viernes, 30 de marzo de 2012

¿Está Ud. seguro de lo que dice, D. Javier?

Y es que hace unos días, concretamente el 25 de este mes de Marzo, el Dr. Javier Rivas Martínez publicó un artículo titulado “La Parusía y el Antiguo Testamento” y el cual nos sorprendió por la ligereza con que estaba escrito, pues D. Javier nos hace unas afirmaciones un tanto sorprendentes…… como mínimo; y es que vean el planteamiento que dicho caballero propone, en el primer párrafo del citado artículo:

La Parusía o la segunda venida de Cristo, no es una revelación exclusiva del Nuevo Testamento. Este suceso, es descrito en el Antiguo Testamento, precisamente y con harta claridad en el libro del profeta Daniel. Cristo dijo que vendría por segunda vez al mundo, y acontecerá al término inmediato del la Gran Tribulación Final (Mt. 24:29) y el propósito es el de instalar un Nuevo Orden Terrenal de Mil años bajo un gobierno teocrático y que el mismo Señor Jesucristo regirá al sentarse en Su Trono de Gloria (Sal. 2:8; Is.9:7; Mt. 25:31;Ap.19:15), gobierno, de carácter celestial y que se le denomina o se le conoce como Reino de Dios (Mr.1:15), o Reino de los Cielos (Mt.3:2). Pero antes de que así sea, Cristo juzgará las naciones del mundo (Mt.25:31-32), separará a los suyos de los malvados, las ovejas de las cabras (Mt.25; Mt.25:33), permitiendo solamente la entrada al Reino Terrenal a sus fieles santos (Mt.25:34), y a los impíos los destinará al Infierno de Fuego, que es el Castigo Eterno y la Muerte Segunda (Mt.10:28; Mt.25:46; Ap.20:14; Mt.20:14-15). La venida del Señor al mundo, en su Parusía, será visible y gloriosa (Mt.24:29-30; Tit. 2:13; Jud. 14; Ap.1:7).” (Negritas nuestras).

Y párrafo que como tenemos por costumbre, transcribimos tal cual para evitar alterar su contenido y en el que se nos plantea una duda, que tenemos claro que el Sr. Rivas no nos va a solventar. Porque quién es capaz de cometer la serie de errores que D. Javier ha cometido en un solo párrafo, es que no tiene ni idea de lo que escribe…… salvo eso sí, que se trate de un lapsus monumental y que tampoco hablaría demasiado bien de su autor, si nos atenemos (siempre según declaración de parte) al hecho de que escribe en calidad de “erudito”, “maestro bíblico”, “investigador de las Escrituras” y “evangelista”; por lo que pensamos nosotros, que alguna responsabilidad implicará, el hablar desde tan “elevada” posición.

Pero sea como fuere, resulta D. Javier comete el primer error al afirmar que Jesucristo regirá en el reino de Dios al sentarse en su trono de gloria (hasta aquí bien), pero que antes de que eso se produzca, juzgará a las naciones, separando a “los suyos” de los malvados, etc. etc. etc. Pero es que resulta que el mismo texto que nos da como apoyo de dicha idea, eso es, Mat. 25:31-32 nos dice exactamente todo lo contrario, ya que dicho evento de selección se produce después de sentarse Cristo en el mencionado trono y no antes:

Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono. 32 Y todas las naciones serán reunidas delante de él (sentado ya en el trono e investido de autoridad, obviamente) y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras.” (Acotación nuestra).

Y no se le escapará a un lector normal, que la secuencia de los hechos (según se lee en dicho pasaje) es la siguiente: Jesucristo llega en su gloria, se sienta en su trono, a continuación las naciones son traídas a su presencia y empieza seguidamente, el proceso de selección…… y esa es la secuencia lógica, porque no hay lugar para otra. Pero ¿por qué comete dicho error, tan “entendido” caballero? Pues porque no sabe cuándo Jesucristo accede a su trono, ni de qué manera se produce dicha separación, ni quiénes son las ovejas, ni quien son las cabras…… o sea, que no sabe nada de nada, pues de lo contrario no habría publicado semejante disparate.

Y prueba de que eso es así, es el segundo error que comete y que ya es de aurora boreal, tratándose de tan “cualificada” persona, cuando nos dice que Jesucristo separará a “los suyos” de los malvados, eso es, las ovejas de las cabras y permitiendo solamente la entrada al Reino Terrenal a su “fieles santos”, mientras que a los impíos los destinará al fuego eterno y que no significa otra cosa, que la destrucción eterna. Pero claro, resulta que más adelante D. Javier nos identifica a esos “fieles santos”, como aquellos que han de reinar con Cristo en el mencionado reino de Dios, al citarnos de Dan. 7:18…… luego ¿sobre quiénes reinarán? Porque de nuevo, si analizamos la secuencia de los hechos, notamos que lo que ocurre es lo siguiente: una vez Jesucristo sentado en su trono de gloria, es cuando todas las naciones son reunidas ante él y las divide en dos partes; una, las ovejas o los que “son suyos” (siempre según la extraña afirmación de D. Javier), eso es “los santos” y que son los que han de reinar con él y la otra, los impíos que son mandados al “tostaero”…… pero es que nos encontramos con que ya no queda nadie más; luego repetimos la pregunta ¿sobre quiénes reinarán esos “santos”?

Pero como dicen que no hay dos sin tres, veamos un tercer error, este clamoroso por la carencia absoluta, no ya de entendimiento bíblico por parte de tan “laureado” caballero (que también), sino de un mínimo de lógica y sentido común, inaceptable por otra parte en un titulado universitario ¡nada menos que en medicina!…… a menos eso sí, que los doctorados en medicina en Méjico los sorteen en una tómbola; porque recordemos (y ya volviendo al tema que nos ocupa) que lo que nos ha dicho el Sr. Rivas, es que las ovejas en cuestión, son los “fieles santos” y de los cuales, se nos dice en Dan. 7:27 lo siguiente:

Y el reino y la gobernación y la grandeza de los reinos bajo todos los cielos fueron dados al pueblo que son los santos del Supremo. Su reino es un reino de duración indefinida y todas las gobernaciones servirán y obedecerán aun a ellos.”

Y si hay algo que no tiene discusión, es que para reinar con Cristo hay que ser Hijo de Dios y en consecuencia, hermano de Jesucristo; pues bien, veamos ahora lo que Jesucristo responde a las ovejas, ante la siguiente pregunta de estas:

¿Cuándo te vimos enfermo, o en prisión y fuimos a ti? 40 Y en respuesta el rey les dirá: “En verdad les digo: Al grado que lo hicieron a uno de los más pequeños de estos hermanos míos, a mí me lo hicieron”.”

Luego, obviamente, solo la lógica y el sentido común nos dicen que no estamos hablando de las mismas personas ¿no es así? Porque lo que queda claro de dicha parábola, es que tanto las ovejas como las cabras, reciben su justa retribución en función de lo que han hecho o no han hecho, a otro grupo de personas que Jesucristo identifica como “estos hermanos míos”…… luego ni las ovejas ni las cabras, pueden pertenecer a ese grupo compuesto por los que Jesucristo reconoce como sus “hermanos” y con respecto de quiénes, además, han sido juzgadas. Y este razonamiento de “pizarrín”, tan lógico y de sentido común, se le escapa a D. Javier, porque sencillamente no tiene ni la más remota idea de lo que habla, pues como hemos señalado, ni sabe cuándo accede Jesucristo a su trono, ni cómo ni cuándo se hace dicha separación, ni muchísimo menos a quienes prefiguran las ovejas o las cabras. Y es cierto que nosotros le podríamos recomendar a dicho caballero, que leyera nuestro artículo “Las ovejas y las cabras” (20/06/10) para que se documentara un poco, pero es que eso nos consta que ya lo hizo en su momento y sin que pudiera discutir nuestro planteamiento…… al menos no lo hizo (insultarnos sí, pero aclarar el tema, no). Y es que ya en esos tiempos pretéritos, instamos a los Sres. Rivas y Olcese (Apologista), a que aunaran esfuerzos y publicaran entre los dos, un artículo hablando de la citada parábola (¡tampoco es que pidiéramos mucho!), para ver si podían desmontar nuestra explicación de la misma en el artículo citado…… y excusamos decir, que nuestra petición no fue atendida; sin embargo, ya ven lo que acaba de publicar el Dr. Rivas y se queda tan ancho el hombre…… “total (debe de pensar D. Javier) los que me leen son tontos y no se enteran”. Y es que dichos dos personajes citados y muchos otros como ellos, tampoco hay que olvidarlo, no respetan a Jehová y por ello, se ajustan al perfil que de tales personas nos proporcionó el apóstol Pedro:

Sin embargo, llegó a haber también falsos profetas entre el pueblo, como también habrá falsos maestros entre ustedes. Estos mismísimos introducirán calladamente sectas destructivas y repudiarán (mediantes sus falsas enseñanzas) hasta al dueño que los compró, trayendo sobre sí mismos destrucción acelerada.” (2 Ped. 2:1). Acotación nuestra).

Y es que de lo contrario, se asegurarían muy mucho de lo que dicen y atenderían las objeciones recibidas, para aprender de ellas si fuera el caso o para enseñarnos a otros, si tuvieran razón…… pero lejos de esto, uno da la callada por respuesta (Olcese) y el otro (Rivas) nos insulta; pero eso sí, continúan publicando los mismos disparates vez tras vez, como si los demás fuéramos tontos y no nos acordáramos de que los tienen objetados. Y eso es precisamente lo que les califica de “falsos maestros” y por tanto, como “obreros de desafuero” (Mat. 7:23), o lo que es la mismo, agentes de Satanás; porque una cosa es el error involuntario (y en el todos podemos caer) y otra muy distinta y ya delictiva ante Jehová, la voluntariosa terquedad de continuar publicando enseñanzas que se han demostrado falsas o que como mínimo, han sido puestas en tela de juicio, sin resolver la cuestión y como si la cosa no fuera con ellos. Por ello, el tono más bien duro y sin contemplaciones de este escrito, porque sabemos con quién nos estamos jugando los “cuartos” (u séase el dinero) y por lo que ya es más sangrante: el inmenso mal que están haciendo, entre muchos de aquellos que les están leyendo y que pasan por alto, la máxima bíblica de que “si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en un hoyo” (Mat. 15:14).

Pero en fin, queridos amigos, como la cosa tampoco da para más, pues nos remitimos a lo que siempre les aconsejamos: lean un artículo, compárenlo con el otro, luego lo pasan todo por el cedazo de las Escrituras…… y saquen sus propias conclusiones.

MABEL

jueves, 29 de marzo de 2012

Sodoma y Gomorra

¿Le suenan estos nombres, querido lector? Probablemente sí y es que junto con el diluvio del día de Noé, es uno de los dos juicios más “sonados” con los que el Creador de todo el Universo, Jehová Dios, ha castigado a la humanidad o parte de ella y de los que nos habla la Biblia. Y tiene que ver con un relato anterior al de las plagas de Egipto, en aproximadamente unos 500 años y sin duda alguna, el más destacado ocurrido entre el ya citado diluvio universal y la liberación del pueblo de Israel de la tiranía de Egipto. Hecho este último, sobre el que hace unos pocos días publicamos un artículo acerca de la enseñanza que se podía derivar, de un relato tan popular y que parece ser ha gustado, pues según nuestro contador de visitas ha sido leído con mucha frecuencia. En el artículo en cuestión “Usted…… y las diez plagas de Egipto” (17/03/12), intentábamos reflejar la línea de actuación seguida siempre por nuestro Creador, en cuanto a resguardar a aquellos que le son fieles, de los castigos a los que somete a los que le son rebeldes y obstinados y algo de vital importancia para nuestra tranquilidad, en vista a los tiempos que vamos a enfrentar.

Pues bien, el tema que vamos a iniciar a continuación, tiene mucho más calado ya que no solo nos muestra cuál es la reacción de Jehová ante determinadas conductas, sino porque además es un tema muy escabroso y polémico, pero que como tenemos por costumbre en este blog (quizás no todos se atreverían), lo vamos a abordar llamando las cosas por su nombre, eso es, al pan, pan y al vino, vino…… y para acabar de aderezar la cosa, relato que nos lleva a tener que analizar hasta nuestros más recónditos pensamientos o puntos de vista, acerca de determinadas situaciones y en las que sin llegar a participar de ellas, sí podríamos vernos afectados por las mismas. Dicho lo cual, nos vamos a meter hoy en uno de esos “jardines” de los que si bien sabes cómo entras, no así como vas a salir de él…… por lo que todo considerado, empecemos pues con la historia de hoy:

Por consiguiente, Jehová dijo: “El clamor de queja acerca de Sodoma y Gomorra es ciertamente fuerte y su pecado es ciertamente muy grave. 21 Estoy completamente resuelto a bajar para ver si obran del todo conforme al clamor que acerca de ello ha llegado a mí y, si no, podré llegar a saberlo”.” (Gén. 18:20-21).

En los versículos siguientes, vemos como se produce una negociación (por llamar a la cosa de alguna manera) de Abrahán con Jehová y en donde el Altísimo llega hasta el punto de concederle al patriarca, la petición de que si tan solo encontraba diez personas justas en dichas ciudades, no las arruinaría (Gén. 18:22-33). Que la cosa no fue así, queda probado por el registro bíblico que nos habla de la destrucción de ambas ciudades, junto a las de Admá, Zeboim y Bela (también conocida por Zóar), las cuales cinco conformaban las ciudades del distrito afectado y que según se nos cuenta, sus restos descansarían en el fondo del mar Muerto (Gén. 14:1-3). Y nos permitimos recordar, para dar un poco más de sentido a la razón del porqué hacemos referencia a estos relatos antiguos, que los tales se proyectan hacia el futuro en una especie de aviso a navegantes y que nos tienen que servir de modelo ejemplarizante para saber por dónde van a ir los tiros. No olvidemos y volviendo al relato de las diez plagas, que de lo que ocurrió en el desierto de Sinaí, por ejemplo y poco después de salir de Egipto la nación de Israel, se nos dice lo siguiente:

Ahora bien, estas cosas (las ocurridas, obviamente) llegaron a ser nuestros ejemplos, para que nosotros no seamos personas que deseen cosas perjudiciales, tal como ellos las desearon.” (1 Cor. 10:6). (Acotación nuestra).

Pero claro, también nos encontramos con la misma situación en el caso del juicio a Sodoma, Gomorra y ciudades adyacentes, pues en línea con lo que estamos hablando, nos dan una pista acerca del punto de vista de Jehová y de Su posterior reacción, sobre determinadas actitudes y que el general de las personas, olímpicamente pasan por alto, pues sencillamente no les interesa el tema…… pero ahí queda la advertencia:

Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, después que ellas de la misma manera como los anteriores, hubieron cometido fornicación con exceso e ido en pos de carne para uso contranatural, son puestas delante de nosotros como ejemplo amonestador al sufrir el castigo judicial de fuego eterno.” (Judas 7).

Y si bien es cierto que en dicho pasaje se nos habla de la fornicación y que generalizando un poco, podríamos decir que básicamente comprende el adulterio y la relación sexual fuera del matrimonio, en este texto se carga el acento en otro tipo de relación sexual y que tiene que ver con la homosexualidad, pues se nos hace referencia al “uso contranatural” de la carne, o lo que es lo mismo y según se sobreentiende, del sexo.

Y decíamos al inicio de este artículo, que este es un tema polémico, porque dicha forma de relación sexual, ha pasado por varios estadios a través de la historia: de ser aceptada, a ser prohibida y pasando por toda la gama de colores…… y práctica que caracterizó los últimos días de imperios tan poderosos como el griego o el romano y que marcó el inicio de su desmoronamiento. Por otra parte, no todos los autores bíblicos están de acuerdo en que la causa de la destrucción de las citadas ciudades tenga que ver con dicho práctica, pues aunque la referencia a las prácticas homosexuales parece quedar clara en el pasaje que acabamos de leer, en directa relación a la destrucción de las mismas, algunos autores objetan que la expresión “homosexual” es de reciente creación respecto de los textos bíblicos. Por ello afirman, que no se puede concluir con certeza que el Altísimo hubiera destruido estas ciudades por esa razón, ya que las palabras hebreas de aquel momento no tienen una correspondencia exacta con los significados y el prisma cultural con el cual hoy las entendemos. Partiendo de tal supuesto, estos autores aseguran que el castigo hacia estas ciudades fue, principalmente, debido a la falta de hospitalidad de sus habitantes hacia los extranjeros y afirmando que, si bien las Escrituras hacen referencia a la “perversión sexual” de Sodoma y Gomorra y ciudades circunvecinas, no necesariamente significaría ello actos específicos de homosexualidad; dicha teoría, suele apoyarse en el siguiente pasaje del libro de Ezequiel:

¡Mira! Esto es lo que resultó ser el error de Sodoma tu hermana: Orgullo, suficiencia de pan y el desahogo de mantenerse libre de disturbio eran lo que pertenecía a ella y a sus poblaciones dependientes; y la mano del afligido y del pobre ella no fortalecía. 50 Y ellas continuaron siendo altivas y llevando a cabo una cosa detestable delante de mí y finalmente las removí, según me pareció apropiado.” (Ezeq. 16:49-50).

Pero sin embargo, vemos que el versículo 50 nos habla de “una cosa detestable” (o “una abominación”, según versiones) y puesto que en el pasaje de Judas 7 se contrapone la fornicación, con el “uso contranatural de la carne”, ello solo permite suponer que estaríamos hablando de homosexualidad pura y dura. Porque aun siendo cierto que la palabra usada en ese tiempo (alguna tendrían para ese tipo de relación) para definir tal actividad, no tuviera traducción literal en los idiomas actuales, no es menos cierto que las labores de traducción no tienen como finalidad la traducción literal de palabras; lo que se pretende es, mediante un conjunto de palabras, reflejar de la manera más ajustada posible al original, la idea, suceso o narración que se quiere transmitir al lector actual. Pero aparte de eso y siempre a tenor del registro bíblico, es que no hay la menor duda de lo que entendió el autor original del siguiente pasaje:

Y siguieron llamando a Lot y diciéndole: “¿Dónde están los hombres que entraron contigo esta noche? Sácanoslos para que tengamos ayuntamiento con ellos”.” (Gén. 19:5).

Otras versiones traducen “tener relaciones sexuales con ellos”, o “tener sexo con ellos” y aún otras “acostarnos con ellos”. Y que la cosa iba por este camino, queda probado por la contraoferta que hizo Lot en su momento, a aquella depravada muchedumbre:

Por favor, miren que tengo dos hijas que nunca han tenido coito con hombre. Por favor, déjenme sacarlas a ustedes. Entonces háganles lo que parezca bien a sus ojos. Solo no hagan nada a estos hombres, porque por eso han venido bajo la sombra de mi techo.” (Gén. 19:8).

Y a tenor de esas palabras ¿qué idea cree usted, querido lector, que tenía Lot de lo que aquella muchedumbre pretendía hacerles a esos visitantes forasteros y a los que él daba hospitalidad? Establecida esta cuestión y no quedando ninguna duda de que estaríamos hablando de la homosexualidad, como causa primaria de la destrucción de esas ciudades, veamos ahora como pintan los bastos en nuestros tiempos respecto de esa práctica…… y el paisaje no puede ser más desolador, pues de estar prohibida y penada por ley en el mundo occidental, hasta no hace mucho (ya otro gallo canta en el oriental), no solo ha pasado a tomar carta de naturaleza dentro de la sociedad ¡y estamos hablando de la cristiandad!, sino que considerándola como un derecho progresista, numerosas naciones hasta han legalizado las bodas homosexuales; eso es, hombres con hombres y mujeres con mujeres, a la par que incluso en algunas de esas naciones, se les concede también el derecho de adoptar niños.

Y a esa situación ha contribuido en grado sumo, el hecho de que la “sabiduría” humana a considerado que un homosexual “nace” y no se hace”, por lo que la persona queda eximida de toda responsabilidad personal con respecto de su orientación sexual y puede en consecuencia, exigir el mismo reconocimiento social, así como los mismo derechos que posee un heterosexual…… pero ¿qué punto de vista acerca del tema cree usted, amigo que nos lee, puede tener nuestro Creador sobre dicha cuestión y que es realmente en dónde radica el quid de la cuestión? Veamos pues, unos pocos ejemplos que nos hablan de ello y que nos llevarán de una punta a otra de las Escrituras:

Lev. 18:22: “Y no debes acostarte con un varón igual a como te acuestas con una mujer. Es cosa detestable.”

Lev. 20:13: “Y cuando un hombre se acuesta con un varón igual a como uno se acuesta con una mujer, ambos han hecho una cosa detestable. Deben ser muertos sin falta. Su propia sangre está sobre ellos.”

Rom. 1:27: “…… y así mismo hasta los varones dejaron el uso natural de la hembra y se encendieron violentamente en su lascivia unos para con otros, varones con varones, obrando lo que es obsceno y recibiendo en sí mismos la recompensa completa, que se les debía por su error.”

1 Cor. 6:9-10: “¡Qué! ¿No saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se extravíen. Ni fornicadores, ni idólatras, ni adúlteros, ni hombres que se tienen para propósitos contranaturales, ni hombres que se acuestan con hombres, 10 ni ladrones, ni personas dominadas por la avidez, ni borrachos, ni injuriadores, ni los que practican extorsión heredarán el reino de Dios.”

1 Tim. 1:9-10: “…… que la ley no se promulga para el justo, sino para desaforados e ingobernables, impíos y pecadores, faltos de bondad amorosa; y profanos, parricidas y matricidas, homicidas, 10 fornicadores, hombres que se acuestan con varones, secuestradores, mentirosos, perjuros y cualquier otra cosa que esté en oposición a la enseñanza saludable.”

Rev. 21:8: “Pero en cuanto a los cobardes y los que no tienen fe y los que son repugnantes en su suciedad (obviamente se hace referencia al uso contranatural del sexo); y asesinos y fornicadores y los que practican espiritismo, e idólatras y todos los mentirosos, su porción será en el lago que arde con fuego y azufre. Esto significa la muerte segunda (y de la que no hay resurrección).” (Acotaciones nuestras).

Bien, creemos que la opinión de Dios al respecto queda clara y diáfana, al tiempo que de la misma se sobreentiende que, lejos de ser la homosexualidad un defecto congénito (como el síndrome de Down, por ejemplo), como señalan muchos científicos favorables a las tendencias actuales, no es más que una aberración delictiva equiparable a la idolatría, al homicidio y en total oposición a la enseñanza saludable que proviene de Jehová y que Este considera además, como delito merecedor de muerte…… y lo cual no es una broma. Y es que nuestro Creador, no impondría una condena de muerte a los homosexuales, si la tal desviación sexual fuera producto de nuestros genes y por lo tanto, algo ajeno a nuestra voluntad; porque una cosa es que uno sea un tanto afeminado (se dice que por un exceso de hormonas femeninas, nosotros no entendemos del tema), lo cual no le impide llevar perfectamente una vida de relación matrimonial con una mujer, tener hijos, ser un marido y padre excelente y otra muy distinta, tener el repugnante vicio de la homosexualidad…… porque eso es lo que en realidad es la homosexualidad: un vicio repugnante; a menos eso sí, que Jehová esté equivocado y lo cual no parece estar entre lo más probable.

Y claro, ante este panorama de cómo ve Jehová dicha práctica y cómo actuó en su momento para dejar clara su postura hacia a ella, solo es razonable el preguntarse qué estará pasando en estos momentos por la mente de nuestro Creador, ante un mundo depravado que considera como un logro “progresista” (entre otras “minucias” como el aborto), el “matrimonio” entre personas del mismo sexo (incluso legislando sobre ello), que considera como una “conquista social” el reconocimiento público de la citada homosexualidad y lo que nos lleva al aberrante espectáculo de las celebraciones del “día del orgullo gay”…… ¿cómo cree usted, querido lector, que estarán los ánimos de nuestro Dios? ¿O que le parece que estará pasando por Su Cabeza hacer, con respecto de todo ese “tinglao”? Sin embargo, es que además hay otro factor a tener en cuenta que agrava la situación y que nos lleva a considerar de nuevo el pasaje de Ezeq. 16:49-50 y del que nos dicen los “entendidos” (como ya hemos señalado), que en el mismo “no se nos habla de la homosexualidad” como la causa directa de la destrucción de Sodoma y Gomorra y ciudades circunvecinas…… pues anda que si en todo tienen el mismo ojo clínico, van “apañaos”:

¡Mira! Esto es lo que resultó ser el error de Sodoma tu hermana: Orgullo, suficiencia de pan y el desahogo de mantenerse libre de disturbio eran lo que pertenecía a ella y a sus poblaciones dependientes; y la mano del afligido y del pobre ella no fortalecía. 50 Y ellas continuaron siendo altivas y llevando a cabo una cosa detestable delante de mí; y finalmente las removí, según me pareció apropiado.”

Luego considerado con atención dicho pasaje, vemos que el mensaje subliminal que subyace en el mismo, es la idea de que esas personas y al igual que en la actualidad (recuerden este dato), presumían de su condición homosexual, manteniéndose “libres de disturbio” en el sentido (entre otras cosas), de que no tenían ningún pesar que les perturbara por su aberrante conducta y que en aquella sociedad degenerada, era moneda corriente y totalmente aceptada…… y con altivez desafiante, continuaban haciendo semejantes cosas en directa contraposición de las leyes naturales dadas por su Creador. Tengamos en cuenta que el que Jehová mencionara que continuaron “siendo altivas y llevando a cabo una cosa detestable” delante de Él, obviamente significaba que esas personas eran conscientes de su mala actitud con respecto de Dios. Y ahí tenemos en nuestros días y para probar nuestra afirmación, las citadas celebraciones del “día del orgullo gay”, con sus nauseabundos espectáculos de hombres y mujeres semidesnudos por la calle, ataviados con plumajes y todo tipo de extraños ornamentos, así como de exagerados maquillajes (en un claro desafío al Altísimo, pues son sabedores de lo aberrante de su conducta) y en unas esperpénticas cabalgatas por las principales calles de las ciudades más importantes, para general regocijo del resto de la sociedad…… y que esta es otra.

Y decimos que esta es otra, porque por una parte y como ya hemos señalado, estamos hablando del mundo de la cristiandad y por lo que no es “peccata minuta” la cuestión que estamos tratando; mientras que por la otra, si bien es cierto que los homosexuales (al menos una significativa parte muy escandalosa de los mismos) son los que realizan tan “edificante” y obsceno espectáculo, no es menos cierto que cuentan con la connivencia del respetable, que jalea las distintas marchas orillado a ambos lados de las calles por las que discurren las distintas cabalgatas…… y con lo que se hacen partícipes de semejante escarnio ante el Creador. Por ello hemos mencionado al principio, que tan aberrante desviación sexual puede afectar incluso a aquellas personas que no son homosexuales, pero que consideran dicha práctica como un “derecho” y una conquista social de una sociedad avanzada y “madura”, por lo que no les parece mal la situación creada y la observan desde la indiferencia, cuando no desde la complacencia. Pero claro, por otra parte sabemos, que nos dirigimos a pasos agigantados hacia un juico de Jehová sobre la tierra habitada y por lo que deberíamos saber, qué baremos usará Dios para determinar entre aquellos que han de sobrevivir y aquellos que han de ser destruidos en dicho juicio; y para averiguarlo, tomaremos como referencia un relato relacionado con la destrucción de Jerusalén en el año 587 a.E.C. por los caldeos y algo que se nos cuenta en el libro de Ezequiel; profeta al que por medio de una visión, se le muestra lo siguiente:

Y, ¡mire!, había seis hombres que venían de la dirección de la puerta superior que mira al norte (prefigurando a los caldeos), cada uno con su arma desmenuzadora en la mano; y había entre ellos un hombre vestido de lino, con un tintero de secretario a las caderas y ellos procedieron a entrar y a plantarse al lado del altar de cobre.

3 Y respecto a la gloria del Dios de Israel, fue elevada de sobre los querubines sobre los cuales estaba y llevada al umbral de la casa; y él empezó a clamar al hombre que estaba vestido del lino, a cuyas caderas estaba el tintero de secretario. 4 Y Jehová pasó a decirle: “Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén y tienes que poner una marca en las frentes de los hombres que están suspirando y gimiendo por todas las cosas detestables que se están haciendo en medio de ella”.

5 Y a estos otros dijo, a mis oídos: “Pasen por la ciudad detrás de él y hieran. No se sienta apenado su ojo y no sientan ninguna compasión. 6 A viejo, joven y virgen y niñito y mujeres deben matar... hasta arruinamiento. Pero no se acerquen a ningún hombre sobre el cual esté la marca; y desde mi santuario deben comenzar”. Así que comenzaron con los viejos que estaban delante de la casa. 7 Y además les dijo: “Contaminen la casa y llenen los patios con los muertos. ¡Salgan!”. Y ellos salieron e hirieron en la ciudad.” (Ezeq. 9:2-7). (Acotación nuestra).

Luego lo que se percibe de este relato, es que el salvar uno la vida no tuvo tanto que ver con el hacer o no hacer aquellas cosas detestables por las que fue juzgada Jerusalén, sino por la opinión que se tenía sobre ellas, pues solo fueron librados aquellos que estaban “suspirando y gimiendo”, eso es, que se lamentaban sinceramente de la situación, porque no la aprobaban…… y lo cual nos lleva a formularnos algunas preguntas: ¿Cómo vemos nosotros esos actos detestables ya citados, que hoy en día se llevan a cabo en contra de la voluntad de Dios? ¿Estamos entre aquellos que contemplan el matrimonio entre personas del mismo sexo, como la “conquista” de una sociedad avanzada, culta y libre? ¿O nos encontramos entre esos que de forma festiva jalean esos aberrantes desfiles conmemorativos, pues piensan que esas personas tienen el derecho de reivindicar públicamente su tendencia sexual? Pero puede que quizás, sea usted una de esas personas a las que no les van esos folclores y se está en casa tranquilamente leyendo el periódico; ahora bien…… pero ¿qué piensa realmente de ello en su fuero interno? O lo que es lo mismo, pero dicho de otra manera ¿qué punto de vista tiene usted sobre dicho tema…… el de Jehová o el que se refleja en la sociedad actual? Piense que de ello, puede depender en un futuro próximo el resultado del juico que sobre usted se va a llevar a cabo en un momento determinado (al igual que sobre todo “quisqui”, no se crea que alguien se va a librar), cuando nuestro Creador diga: ¡Basta ya!...... y de que lo va a decir, no le quepa la más mínima duda.

Y es que algo que debemos de tener en cuenta, es que Jehová no cambia sus criterios en función de lo que avance “culturalmente” una sociedad que se imagina ser el ombligo del universo y que cree estar por encima del bien y del mal; por lo que Sus perfectas normas morales continúan siendo las mismas, así como lo es Su actitud para con aquellos que las violan y con aquellos…… que consienten o “comprenden” a los que las violan. Y para ello, vamos a citarle de un pasaje que no solo nos demuestra lo correcto de esta afirmación que acabamos de hacerle, sino que nos habla también de la razón primaria del porqué se produce tan aberrante situación:

Y así como no aprobaron el tener a Dios en conocimiento exacto, Dios los entregó a un estado mental desaprobado, para que hicieran las cosas que no son apropiadas, 29 llenos como estaban de toda injusticia, iniquidad, codicia, maldad, estando llenos de envidia, asesinato, contienda, engaño, genio malicioso, siendo susurradores, 30 difamadores solapados, odiadores de Dios, insolentes, altivos, presumidos, inventores de cosas perjudiciales, desobedientes a los padres, 31 sin entendimiento, falsos en los acuerdos, sin tener cariño natural, despiadados. 32 Aunque estos conocen muy bien el justo decreto de Dios, que los que practican tales cosas son merecedores de muerte, no solo siguen haciéndolas (unos), sino que también consienten (otros) a los que las practican.” (Rom. 1:289-32). (Acotaciones nuestras).

Y es que este y no otro, es el meollo de la cuestión: el hombre y en su soberbia, se ha apartado del consejo de Dios, al grado que incluso aquellos que hablamos de Él estamos mal vistos hasta por nuestros propios familiares (se avergüenzan de nosotros) y se nos toma por nada, o en su defecto, por personas retrógradas, fanáticas y apartadas de la realidad. Pero resulta y perdonen la redundancia, que la realidad (triste y penosa realidad) la tienen esas personas ante sus propias narices, aunque se nieguen a verla…… porque eso es lo que hacen, pues no quieren verla; por eso la disfrazan con esos rimbombantes nombres, como el llamar a lo que toda la vida ha sido fornicación pura y dura, relaciones “prematrimoniales” o al denigrante y doloroso adulterio, como relaciones “consuetudinarias”…… o como acabamos de ver, el considerar a la aberración que es la homosexualidad, como una enfermedad y por tanto su reconocimiento social, como un logro “progresista” propio de una sociedad “avanzada” y “culta”.

Pero puesto que en Jehová “no hay la variación del giro de la sombra” (Sant. 1:17b), eso es, que no cambia de comportamientos o actitudes con respecto de Sus normas morales, el castigo para todas esas personas (las que hacen y las que consienten), está asegurado y que según Judas 7, estaríamos hablando de un “castigo judicial de fuego eterno” o lo que es lo mismo, destrucción eterna. Por lo que ante la gravedad del asunto, entendemos que procede un sincero y profundo análisis personal, para ver en qué situación realmente nos encontramos…… no sea que nos pille el toro ¡y es que tiene una mala pinta ese “morlaco”…!

MABEL

domingo, 25 de marzo de 2012

¿Es Cristo “mediador” ante Jehová, de “todos” los hombres?

Y seguro que ya se estará oliéndose usted, querido lector, por dónde va de nuevo la cosa: pues sí y por aquello de “variar” un poco, analizaremos otro polémico artículo que ha publicado Apologista Mario Olcese; y es que no hay uno en que no de la nota…… “con lo majíco que está callaíco”, que diría un baturro aragonés (que traducido significa “con lo guapo que está calladito”). Y es que en esta ocasión, el tema que pasa a poner en la picota el amigo Apologista, tiene que ver con una afirmación de los TJ acerca de que “en un sentido estrictamente bíblico, Jesús es el “mediador” solo para cristianos ungidos”, eso es (aclaramos nosotros), del grupo de los que con Cristo han de gobernar en calidad de reyes y sacerdotes en el reino de Dios…… y planteamiento en el que una vez más, los TJ tienen toda la razón del mundo y D. Mario, también una vez más, hace gala de una supina ignorancia acerca del contenido escritural.

Y es que dicho caballero, en su video/artículo titulado “La Watchtower miente descaradamente cuando dice que Cristo es mediador solo de la manada pequeña o los 144.000”, publicado el día 16 del corriente mes de Marzo, califica tal afirmación de absurda, peligrosa y satánica enseñanza de la organización de los TJ y que según nos precisa, encontramos publicada en la revista “La Atalaya” del 15/11/79 (largo nos lo fía dicho caballero, desde luego) de su edición en inglés y en la versión española del 1 de Abril del 79, pág. 31…… pequeño lapsus del Sr. Olcese, porque dicha información se encuentra en la misma fecha y página de la citada revista, pero del año 1980 y en el apartado de “Preguntas de los lectores”. Después de citar de esta última publicación, el Sr. Olcese se reafirma en su posición de que la afirmación sobre un Jesús “mediador” solo de los cristianos “ungidos” o adoptados como Hijos de Dios, es algo muy grave y una herejía de marca mayor, para a continuación pasar a decir lo siguiente:

“…… y es que Jesucristo, nuestro señor, no murió solamente por un grupo pequeño de creyentes, sino que murió por todos; especialmente muere por aquellos que le aceptan y creen en él y su evangelio. Estas personas, que han creído en el Señor Jesús, que han aceptado a Jesús como su salvador y han abrazado su mensaje o evangelio del reino, pueden contar con Jesús como mediador…” (Negritas nuestras).

Y nos preguntamos nosotros ¿qué tendrá que ver “la gimnasia con la magnesia” o el “chorizo de Cantimpalo con correr la Maratón”, con el que Jesús mediara en un pacto y que además, muriera en sacrificio por todos los hombres? Porque en realidad, nada tiene que ver el que Jesús muriera o diera su vida por todos aquellos que llegaran en su momento a ejercer fe en él (Juan 3:16), con el que eso lo convirtiera en mediador de todos ellos. Y es que en las Escrituras se nos presenta esta circunstancia como un “rescate”, pues en 1 Tim. 2:6 leemos y refiriéndose a Jesús, que “se dio a sí mismo en rescate por todos” y no como una “mediación” en un pacto y que es lo que se está discutiendo aquí; por lo que estaríamos hablando de dos cosas totalmente distintas y por tanto, separadas entre sí. Por lo que como mínimo el Sr. Olcese, tendría que tener la precaución, antes de usar determinado término para montar un artículo, abrir un diccionario y documentarse un poco acerca del significado del vocablo en cuestión; y es que el sentido etimológico del término “mediador”, hace referencia a “alguien que se interpone entre dos o más partes en desacuerdo o conflicto, a fin de reconducir la situación; agente intermediario o medianero”. Pero que no tiene nada que ver con el término que se aplica también a Jesucristo y algo que hay que tener en cuenta, que es el de “rescatador” y cuya raíz verbal “rescatar”, significa etimológicamente el de “dar algo en cambio, para recobrar a persona, objeto, o derecho perdido o usurpado”; y habiendo hecho Jesús las dos cosas: por una parte, “mediar” en un pacto establecido entre Dios y otros hombres (inicialmente con los apóstoles) y por otra, dar su vida como “rescate” correspondiente por todos…… eso es, la humanidad en general. Y acciones que como ya hemos mencionado, nada tienen que ver la una con la otra, luego estaríamos hablando de cosas totalmente distintas; dicho lo cual y puesto que estamos hablando de la Biblia, miremos las cosas desde el punto de vista bíblico y veamos con ello, que sacamos en claro.

De entrada, hay que considerar que el término “mediador”, según nos informa la citada publicación de los TJ del 1 de Abril de 1980 y lo cual es cierto, aparece solo seis veces en las Escrituras Griegas Cristianas o Nuevo Testamento y en ellas siempre se usa (prestemos atención a este detalle) con relación al establecimiento de un pacto formal entre dos partes. O sea, que nunca se usa en el sentido de interceder o el mediar a favor de uno necesitado de ello, con respecto de un tercero que pueda solventar la papeleta, como incomprensiblemente nos quiere vender el Sr. Olcese…… y es que no sabemos de dónde saca la idea, pues el contexto general de las Escrituras no apunta en esa dirección. Término además el de “mediador”, con el que se aluden exclusivamente a Moisés y a Jesús, como veremos a continuación y siempre relacionados con el establecimiento de un pacto y no con la labor de interceder a favor de nadie:

Entonces ¿por qué la Ley? Fue añadida para poner de manifiesto las transgresiones, hasta que llegara la descendencia (Jesús) a quien se había hecho la promesa; y fue transmitida mediante ángeles por mano de un mediador (Moisés). 20 Ahora bien, no hay mediador cuando se trata de una sola persona, mas Dios es uno solo.” (Gál. 3:19-20). (Acotaciones nuestras).

Viendo pues que Moisés, fue el “mediador” o intermediario de lo que se conoce comúnmente como “El pacto de la Ley Mosaica” y que da nombre genérico a la primera parte de la Biblia, eso es, el Antiguo Testamento (un testamento no es otra cosa que un pacto), veamos cuál es el significado de la expresión “pacto”, pues en función de eso quedarían delimitadas las responsabilidades del “mediador” del mismo y lo cual nos ayudará a entender el tema objeto de debate; y que según el diccionario de la RAE, el término “pacto”, significa lo siguiente:

Concierto o tratado entre dos o más partes, que se comprometen a cumplir lo estipulado.”

Luego puesto que en esta figura se contemplan responsabilidades de cumplimiento por ambas partes, nada en esas palabras indica que ello haga referencia a la figura de un “intercesor” y cuya función, según la RAE de la Lengua y que exponemos a continuación, es totalmente diferente:

Hablar en favor de alguien para conseguirle un bien o librarlo de un mal.”

Por lo que como vemos, nada tiene que ver esa definición con el ejercicio de mediar en un pacto, pues ya hemos visto lo que ello significa. Pero pongamos un ejemplo práctico de lo que queremos decirle: Imagínese, querido lector, a un comerciante que quiere iniciar un negocio y precisa contratar un edifico para tal fin; entonces acude a una oficina inmobiliaria que alquila locales y que han puesto a su disposición, distintos propietarios. Encontrado el local ideal para sus necesidades, nuestro comerciante acepta la condiciones del alquiler del mismo, añade las suyas propias si procede y firma el contrato o pacto, que a su vez, es llevado por parte de la agencia inmobiliaria a la firma por parte del propietario del local y que, una vez aceptadas las demandas del arrendador, firma el documento y con lo que queda establecido el “pacto” o contrato y de obligado cumplimiento por ambas partes; y pacto en el que han intervenido tres protagonistas: el arrendador, el arrendatario y el mediador del contrato o pacto, la agencia inmobiliaria. Y ahí acaba la función del intermediario o mediador del pacto en cuestión, de tal manera que si surgen dificultades posteriores para el cumplimento de dicho contrato por parte del arrendador, no tiene ninguna responsabilidad el mediador del citado pacto o contrato, de interceder ante el arrendatario en favor del arrendador…… ya es asunto entre las dos partes contratantes ante un juez.

Pero volviendo al pacto que Jehová hizo a través de Moisés (este en calidad de mediador o intermediario) con el pueblo de Israel y puesto que ese pacto en el que entraron en el monte Sinaí, no fue sin defecto debido a la imperfección de los israelitas, así como la del propio mediador (Moisés), era necesario para el adelanto del propósito de Jehová, la consecución de algo mejor (Hebr. 8:6-9). Por consiguiente, nuestro Creador, se propuso un “nuevo pacto” en el que el privilegio de entrar a formar parte del mismo, habría de ofrecerse de entrada, solo a la nación del Israel natural y que es con quien Jehová había establecido el pacto mediado por Moisés (Éxo. 19:5-8); por ello, más de seiscientos años antes que este nuevo pacto fuera inaugurado por medio de otro mediador, Jehová ya lo adelantó por medio del profeta Jeremías:

¡Mira! Vienen días, es la expresión de Jehová y ciertamente celebraré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo pacto; 32 no uno como el pacto que celebré con sus antepasados en el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, el cual pacto mío ellos mismos quebrantaron, aunque yo mismo los poseía como dueño marital, es la expresión de Jehová. 33 Porque este es el pacto que celebraré con la casa de Israel después de aquellos días, es la expresión de Jehová: Ciertamente pondré mi ley dentro de ellos y en su corazón la escribiré; y ciertamente llegaré a ser su Dios y ellos mismos llegarán a ser mi pueblo.” (Jer. 31:31-33).

Luego ya tenemos a las dos partes que intervendrían en ese pacto futuro: Jehová por un lado y “la casa de Israel” por el otro. Y llega el momento en que aparece el mediador prometido, Jesús y por lo que es asunto de saber, con quién establece el “nuevo pacto” anunciado por Jehová:

Sin embargo, ustedes son los que con constancia han continuado conmigo en mis pruebas; 29 y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino, 30 para que coman y beban a mi mesa en mi reino y se sienten sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.” (Luc. 22:28-30).

Luego el pacto fue establecido de entrada con una pequeña representación de israelitas, eso es, con los apóstoles de Jesús y nadie más, a pesar de que Jesús tenía muchos más discípulos que le seguían; y pacto que se sustanció, cuando en Pentecostés de 33 E.C. fue derramado el espíritu santo sobre aquellos doce fieles seguidores de Jesús, o lo que es lo mismo y según les había prometido un Jesús ya resucitado (momentos antes de ascender al cielo), cuando recibieron el bautismo en espíritu santo y lo que les confería la condición de Hijos adoptivos del Altísimo:

Y estando reunido con ellos, les dio las órdenes: “No se retiren de Jerusalén, sino sigan esperando lo que el Padre ha prometido, acerca de lo cual oyeron de mí; 5 porque Juan, en verdad, bautizó con agua, pero ustedes (luego solo aquellos que habían participado del pacto, no otros) serán bautizados en espíritu santo no muchos días después de esto”.” (Hech. 1:4-5). (Acotación nuestra).

¿Y porque sabemos que ese derramamiento de espíritu santo, significaba el reconocimiento como Hijos adoptivos de Dios de aquellos doce hombres, apóstoles de Jesús? Pues porque el propio Jesús, después de haber resucitado, así lo reconoció:

Jesús le dijo: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanos y diles: Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes”.” (Juan 20:17)

Luego blanco y en botella: esas personas pasaban a convertirse en Hijos adoptivos de Dios y por lo tanto, en los hermanos menores del primogénito Jesucristo (Rom. 8:29), lo que implicaba el ser dotados de los mismos poderes que su hermano mayor tuvo en vida; por ello las palabras de Jesús, después de su resurrección:

“…… pero recibirán poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes y serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea y en Samaria y hasta la parte más distante de la tierra”. 9 Y después que hubo dicho estas cosas, estando ellos mirando, fue elevado y una nube se lo llevó de la vista de ellos.” (Hech. 1:8-9).

Luego ya tenemos el “nuevo pacto” en marcha y que contaba en ese momento, con Jehová por un lado y los doce apóstoles por otro, como partes contratantes (por decirlo de alguna manera) y teniendo a Jesús, como “mediador”. No olvidemos que Jehová hacía esta oferta de poder reinar junto a Cristo en Su reino, a cambio de que los que aceptaran dicha proposición (pues estas eran las condiciones del pacto), dejaran todos sus intereses terrenales a un lado y se dedicaran exclusivamente al apostolado, tal como demuestran los siguientes pasajes:

Andando a lo largo del mar de Galilea, vio a dos hermanos: Simón, a quien llaman Pedro y Andrés su hermano, que bajaban una red de pescar en el mar, pues eran pescadores. 19 Y les dijo: “Vengan en pos de mí y los haré pescadores de hombres”. 20 Abandonando en seguida las redes, le siguieron. 21 Al seguir adelante de allí también, vio a otros dos que eran hermanos: Santiago, hijo de Zebedeo y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, remendando sus redes y los llamó. 22 Ellos, dejando en seguida la barca y a su padre, le siguieron.” (Mat. 4:18-22).

Y circunstancia que queda resumida, con la pregunta que por boca de Pedro, le formularon los apóstoles:

Entonces Pedro le dijo en respuesta: “¡Mira! Nosotros hemos dejado todas las cosas y te hemos seguido; ¿qué habrá para nosotros, realmente?”. 28 Jesús les dijo: “En verdad les digo: En la re-creación, cuando el Hijo del hombre se siente sobre su trono glorioso, ustedes los que me han seguido también se sentarán sobre doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel. 29 Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o tierras, por causa de mi nombre, recibirá muchas veces más y heredará la vida eterna.” (Mat. 19:27-29).

Y siendo este por tanto, el pacto en el que medió Jesús: Jehová ofrecía algo, a cambio de algo y ambas partes se comprometían a cumplir con su compromiso…… y dicho sea para aclarar un poco más la idea que pretendemos establecer. Ya más adelante, los apóstoles empezaron a ampliar el número de miembros de ese pacto, al transmitir ese espíritu de adopción como Hijos de Dios a otras personas (posteriormente ya a personas no israelitas o gentiles, a causa de la falta de fe del pueblo judío), mediante la imposición de manos y algo que solo podían llevar a cabo los doce apóstoles; pues aquellos que recibían dicho espíritu de adopción de manos de los mismos, si bien podían desarrollar los mismo poderes que estos, no podían ya, sin embargo, transmitir dicho espíritu a otros. Y ello significaba que con la muerte del último de los apóstoles, finalizaría la ampliación de los miembros participantes de dicho pacto; y si alguien quiere más información al respecto, puede considerar nuestro artículo “No es eso, Sr. Olcese…… no es eso” (14/09/10).

Pero ¿qué implicaba la muerte de Jesús? El Sr. Olcese nos dice en su video/artículo que Jesús murió por todos y en lo que estamos totalmente de acuerdo de acuerdo, pues eso es precisamente lo que Jesús nos dijo:

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16).

Pero eso es una cosa y el mediar en un pacto entre Jehová y otros seres humanos, en este caso los doce apóstoles y ofreciéndoles la posibilidad de llegar a ser Sus Hijos adoptivos, es otra cosa totalmente distinta y que nada tiene que ver con lo que nos dice el Sr. Olcese, en el sentido que ello convierte a Jesucristo en el mediador universal. Y es cierto que D. Mario usa 2 Tim. 2:5 para defender su planteamiento de que Cristo es mediador por todos, lo cual nos lleva a analizar dicho pasaje para ver que nos dice realmente, pero añadiéndole el verso 6, para tener una perspectiva completa de lo que realmente quiso decir Pablo:

Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, un hombre, Cristo Jesús, 6 que se dio a sí mismo como rescate correspondiente por todos... de esto ha de darse testimonio a sus propios tiempos particulares.”

Pero tenemos que tener en cuenta, que en las cinco ocasiones anteriores que Pablo uso la expresión “mediador”, lo hizo siempre con referencia expresa al nuevo pacto y a los que en ese entonces, estaban siendo introducidos al mismo y del cual Cristo era “intermediario”; por lo que no hay razón alguna para pensar, que Pablo le diera en ese pasaje mencionado a la expresión “mediador”, un sentido que abarcara a más personas de las que estaban involucradas en dicho pacto y cambiando con ello, el papel “mediador” de Jesucristo por el de “intercesor” general y algo de lo que no nos hablan las Escrituras. Por lo tanto, lo que habría de entenderse de ese pasaje completo, leído correctamente, es que Pablo señala, por una parte al hombre Jesucristo como representante legal de Jehová, para “mediar” entre Este y los hombres (obviamente de aquellos que entraron en esa relación contractual), un pacto por un reino (Luc. 22:28-30) y que implicaba para las personas envueltas en el mismo, el recibir la condición de Hijos adoptivos de Dios. Y que era lo que Jesús en realidad, vino a ofrecer en su primera venida a la tierra, pues todos estamos de acuerdo en que el objetivo prioritario de Jesús en ese momento, fue el buscar o seleccionar a aquellos que tenían que gobernar con él; luego lo que Pablo señala en la segunda parte del citado pasaje, eso es, en el versículo 6, es que también Jesús aparte de mediar en el pacto, vino a ser un “rescate” correspondiente por todos y algo que nada tiene que ver con el pacto que Jesús medió entre Jehová y sus apóstoles…… en el verso 5 nos habla de un Jesús “mediador” de un pacto y en el verso 6, de su faceta como “rescatador” de una humanidad condenada por el pecado y actividades que nada tienen que ver la una con la otra.

Y que eso es tal cual se lo decimos nosotros, queda probado, por el siguiente hecho; si bien el rescate de la sangre de Cristo y como dice Pablo, aplica a todos, no así el entrar en esa relación de pacto con Jehová, pues los pactos no tienen efectos retroactivos, aplicando por tanto solo a las partes que lo convalidan mediante su aceptación personal e intransferible…… y por una parte tenemos a los notables del AT, que murieron estando aún sujetos al pacto antiguo y no pudiendo por tanto, acceder a ese “nuevo pacto”, mientras que por otra, tenemos a todos los que siguieron ejerciendo fe en sacrificio redentor de Cristo, pero que nacieron después de la muerte del último apóstol y por lo tanto, encontraron cerrada ya la posibilidad de incorporarse al mismo…… y aunque por estos dos grupos también murió Jesús, sin embargo no estaban incluidos en el nuevo pacto; los unos porque murieron bastante antes de su establecimiento y los otros, porque cuando nacieron ya se había cerrado la oportunidad de acceder al mismo. Pues recordemos de nuevo que la única vía de acceso a dicho pacto por un reino, eran los apóstoles mediante la imposición de manos y por el que se transmitía el espíritu de adopción como Hijos de Dios, a aquellos sobre las que se imponían…… y por lo que esos dos grupos de personas citados, estaban fuera de ese “nuevo pacto”. Por eso el pasaje de 1 Tim. 2:5, no se le puede dar el sentido que le da D. Mario y se tiene que leer desde otra perspectiva y dentro de su propio contexto, eso es, incluyendo el verso 6 que es el que aclara la situación; y es que para interpretar un testo de las Escrituras correctamente, hay que ponerlo en contraste con el contexto más inmediato y el general de las mismas, para ver si realmente dice aquello que nosotros creemos que dice…… todo lo contrario de lo que con frecuencia hace el Sr. Olcese.

Entonces queda claro, que efectivamente y de forma “estrictamente bíblica”, Jesús solo fue mediador para las personas involucradas en el citado pacto y por tanto, de ninguna manera de aquellos que nada tienen o tenemos que ver con el mismo…… que por otra parte y según Jesús, los que entraron en dicho pacto fueron tan solo una pequeña o reducida cantidad de miembros (Luc. 12:32) que reinarían con él y que Rev. 14:1-3, nos cuantifica en 144.000. Pero el Sr. Olcese afirma al final de su exposición y a modo de resumen general de su exposición, que cualquiera puede acudir a la “mediación” de Jesucristo para que abogue al Padre en favor nuestro y con lo cual está difundiendo una enseñanza que no está contenida en la Biblia; porque veamos por quiénes en todo caso, aboga Jesucristo, según el apóstol Pablo:

¿Quién es el que condenará? Cristo Jesús es aquel que murió, sí, más bien aquel que fue levantado de entre los muertos, que está a la diestra de Dios, que también aboga por nosotros.” (Rom. 8:34)

Ahora bien ¿quiénes son esos “nosotros”? Pues veamos a quienes iba dirigida la carta:

“…… pero que con poder fue declarado Hijo de Dios según el espíritu de la santidad mediante la resurrección de entre los muertos; sí, Jesucristo nuestro Señor, 5 mediante quien recibimos bondad inmerecida y un apostolado para que hubiera obediencia de fe entre todas las naciones respecto a su nombre, 6 entre las cuales naciones, ustedes también son los llamados para pertenecer a Jesucristo, 7 a todos los que están en Roma como amados de Dios, llamados a ser santos: Que tengan bondad inmerecida y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” (Rom. 1:4-7).

Luego es obvio que el apóstol Pablo hacía referencia a aquellas personas de la congregación de Roma y que al igual que él, estaban en relación de pacto con Dios, pues se refiere a ellos como los depositarios de un “apostolado” y los “llamados a ser santos”. Y así, en todas y cada una de las cartas cruzadas entre aquellas personas que estaban en esa relación de pacto con Jehová y que si algo hay que nos dejan claro, es que Jesucristo aboga en favor de esas personas únicamente y circunstancia que nada tienen que ver con nosotros hoy. Pues recordemos que hemos dicho, que a partir de la muerte del último apóstol se acabó la tarea de incorporar nuevos elementos a ese pacto…… y eso hasta el día de hoy; por lo que actualmente, no existe nadie en la tierra que esté dentro de ese pacto y por el que Jesucristo pudiera abogar.

Pero entonces ¿qué hay del papel “intercesor” que D. Mario le adjudica a Jesucristo? Pues que tal papel, como tal, no existe en las Escrituras (hasta donde nosotros sabemos) y que D. Mario no sabe de lo que habla. Pero claro, quizás usted, querido lector, razonará de la siguiente manera: si por una parte Jesús nos instó a acudir a Dios en demanda de nuestras necesidades diarias (Mat. 6:9-13) y por la otra, por nuestra crasa imperfección no podemos acercarnos a nuestro Creador (Hab. 1:13), cuando precisamente resulta que Él y no otro, es el “oidor de la oración” a quién acudirá “gente de toda carne” (Sal. 65:2)…… ¿cómo se come esta ensalada? Pues muy fácil, querido amigo: usando el salvoconducto que nos permite llegar a nuestro Creador y que no es otro que la sangre derramada por Jesucristo (o sacrificio expiatorio) y pongamos un ejemplo: imagínese que usted, amigo que nos lee, tiene la necesidad de hablar con determinado personaje y que no reúne los requisitos necesarios para ello; y que para poder llegar ante el citado personaje, tiene que transitar ineludiblemente por un camino en el que hay un control que no va a pasar por alto sus carencias y no le va a permitir el paso…… y siendo en realidad este símil, el caso en que se encuentra la humanidad ante Dios.

Sin embargo, de pronto, alguien le dice: “Toma este salvoconducto y cuando te paren, lo presentas y verás cómo automáticamente se levantan las barreras y se te permite el paso.” Y siendo de nuevo este, el caso en el que nos encontramos todos……por lo que la cuestión queda circunscrita a saber cuál es el salvoconducto en cuestión; y algo que tiene que ver con el sacrificio redentor de Cristo o su sangre derramada a favor nuestro, en definitiva, el “rescate”:

Porque tanto amó Dios al mundo que dio (en sacrificio) a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16). (Acotación nuestra).

Y ese es el salvoconducto que nos permite libre acceso al Oidor de la oración, para exponerle nuestros asuntos: el ejercer fe en Jesucristo, a la vez que en Jehová y su propósito, siendo consustancial lo primero con lo segundo, pues eso es lo que dijo Jesús en su momento:

Sin embargo, Jesús clamó y dijo: “El que pone fe en mí, no pone fe en mí solamente, sino también en el que me ha enviado”.” (Juan 12:44)

Por lo tanto y volviendo al punto central de la cuestión que nos plantea el Sr. Olcese, vemos que Jesucristo no hace las veces de intercesor ante su Padre Celestial en favor de los que quieren hacerle llegar su oración de petición o alabanza, sino que en su momento ahí quedó su sacrificio humano perfecto y que hace las veces de salvoconducto que permite acercarse al Creador en oración a todos…… obviamente a todos los que quieran hacer uso de él, por supuesto y que ya hemos dicho cuál es la manera de conseguirlo: el ejercer fe en dicho sacrificio y en la persona de Jesucristo. Y el Sr. Olcese que se vaya quitando de la cabeza esas majaderías de que todos somos “ungidos” o Hijos de Dios, pues desde la muerte de Juan se acabó la posibilidad de acceder a dicha condición y por lo que a partir de ese momento y hasta el día de hoy, no ha existido ni existe sobre la tierra nadie que posea dicha relación filial con el Altísimo; pues de lo contrario…… ¿por qué en Rev. 6:9-11, se nos habla de la futura aparición de un resto de esos Hijos de Dios y simbolizados en Rev. 11:3 por los “dos testigos”, si según D. Mario ya está la tierra llena de ellos y afirmando dicho caballero, el ser uno de tantos? Y ya sabemos que el Sr. Olcese no va a responder a esta cuestión, pues con repetirse como una cotorra en sus planteamientos, sin respetar el hecho de que los tiene objetados, tiene más que suficiente; total, si los que le leen son tontos y no se enteran…… pues eso.

Y nos permitimos señalar a nuestros lectores (a diferencia del Sr Olcese, nosotros sí les mantenemos correctamente informados), que ese resto de Hijos de Dios por aparecer, son los que pondrán en marcha la gran predicación de Mat. 24:14 y que por espacio de 1.260 días (tres años y medio, o primera parte de la profética semana 70 de Dan. 9:27) pondrá ante todo el mundo, la oportunidad de acogerse a la opción de pasar a formar parte de esa “gran muchedumbre, que ningún hombre podía contar” y que sobreviviendo a la “gran tribulación” final (Rev. 7:9; 14), entrará con vida al reino de Dios. Porque no se crean la última ocurrencia de D. Mario publicada en su artículo del 22 del actual mes de Marzo “Lo que yo creo sobre los gobernantes y gobernados en el reino de Cristo”, en el sentido que el reino de Dios es algo parecido a un club privado que al que entra en él, ya consigue la inmortalidad y el reinar con Cristo en el mismo…… ¡no, no, no!, el reino de Dios no es eso ni por el forro y el Sr. Olcese no sabe de qué está hablando: el reino de Dios, es un espacio de tiempo de mil años de duración, en donde ocurrirán la cosas más fantásticas e inimaginables que a uno se le puedan ocurrir, sobre la humanidad obediente (no sobre la clase gobernante mencionada), eso es, la “restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo” (Hech. 3:21) y que para información adicional de lo que estamos hablando, pueden leer nuestro artículo “El “evangelio del reino de Dios”…… ¿qué es realmente?” (25/02/12). Y en donde la estrella invitada o lo que es lo mismo, para quién se montó toda la “fiesta”, no fue para esa pequeño grupo de gobernantes (que ya no necesitan ser restaurados de nada y además, son parte del montaje y no la razón del mismo), sino para la humanidad en general como súbditos benditos de Jehová (Mat. 25:34), eso es, los sobrevivientes de la “gran tribulación” y todos aquellos que posteriormente se irán levantando en la podríamos considerar como segunda resurrección, a ocurrir durante el milenio…… eso es el reino de Dios.

Y hasta aquí queridos amigos, toda la historia contada según la vemos nosotros y que nos lleva a afirmar, que los TJ tienen razón, cuando dicen que de forma “estrictamente bíblica” Jesús solo fue “mediador” (de un pacto) para unos pocos (Luc. 12:32) y no para la humanidad en general…… por lo que ya tenemos otra nueva chorrada que anotar, en el “haber” de D. Mario Olcese.

MABEL

domingo, 18 de marzo de 2012

Respondiendo a D. César...... (¿)

El día 1 de este mes de Marzo, me llegó un correo de un tal César (no constan los apellidos) y de lo cual no me enteré hasta el día 13; y que es cuando pude acceder de nuevo a Internet, pues debido a un cambio de domicilio, estuve todo ese tiempo sin acceso a la red…… ya saben, aquello del cambio de línea telefónica, reinstalación y todas esas gaitas, ya hacía días que el tal correo había sido enviado. Por lo tanto y lamentando la infeliz circunstancia, tal como tengo por costumbre, les transcribo el citado correo según me llegó (por aquello de las faltas de ortografía y todas esas cosas) y paso seguidamente a responderlo:


No he leido todos los articulos,sr Armando,pero coincido en algunas cosas con javier y tambien con usted,lo que comentare por ahora es que en algunos estudios que usted hace de la biblia,parte de supuestos,y despues funda toda la extructura de su rasonamiento que por cierto es muy buena,pero sobre un supuesto a mi entender falso,pude percibir la misma extructura de rasonamiento de la whachtower,yo tambien fui testigo 20 años,y aunque diciento en mucho con esa organizacion,al principio tambien hacia esaxtamente lo mismo,toda mi personalidad estaba inpregnada hasta lo mas profundo de la forma de pensar de ellos,si yo asumo que dos mas dos es cinco,si le sumo cinco me va a dar dies,y ante algun distraido pareceria que la suma esta bien hecha aunque partio de un error ya que dos mas dos es cuatro;y asi el resultado cambia.En mi caso tube que desarmar absolutamente toda la whachtower de mi ser completo y comenzar de cero,comenzando por la humildad,superar el engaño,perdonar,fue un proceso,usted querra saber de que supuestos estoy hablando,seguramente, verdad? bueno por ahora le voy a dejar esa dudita,esa sospecha,esa inquietud,es que quiero presentarle bien esas cositas,,que podrian cambiar el resultado de todo un articulo,,aunque creo que si usted se analiza y se da cuenta de la posibilidad de que yo pueda tener razon,inmediatamente va a tener una nueva luz..jaja,ya estoy de nuevo como la WT,...


Y correo al que le respondo, amigo César, pidiéndole en primer lugar disculpas por no haber atendido a su escrito con la prontitud debida, por el motivo ya expuesto. Ya resuelto el problema y leído dicho correo con la debida atención, paso a dar respuesta a su exposición y en la que empiezo negándole la mayor: yo jamás he partido en mis escritos de un supuesto falso, por lo que le aseguro que no me va a quitar el sueño esa “dudita” que según usted menciona, se pueda crear en mí. Porque cuando haya leído todos mis artículos (si es que tiene a bien hacerlo), se dará cuenta que en la inmensa mayoría de ellos, parto siempre de un artículo de determinado autor, expongo aquello en lo que a mi entender entra en contradicción dicho autor con referencia a las Escrituras y paso a intentar probar, mediante textos bíblicos, en qué se equivoca dicho autor…… al tiempo que todos mis planteamientos, los que sean, están debidamente razonados y soportados sobre textos bíblicos y por lo que no hay lugar para supuestos falsos. Ya otra cosa es que me equivoque en la interpretación de un pasaje, lo que consecuentemente pueda llevarme a hacer una mala aplicación del mismo y algo que podríamos entrar a discutir…… pero partir de un supuesto equivocado, para montar un artículo, de ninguna manera.

Porque incluso en aquellos pocos artículos en los que no entro en objeción con alguna opinión controvertida de otro autor y que son temas de mi propia cosecha, como por ejemplo el publicado el día 7 de Julio de 2011 “Y después…… ¿qué?”, siempre tengo la precaución de señalar que se trata de una simple reflexión u opinión personal y por tanto, susceptible de ser corregida; por lo que le repito, que de supuestos falsos ni uno, pues aun siendo el caso que le cito, mis planteamientos siempre están convenientemente respaldados por los preceptivos textos bíblicos. Y por supuesto que le agradecería, que pusiera en mi conocimiento cuales son a su entender, esos “algunos estudios” en los que supuestamente parto de falsos supuestos…… y perdone usted la redundancia.

Por otra parte, dice usted coincidir también con algunas afirmaciones de un tal Javier (quiero suponer que me hablará del Dr. D. Javier Rivas Martínez, pues no conozco a otro Javier) y lo que me parece muy bien, porque dicen que para gustos están los colores; fíjese usted ¡hasta yo, que me las he tenido tiesas con dicho caballero (en el supuesto que hablemos de la misma persona) en numerosas ocasiones, coincido con alguna de sus afirmaciones!…… pocas por cierto, porque tampoco hay mucho dónde escoger; pero como diría el castizo, “menos da una piedra”.

Y claro, amigo César, que la estadía por tanto tiempo en determinada organización religiosa (en mi caso, más de 30 años) deja ciertos “tics”, pero que en el caso que nos ocupa, no tiene excesiva importancia. Y digo que no tiene excesiva importancia, porque después de 20 años de militancia en dicha organización y después de ver lo que hay por ahí, creo que estará de acuerdo conmigo que en temas de interpretación bíblica, los TJ (salvo en algunos puntos) les dan sopas con honda a los Olcese, Rivas, Buzzard y compañía y no hablemos ya de otras organizaciones religiosas…… cierto es que eso no la hace una organización religiosa aprobada por Dios, pero en cuanto a interpretación, desde luego no es de las peores.

Y en lo que a mí respecta, no comparto su punto de vista en el sentido de que la estructura de mis escritos sea la de los TJ, pues porque yo diga y demuestre de manera convincente, por ejemplo, que los miembros de la “gran muchedumbre” que sobrevive a la “gran tribulación” (Rev. 7:9; 14), no pueden ni por el forro reinar con Cristo en el reino de Dios, no tiene nada que ver con que eso mismo lo enseñen los TJ, para que mi afirmación me identifique con ellos o que no sea la correcta. O cuando demuestro hasta la saciedad, que los notables del AT, tampoco reinarán en el citado reino de Dios, no queda desmerecida mi afirmación por el hecho de que la hagan también dichos señores. O porque yo afirme que la que podríamos considerar como segunda resurrección (Dan. 12:2; Juan 5:28-29; Hech.24:15), se producirá durante el milenio y no al final del mismo, no deja de ser cierto, porque lo mismo sea enseñado por la citada organización. O porque yo demuestre convincentemente que los notables del AT, no pueden participar de la “primera” resurrección, no deja de ser menos cierto porque ello coincida con lo que se diga desde esa secta…… ni todos estos planteamientos que le acabo de citar, me hacen a mí simpatizante de la misma; o sea, que todo es muy relativo, amigo mío y por lo tanto no puedo compartir su punto de vista al respecto, pues lo único que procuro es escribir de forma correcta y entendible, probando debidamente mis argumentos…… y si en eso coincido con los TJ ¡pues que quiere que le diga!, me parece muy bien.

Y por supuesto que quedo a su disposición, para cuando desee exponerme esa “cosita” de la que me habla y que según usted, puede “cambiar el resultado de todo un artículo”…… aunque me malicio (ya sabe usted ¡cosas de viejos!) que de haberlo podido hacer, ya lo habría hecho usted. Pero es que en el caso que realmente eso fuera así y usted tuviera razón, como menciona en la parte final de su correo, no podría por menos que agradecerle el que me sacara de un error, pues lo que yo sinceramente deseo es aprender; y mientras la rectificación se apoye en las Escrituras, me tiene sin cuidado quién me la pueda formular, porque en todo caso siempre sería Jehová a través de Su Palabra, quién me rectificaría...... y eso ya son palabras mayores ¿no lo cree usted así, amigo César?

Pero antes de despedirme y si me lo permite, le voy a hacer una pequeña sugerencia: si usted tiene tanta capacidad para discernir aquellos artículos que están montados sobre supuestos falsos y algo que no me atrevo a poner en duda, en vez de mandar correos y quedar en el anonimato (a menos que uno se los publique como yo, en formato de artículo), desde el que se puede decir cualquier cosa sin “jugársela”, monte un blog y desenmascare públicamente a los que según usted, practicamos tales cosas. Porque le repito, que una cosa es hablar desde el anonimato de un correo y otra muy distinta, el dar todos los días la cara y con el riesgo de que algún día te la pongan colorada, porque has publicado alguna barbaridad. Porque eso es lo que hacemos los Olcese, Rivas, Morales, un servidor y tantísimos otros, jugándonos cada día a que nos pillen en un “renuncio” y nos saquen los colores…… lo cual le pasa hoy a uno, mañana a otro y pasado mañana al de más allá y así vamos rodando; pero repito, es solo una sugerencia.

Y sin otro particular, le saludo y quedo a su entera disposición.

Armando López Golart

sábado, 17 de marzo de 2012

Usted…… y las diez plagas de Egipto

Y no se preocupe, querido lector, que aunque parezca que le estamos comparando con una plaga ¡nada más lejos de la realidad! Por lo tanto, que no cunda el pánico, que no hay nada de qué preocuparse…… sencillamente le estamos hablando de un suceso que como usted conocerá (aunque sea de forma superficial), ocurrió en la tierra de Egipto hace más o menos la friolera de 4.000 años atrás en el tiempo. Y este relato que se encuentra en la Biblia y más concretamente, en el libro de Éxodo y del que, si nos lo permite, le recomendamos una atenta lectura de los capítulos 1 al 12 (para una mayor comprensión de lo que pretendemos explicarle), es muy importante para nosotros hoy en día, porque nos hará más entendible el propósito de Jehová para con aquellos que confiamos en Él. Además le ayudará a rechazar algunas enseñanzas fraudulentas, a cargo de algunos “entendidos” en la interpretación bíblica, en el sentido que hemos de alcanzar el reino de Dios (próximo a establecerse), enfrentando una “gran tribulación”…… al final de la cual todos aquellos que consigan “vencer” a todas las dificultades habidas y por haber en ella, “reinaran” con Cristo (Rev. 3:21). Y entendemos el que no se acabe de creer lo que le estamos contando, pues parece absurdo que un acontecimiento tan remoto en el tiempo pueda enseñarnos algo a nosotros, que vivimos en medio de la más alta tecnología que jamás haya alcanzado el ser humano, que además creemos saberlo casi todo y que nos sentimos el ombligo del universo…… pero así es, a menos que nuestro Creador esté equivocado:

Porque todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que mediante nuestro aguante y mediante el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.” (Rom. 15:4).

Y si analizamos detenidamente lo que acabamos de leer, de entrada lo que se percibe es que hay un propósito determinado y que obra en nuestro beneficio, en el registro de esos relatos de tiempo antiguo en las Escrituras y que no es otro, según se nos afirma en el texto, que el instruirnos y siempre que consideremos con atención esos sucesos, con la finalidad de que nos proporcionen el consuelo que genera esperanza. O sea y para entendernos: del conocimiento y oportuno análisis de esos hechos del pasado, eso es, el cuándo, el cómo y el porqué de los mismos, uno puede adquirir una instrucción, generadora de esperanza; ahora bien ¿esperanza…… en cuanto a qué? Pues por una parte y con una proyección a medio plazo, esperanza que tiene que ver con el hecho de que no siempre van a continuar las cosas tan graves como están actualmente, sino que se van a aliviar a tal grado, que de nuevo podremos volver a vivir en una tierra convertida en un “paraíso”, por usar una expresión que todos conocemos. Sin embargo, a cortísimo plazo, esperanza en cuanto a que seremos librados de los tiempos de máxima angustia por los que pasará la humanidad desobediente, antes de alcanzar ese ansiado paraíso de paz y que quedan perfectamente reflejados, en las palabras de Jesús en Luc. 21:25-26:

También, habrá señales en el sol y en la luna y en las estrellas y sobre la tierra angustia de naciones, por no conocer la salida a causa del bramido del mar y de su agitación, 26 mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada; porque los poderes de los cielos serán sacudidos.”

Y nadie que este medianamente informado de cómo está el patio a escala mundial, puede negar que nos estamos acercando a marchas forzadas a dicha situación y que en Rev. 7:14, se la califica como de “gran tribulación”. Dicho lo cual y para ponernos en situación, retrocedamos 4.000 años en el tiempo y situémonos en la corte del Faraón de Egipto, concretamente en el salón de audiencias y en el momento que un Faraón atónito, escuchaba las siguientes palabras de dos de sus esclavos hebreos:

Y después Moisés y Aarón entraron y procedieron a decir a Faraón: “Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: Envía a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el desierto”. 2 Pero dijo Faraón: “¿Quién es Jehová, para que yo obedezca su voz y envíe a Israel? No conozco a Jehová en absoluto y, lo que es más, no voy a enviar a Israel”. 3 Sin embargo, ellos pasaron a decir: “El Dios de los hebreos se ha puesto en comunicación con nosotros. Queremos ir, por favor, camino de tres días al desierto y hacer sacrificios a Jehová nuestro Dios; de lo contrario quizás nos hiera con peste o con espada”. 4 Ante esto, les dijo el rey de Egipto: “¿Por qué, Moisés y Aarón, hacen ustedes que el pueblo desista de sus trabajos? ¡Vayan a llevar sus cargas!”.” (Éxo. 5:1-4).

Y Faraón (¡anda que no era chulo el tío!), quizás temeroso de ser el primer gobernante de la historia en sufrir una huelga general (se nos ocurre pensar a nosotros), no solo se opuso altaneramente al Creador del Universo, sino que empezó a darles “caña” de la buena a los esclavos israelitas y a poner en pie de guerra al “sector” de la construcción:

Inmediatamente en aquel día Faraón mandó a los que obligaban a la gente a trabajar y a sus oficiales y dijo: 7 “Ustedes no deben recoger paja para dársela al pueblo para que haga ladrillos como antes. Que vayan ellos mismos y recojan la paja para sí. 8 Además, la cantidad de ladrillos que les era exigida y que hacían antes, todavía se la impondrán. No deben hacerles ninguna reducción, porque están holgando. Por eso andan clamando y dicen: ‘¡Queremos irnos, queremos hacer sacrificios a nuestro Dios!’. 9 Dejen que el servicio pese sobre los hombres y que se ocupen en él y que no presten atención a palabras falsas.”

10 De modo que salieron los que obligaban a la gente a trabajar y sus oficiales y dijeron al pueblo: “Esto es lo que ha dicho Faraón: ‘Ya no les doy más paja. 11 Vayan ustedes mismos, consíganse paja dondequiera que la hallen, porque no ha de haber ni una pizca de reducción de sus servicios’”. 12 Por lo tanto, se esparció el pueblo por toda la tierra de Egipto a fin de recoger rastrojo para usarlo como paja. 13 Y los que los obligaban a trabajar seguían apremiándolos, diciendo: “Acaben sus trabajos, cada uno su tarea, día por día, tal como cuando estaba disponible la paja”. 14 Más tarde, los oficiales de los hijos de Israel, que habían sido puestos sobre estos por los señaladores de tareas de Faraón, fueron golpeados, mientras estos decían: “¿Por qué no acabaron su tarea prescrita de hacer ladrillos como antes, ni ayer ni hoy?” (Exo. 5:1-14)

Y claro, ante tan expeditivo intento de “negociación” de la “patronal” (Faraón) con los “sindicatos” (los citados oficiales o representantes de los israelitas), no hubo otro remedio que tirar por la calle de en medio y emplear mano dura…… por lo que ni corto ni perezoso, Moisés y a instancias de Jehová, empezó de mandar plaga tras plaga sobre la tierra de Egipto. Y plagas con las que se consiguieron varias cosas: no solo por una parte, se metió en cintura a Faraón y por otra, se liberó al pueblo hebreo, sino que además (por mucho más importante, pues ahí estaba el quid de la cuestión) se humilló a sus falsos dioses y se ejecutó juicio sobre ellos, a la vista de un pueblo que asombrado, no podía dar crédito a lo que estaba viendo: sus dioses eran derrotados uno tras otro, por el Dios de los esclavos hebreos…… ¡vivir para ver!, pensarían algunos egipcios (Éxo. 12:12; Núm. 33:4); pero vayamos a las plagas en cuestión.

La primera de ellas, la transformación de las aguas del rio Nilo y de todas las restantes aguas de Egipto en sangre, trajo deshonra sobre el dios-Nilo Hapi. Por otra parte, con la consiguiente escabechina de peces en el rio Nilo también se dio un golpe a la religión de Egipto, pues se estima que algunas variedades de esos peces, se veneraban y hasta se momificaban:

Más tarde Jehová dijo a Moisés: “Di a Aarón: Toma tu vara y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus canales del Nilo y sobre sus estanques llenos de cañas y sobre todas sus aguas represadas, para que se conviertan en sangre”. Y ciertamente habrá sangre en toda la tierra de Egipto y en las vasijas de madera y en las vasijas de piedra.” (Éxo. 7:19-21).

La rana, símbolo de fertilidad y resurrección para los egipcios, estaba consagrada a la diosa-rana Heqet; por lo tanto, la plaga de las ranas (la segunda) humilló a esta diosa:

Más tarde Jehová dijo a Moisés: “Di a Aarón: ‘Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, los canales del Nilo y los estanques llenos de cañas y haz subir las ranas sobre la tierra de Egipto’”. 6 Por lo cual Aarón extendió la mano sobre las aguas de Egipto y las ranas empezaron a subir y a cubrir la tierra de Egipto.” (Éxo. 8:5-14.)

La tercera plaga llevó a los sacerdotes practicantes de magia a reconocer su derrota cuando resultaron incapaces de convertir el polvo en jejenes por medio de sus artes ocultas. Al dios Thot se le atribuía la invención de la magia o las artes ocultas, pero nada pudo hacer este dios para ayudar a los sacerdotes practicantes de magia en su intento de imitar la tercera plaga:

Jehová ahora dijo a Moisés: “Di a Aarón: ‘Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra y tiene que convertirse en jejenes por toda la tierra de Egipto’”. 17 Y procedieron a hacer esto. De modo que Aarón extendió su mano con su vara y golpeó el polvo de la tierra y los jejenes llegaron a estar sobre hombre y bestia. Todo el polvo de la tierra se convirtió en jejenes en toda la tierra de Egipto. 18 Y trataron de hacer lo mismo los sacerdotes practicantes de magia por sus artes ocultas, a fin de producir jejenes, pero no pudieron. Y los jejenes llegaron a estar sobre hombre y bestia. 19 Por lo tanto, los sacerdotes practicantes de magia dijeron a Faraón: “¡Es el dedo de Dios!”. Pero el corazón de Faraón continuó obstinado y no les escuchó, tal como había hablado Jehová.” (Éxo. 8:16-19).

Sin embargo y algo en lo que incidiremos más adelante, vemos que una línea de demarcación entre los egipcios y los adoradores del Dios verdadero, quedó trazada claramente a partir de esta tercera plaga mencionada. Porque aun cuando los enjambres de tábanos de la cuarta plaga, invadieron las casas de los egipcios, en la tierra de Gosén (el delta del rio Nilo) donde estaban ubicados los israelitas, no hubo ni un solo tábano:

Entonces Jehová dijo a Moisés: “Levántate muy de mañana y toma una posición enfrente de Faraón. ¡Mira! ¡Va a salir al agua! Y tienes que decirle: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová: “Envía a mi pueblo para que me sirva. 21 Pero si no envías a mi pueblo, aquí voy a enviar sobre ti y tus siervos y tu pueblo y en tus casas el tábano; y simplemente estarán llenas del tábano las casas de Egipto y también el suelo sobre el cual están. 22 Y ciertamente haré distinta en aquel día la tierra de Gosén sobre la cual está situado mi pueblo, para que no exista allí tábano alguno; a fin de que sepas que yo soy Jehová en medio de la tierra. 23 Y verdaderamente fijaré una demarcación entre mi pueblo y tu pueblo. Mañana se efectuará esta señal”. 24 Y Jehová procedió a hacerlo así; y densos enjambres de tábanos empezaron a invadir la casa de Faraón y las casas de los siervos de este y toda la tierra de Egipto. Quedó arruinada la tierra como resultado de los tábanos.” (Éxo. 8:23-24).

La siguiente plaga, la peste sobre el ganado (quinta), humilló a deidades como la diosa-vaca Hator, el dios Apis y la diosa-cielo Nut, a la que se imaginaban como una vaca con las estrellas fijadas en su vientre (¡anda que no hay que tener imaginación!):

En consecuencia, Jehová dijo a Moisés: “Entra a donde Faraón y tienes que declararle: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de los hebreos: “Envía a mi pueblo para que me sirva. 2 Pero si continúas rehusando enviarlos y todavía los tienes asidos, 3 ¡mira!, la mano de Jehová va a venir sobre tu ganado que está en el campo. Sobre los caballos, los asnos, los camellos, la vacada y el rebaño habrá una peste gravísima. 4 Y Jehová ciertamente hará distinción entre el ganado de Israel y el ganado de Egipto y no morirá ni una sola cosa de todo lo que pertenece a los hijos de Israel.” (Éx 9:1-4).

Por otra parte, la plaga de diviesos (la sexta) supuso la deshonra de las deidades que, según se creía en esa cultura religiosa, poseían facultades curativas, como Thot, Isis y Ptah:

Después de eso Jehová dijo a Moisés y a Aarón: “Llévense ambas manos llenas de hollín de un horno y Moisés tiene que aventarlo hacia los cielos a la vista de Faraón. 9 Y tiene que convertirse en polvo menudo sobre toda la tierra de Egipto y tiene que convertirse en diviesos que hagan erupción en ampollas sobre hombre y bestia en toda la tierra de Egipto”.

10 De modo que ellos tomaron el hollín de un horno y estuvieron de pie delante de Faraón y Moisés aventó el hollín hacia los cielos y este se convirtió en diviesos con ampollas, que les salieron a hombre y bestia. 11 Y los sacerdotes practicantes de magia no pudieron estar de pie ante Moisés como resultado de los diviesos, porque los diviesos se habían desarrollado en los sacerdotes practicantes de magia y en todos los egipcios
.” (Éxo. 9:8-11).

La severa tormenta de granizo que siguió a continuación (séptima plaga), humilló a aquellos dioses que se pensaba controlaban los elementos de la naturaleza, como por ejemplo a Reshpu, quien según se creía controlaba los relámpagos y Thot, de quien se decía también, que tenía poder sobre la lluvia y el trueno:

Ahora Jehová dijo a Moisés: “Extiende tu mano hacia los cielos, para que venga granizo sobre toda la tierra de Egipto, sobre hombre y sobre bestia y sobre toda la vegetación del campo en la tierra de Egipto”. 23 De modo que Moisés extendió su vara hacia los cielos; y Jehová dio truenos y granizo y fuego bajaba corriendo a la tierra y Jehová siguió haciendo llover granizo sobre la tierra de Egipto. 24 Así que vino granizo y fuego trémulo (se supone que relámpagos) en medio del granizo. Fue muy fuerte, de modo que no había ocurrido uno semejante en toda la tierra de Egipto desde el tiempo en que este llegó a ser nación. 25 Y el granizo fue hiriendo toda la tierra de Egipto. El granizo hirió todo lo que estaba en el campo, desde hombre hasta bestia y toda clase de vegetación del campo; y destrozó toda clase de árboles del campo. 26 Solo en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo.” (Éxo. 9:22-26). (Acotación nuestra).

La plaga de langostas (octava) fue una derrota en toda línea para los dioses que, según los egipcios, aseguraban una cosecha abundante, uno de los cuales era el dios de la fertilidad Min, al que consideraban un protector de las cosechas:

Jehová ahora dijo a Moisés: “Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para las langostas, para que suban sobre la tierra de Egipto y se coman toda la vegetación de la tierra, todo lo que el granizo ha dejado que quede”. 13 En seguida extendió Moisés su vara sobre la tierra de Egipto y Jehová hizo que un viento del este soplara sobre el país todo aquel día y toda la noche. Llegó la mañana y el viento del este trajo las langostas. 14 Y empezaron las langostas a subir sobre toda la tierra de Egipto y a posarse sobre todo el territorio de Egipto. Fueron sumamente gravosas. Antes de ellas nunca se habían presentado de esta manera langostas semejantes y nunca se presentarán otras de esta manera después de ellas. 15 Y fueron cubriendo la superficie visible de todo el país y el país se oscureció; y siguieron comiéndose toda la vegetación del país y todo el fruto de los árboles que el granizo había dejado; y no quedó nada verde en los árboles ni en la vegetación del campo en toda la tierra de Egipto.” (Éxo. 10:12-15).

Entre las deidades que la novena plaga (la de la oscuridad total) dejó bastante mal parados, estuvieron los dioses solares como Ra y Horus, así como también a Thot, el dios de la Luna y que, según se opinaba, era quien controlaba el Sol, la Luna y las estrellas:

Entonces Jehová dijo a Moisés: “Extiende tu mano hacia los cielos, para que ocurra oscuridad sobre la tierra de Egipto y la oscuridad pueda palparse”. 22 Inmediatamente extendió Moisés su mano hacia los cielos y empezó a acaecer una oscuridad tenebrosa en toda la tierra de Egipto por tres días. 23 No se vieron unos a otros y ninguno de ellos se levantó de su propio lugar por tres días; pero para todos los hijos de Israel resultó que hubo luz en sus moradas.” (Éxo. 10:21-23).

Y llegamos por fin a la décima plaga, que tenía que ver con la muerte del primogénito de cada familia y que resultó en la máxima humillación para los dioses y las diosas de los egipcios:

Y Moisés pasó a decir: Esto es lo que ha dicho Jehová: “Como a la medianoche voy a salir en medio de Egipto 5 y tiene que morir todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que está sentado sobre su trono hasta el primogénito de la sierva que está junto al molino de mano y todo primogénito de bestia. 6 Y ciertamente ocurrirá un gran alarido en toda la tierra de Egipto, como el cual nunca ha ocurrido uno todavía y como el cual nunca volverá a efectuarse uno. 7 Pero contra cualquiera de los hijos de Israel no moverá agitadamente ningún perro su lengua, desde hombre hasta bestia; a fin de que sepan ustedes que Jehová puede hacer distinción entre los egipcios y los hijos de Israel”.” (Éx 12:4-7).

Y es que en realidad, los gobernantes de Egipto se consideraban a sí mismos dioses, o los hijos de Ra o Amón-Ra; para defender semejante teoría se afirmaba que el dios Ra o Amón-Ra, tenía coito con la reina. Por lo tanto, a su hijo se le consideraba un dios encarnado y era dedicado a Ra o Amón-Ra en su templo, de modo que la muerte del primogénito del faraón suponía en realidad la muerte de un dios. Este hecho en sí debió ser un golpe severo para la religión de Egipto, al poner en descubierto la completa impotencia de todas las deidades, para salvar de la muerte a los primogénitos de los egipcios en general:

Y sucedió que a medianoche, Jehová hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón sentado sobre su trono hasta el primogénito del cautivo que estaba en el hoyo carcelario y todo primogénito de bestia. 30 Entonces se levantó Faraón de noche, él y todos sus siervos y todos los demás egipcios; y empezó a alzarse un gran alarido entre los egipcios, porque no había casa en que no hubiera un muerto.” (Éxo. 12:29-30).

Hasta aquí la somera exposición de las diez plagas de Egipto…… a partir de ahora vamos a ver cuál es el mensaje que nos transmite y que pueda ser de interés para nosotros. Lo que notamos en primer lugar, es que aunque el período de esa “gran tribulación” (por decirlo de alguna manera) del poderoso imperio egipcio y que terminó en el total arrasamiento de la nación, inició con la primera de las plagas reseñadas y acabó con la total destrucción el ejército egipcio en el mar Rojo, a partir de la tercera de esas diez plagas el pueblo hebreo fue ocultado, protegido o puesto a salvo (como prefieran) durante el resto de sucesos que siguieron a esa tercera plaga. De tal suerte fue eso así, que cosas que no tenían fronteras delimitadas, como los tábanos, o las pestes sobre hombres o animales, o las langostas, o la oscuridad, afectaron a unos…… y no afectaron a otros; lo cual nos habla de la capacidad o poder ilimitado de nuestro Dios Jehová para proteger, en tiempos de angustia, a los que le temen (Sal. 34:7).

Pero por otra parte, este relato es el anuncio de que un cataclismo parecido al sufrido por Egipto hace 4.000 años, pero corregido y aumentado, está por venir…… es más, probablemente (y es solo una opinión) estamos viviendo ya en tiempos equivalentes a las tres primeras plagas y que afectan aún a todos los habitantes de la tierra sin distinción y lo cual nos indica, puesto que las complicaciones a todos los frentes aumentan sin control, que muy pronto aquellos que ejercen fe en el sacrificio redentor de Cristo, verán como Jehová, el Magnífico Soberano de todo el Universo, les aparta o protege (Sof. 2:3) y dejarán de ser afectados por los catastróficos sucesos mundiales venideros. Y es que nuestro Creador, pronto establecerá una línea divisoria entre los que le sirven y los que no le sirven (Mal. 3:18), como en un tiempo hizo en la tierra de Egipto y para cuando las cosas vayan subiendo de tono…… porque en un momento determinado, nuestro Excelso Hacedor, extenderá la siguiente invitación:

Anda, pueblo mío, entra en tus cuartos interiores y cierra tus puertas tras de ti. Escóndete por solo un momento hasta que pase la denunciación. 21 Porque, ¡mira!, Jehová está saliendo de su lugar para pedir cuenta por el error del habitante de la tierra contra él y la tierra ciertamente expondrá su derramamiento de sangre y ya no encubrirá a los de ella a quienes han matado.” (Isa. 26:20).

A tal grado será eso así, que el Sal. 91:5-7 y que hace referencia a esos tiempos tan críticos y tenebrosos que afrontará la humanidad, nos dice lo siguiente:

No tendrás miedo de nada pavoroso de noche, ni de la flecha que vuela de día, 6 ni de la peste que anda en las tinieblas, ni de la destrucción que despoja violentamente al mediodía. 7 Mil caerán a tu lado mismo y diez mil a tu diestra; a ti no se te acercará (lo que causa tal destrucción). (Acotación nuestra).

Luego de lo que nos están hablando esos pasajes bíblicos, obviamente es de que en un momento determinado, aquellos que cifren su confianza en su Supremo Hacedor serán ocultados, protegidos o puestos a cubierto de cualquier adversidad…… ¡ni siquiera experimentarán miedo!; pues nuestro Hacedor asegura que aunque a su mismo lado ocurran las escenas más espantosas de destrucción y muerte que jamás hayan imaginado, ellos no serán de ninguna manera afectados. No olvidemos, que el Sal. 91 inicia de la siguiente manera:

Cualquiera que more en el lugar secreto del Altísimo, se conseguirá alojamiento (eso es, ubicación permanente) bajo la mismísima sombra (protectora) del Todopoderoso.” (Acotaciones nuestras).

Por otra parte, una constante en todos los juicios llevados a cabo por Jehová, de los que hay registro escrito, es que siempre de una manera u otra y más o menos milagrosa, ha mantenido a salvo a sus fieles: a Noé mediante un arca flotante (Gén. 6:14; en 587 a.E.C. y en el cerco de Jerusalén a manos de Nabucodonosor, ordenando a sus fieles que se entregaran a los caldeos (Jer. 38:2), lo cual los libró de los horrores que se vivieron dentro de la ciudad de Jerusalén, mientras que ellos tuvieron su ración de comida y agua diarias…… en definitiva, conservaron la vida y al final de algún tiempo, fueron devueltos a su tierra; en cuanto al tema de Lot, acerca de Sosoma y Gomorra, Jehová le mandó dos ángeles para que les sacaran de allí (Gén. 19:1:11). Luego ¿qué razón habría para pensar que Jehová de pronto cambiara de línea de conducta? Pues ninguna a tenor de las palabras de Santiago:

Toda dádiva buena y todo don perfecto es de arriba, porque desciende del Padre de las luces celestes y con él no hay la variación del giro de la sombra.” (Sant. 1:17).

O sea, que ni algo tan leve como la variación del giro de una sombra, existe en nuestro Creador que es inmutable en sus actitudes y comportamientos, como lo son Sus leyes que rigen el Universo, como bien conocen los científicos. Dicho todo lo cual, querido lector, permítanos unas preguntas: ¿Ha quedado más tranquilo con respecto de su futuro y el de los suyos, ante el inminente desastre que amenaza a la humanidad? ¿Cree que le ha sido provechoso, el considerar un hecho ocurrido hace 4.000 años y sacar lógicas conclusiones del mismo? ¿Aprecia usted que nuestro Creador, haya sido tan generoso de preocuparse en que tengamos un registro escrito de estos relatos de tiempo antiguo, que contribuyen a instruirnos para tener una esperanza real de que si le somos leales, Él jamás nos abandonará?:

Con alguien leal tú actuarás en lealtad; con el hombre físicamente capacitado, exento de falta, tratarás de un modo exento de falta.” (Sal. 18:25).

Y si la respuesta a esa tres preguntas ha sido afirmativa y esta convencido de ello, usted, querido amigo que nos lee, está en el camino correcto que conduce a gozar de la protección divina, a la vez que continuará interesándose por eso pequeños relatos, como el que hoy nos ha ocupado y que tanto nos ayudan a entender los propósitos del Altísimo…… y que siempre tienen como finalidad, nuestro propio beneficio. Y fíjese cuánto esto es así y si es grande Su amor hacia aquellos que le son leales, que dio a su propio Hijo Jesús en sacrificio, para que precisamente nosotros pudiéramos gozar de Su incomparable poder de protección y pudiéramos en un futuro, alcanzar la posibilidad de vivir eternamente en una tierra convertida en un deslumbrante paraíso:

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16).

MABEL