 y ello para probar que, lejos de tan desafortunada apreciación, dicho salmo sí da para mucho, aunque entendemos que en su supina ignorancia sobre temas bíblicos, esos señores ni se enteran de qué va la película. Dicho lo cual, veamos ahora de qué dato estaríamos hablando: porque alguno de esos “genios” de la teología, afirma enfáticamente en reiteradas ocasiones que innumerables personajes como los Moisés, Jeremías, Jeremías, el propio Daniel, etc. etc., participarán en la gobernación del reino en calidad de inmortales reyes y sacerdotes al lado de Cristo…… sin embargo eso no es lo que el Sal. 45:16 nos dice; porque recuerden, que este nos pone el énfasis en los “antepasados” de Jesús y lo que nos tiene que llevar a la siguiente cuestión: cuando en ese Sal: 45:16 se nos habla de dichos “antepasados” ¿de quienes realmente se nos está hablando?

Bien, cuando buscamos en el diccionario de la RAE de la Lengua la expresión “antepasado” y en una segunda acepción, vemos que se lee lo siguiente: “Ascendiente más o menos remoto, de una persona o de un grupo de personas”…… o lo que es lo mismo, estaríamos hablando del árbol genealógico del que uno desciende, eso es, de aquellos individuos que formando una línea directa de sucesión, da como resultado la aparición de uno y siendo esos citados individuos, entonces, los antepasados de este uno, usted por ejemplo. Pero para entender esta importante cuestión, lo que vamos a hacer es poner unos pocos ejemplos de lo que queremos decir y para no confundirnos, pues este es un detalle muy importante para saber de qué estamos hablando: mientras que Abraham fue un “antepasado” de Jesús, no lo fue Lot, siendo como era sobrino de dicho patriarca; mientras que Isaac fue un “antepasado” de Jesús, no lo fue sin embargo Ismael y eso, que eran hermanos por parte de padre; mientras que Jacob sí fue un “antepasado” de Jesús, no así Esaú, siendo como eran hermanos de padre y madre; mientras que Judá, fue otro “antepasado” de Jesús, no así el resto de sus once hermanos; mientras Sem (hijo de Noé) sí fue “antepasado” de Jesús, no así sus hermanos Cam y Jafet…… y así, suma y sigue.

Luego queda claro que, por una parte, eso reduce a una mínima expresión el número o cantidad de esos “antepasados” o personas de las que desciende directamente Jesús y a los que hace explicita referencia el Sal. 45:16, como aquellos que serán nombrados “príncipes” y que se circunscribiría a la lista genealógica que encontramos en Mat. 1:1-16 y ello por quedarnos en el personaje Abraham, pues a este es al que le fue hecha la promesa que de su simiente, provendría la “descendencia”  (Gál. 3:16). De todas formas y si alguien quiere ampliar el horizonte de antepasados de Cristo, puede ir a la lista genealógica de este y que se nos da en Luc. 3:23-38, que abarca desde Adán hasta José, esposo de María; si bien es cierto que dicha línea sucesoria y a partir de David, ya no viene por la línea de Salomón (y línea de la que desciende directamente Jesús), sino que viene por línea de Natán, descendiente de Judá y que nos lleva a los antepasados de Jesús por línea materna; y de los que ya no nos pronunciamos, así como tampoco lo hacemos con los antepasados antediluvianos de este (los Set, Enós, Mahalaleel, Matusalén, Enoc, etc.) en el sentido de si serán contados como antepasados de Jesús y por tanto, si también recibirán el nombramiento de “príncipes” sobre la tierra, o no…… y es que a tanto ya no llegamos. Pero que en todo caso ¿sabe usted, querido amigo que nos lee, de cuantos “antepasados” de Jesús estaríamos hablando?...... pues de poco más de un centenar de personas, eso es, si nos atenemos a aquellas de las que las Escrituras nos alistan, como “antepasados” de Jesús.

Lo que queremos destacar y ya llegando a la segunda parte de esta cuestión, es que en todo caso en ninguna de esas dos listas genealógicas de Jesús y que nos hablan de quiénes fueron realmente los “antepasados” de Jesús, aparecen como tales los Moisés, Josué, Jeremías, Benjamín, Zabulón, José (el que fuera gobernante en Egipto), Isaías, Daniel, Elías, Ezequías, Eliseo, Zacarías y tantísimos otros hombres prominentes que estuvieron al servicio de Dios y de los que nos habla la historia bíblica……. porque una cosa son estos y otra muy distinta, algo que parece ser ignoran esos “genios” de la interpretación bíblica, son aquellos que sí fueron “antepasados” del Hijo de Dios y que las Escrituras, como hemos comprobado, nos alistan por nombre. Luego siendo que el Sal 45:16 es claro al hacer referencia solo a los directos “antepasados” de Jesús y si lo que nos afirman esos señores fuera cierto, en el sentido de que estos “antepasados” también tuvieran que reinar con él en el reino de Dios, levantándose por ello en la “primera” resurrección ¿qué hacemos, entonces, con estos que acabamos de mencionar y que por no ser “antepasados” directos de Cristo, pues el registro genealógico de las Escrituras no los reconoce como tales, no pueden reinar con este y lo que les elimina de un plumazo, de poder participar de dicha “primera” resurrección? Entonces ¿en dónde nos los meten dichos caballeros, si lo que está claro es que fueron personas justas al servicio de Dios y por lo que no merecen el ser destruidas eternamente en la considerada como “segunda” resurrección para juicio o destrucción eterna de los “injustos”? ¿Será por ventura y como ya hemos apuntado hasta la saciedad desde este blog, que la llamada “segunda” resurrección, ni ocurre al final de los mil años, ni es para juicio o destrucción eterna de los “injustos”, sino que ocurre durante el período de mil años y para la “restauración” (Hech. 3:20-21) del ser humano en general?

Pero claro, resulta que si las cosas son como nosotros las contamos y así pintan ser, se genera otra derivada: y es que si esos señores supuestamente “elegidos” por Dios, cometen tantos errores y en tantos temas ¿qué crédito tienen, en el resto de cosas que nos puedan contar? Porque aquí está el quid de la cuestión, pues cuando todo un “teólogo” nos afirma que el Sal. 45:16 es un pasaje anodino “sin la más mínima importancia” desde su punto de vista, pero dos “descamisados” como los autores de este blog le demuestran que ello no es así (ahí está el rédito que le hemos sacado a dicho pasaje), cómo mínimo nos tendrán que reconocer que algo está fallando en esas personas y lo que las convierte en sujetos carentes de toda credibilidad, eso es, en “falsos maestros”. Y es que gracias a un correcto “análisis a fondo” del Sal. 45:16 y que los autores de este blog sí hemos sabido hacer y algo de lo que esos “ilustrados” no han sido nunca capaces, pues según nos dicen estamos ante un pasaje “intrascendente” y que nada aporta, ustedes queridos lectores, ha podido averiguar una verdad que por ignorancia o por mala fe de esas personas y que tanto nos da que nos da lo mismo, pues el resultado final sería el mismo (Mat. 15:14), se les estaba ocultando.

Por lo tanto, pensamos que dichos “entendidos” deberían de tener un poco más de recato en lo que dicen y no emplear (como hace alguno de ellos) un tono tan conmiserativo hacia los autores de este blog, pues está claro que en cuanto a conocimiento bíblico se refiere, les damos “sopas con honda” en todos los terrenos: sencillamente porque a nosotros se nos permite entender la Palabra de Dios (Luc. 10:21), mientras que a ellos no se les permite, por su orgullo, altanería y prepotencia, primero, por auto-erigirse en un alarde de soberbia, Hijos de Dios y segundo, por ese constante enfrentamiento que mantienen con Jehová (no con nosotros, que en todo caso no seríamos más que unos “mandaos”), al contradecir todas y cada una de las enseñanzas que Este expone en Su Palabra…… sin ir más lejos, en su absurda y disparatada “enseñanza” de unos “notables del AT” reinando en el reino de Dios, cuando hemos demostrado fehacientemente que el Sal. 45:16 dice todo lo contrario; y por extensión, en aquella que tiene que ver con Juan 5:28-29, en donde de lo que se nos habla realmente, es de una sola resurrección con dos distintas retribuciones y a ocurrir durante el período del reinado de Cristo en la tierra.

MABEL

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