viernes, 28 de enero de 2011

¿Antes...... o después?

Bajo el título de “Refutando los textos celestiales”, se publicó en el blog de Apologista un artículo que básicamente tiene que ver con las aparentemente irreconciliables posturas entre aquellos que defienden una partida de los fieles a los cielos y gobernantes con Cristo desde el mismo y aquellos que defienden todo lo contrario. Y cuyo formato, en esta ocasión, es el de preguntas sobre algunos textos bíblicos, se supone que presentadas como objeciones y sus respectivas respuestas aclaratorias. No sabemos por cierto, quien es el autor del mismo, porque se continúa con la mala costumbre de no firmar los escritos, por lo cual ignoramos a quién nos dirigimos cuando objetamos algún planteamiento; pero puesto que aparece publicado en el blog de Apologista Mario Olcese, en principio tendríamos que presumir que suya es la autoría. Pero sea quien sea su autor, que tampoco tiene demasiada relevancia, no cambia el hecho de que hay graves equivocaciones en las citadas respuestas; y llamamos la atención sobre la gravedad del hecho, porque se están respondiendo preguntas de un tema de importancia que tiene que ver con el propósito de Jehová y acerca del cual hay mucho debate, por lo que el que las está respondiendo, de una forma u otra, lo que hace es impartir enseñanza y para lo que uno se tiene que asegurar, muy mucho, acerca lo que dice…... y que no parece ser el caso.

Y prescindiendo que de las 22 respuestas que se formulan, hay algunas más o menos objetables, de momento nos quedaremos con la nº 19 y que desde luego, no tiene desperdicio. Y que como no sabemos, quién es el autor de semejante afirmación, nos limitaremos a dirigirnos “a quien corresponda”, porque a fin de cuentas, más que rectificar a la persona que escribe (que también, si es que se deja), lo que nos lleva a actuar es el deseo de ponerles a ustedes sobre aviso (una vez más), de que hay por ahí mucho "ungido" suelto, en realidad falsos profetas que amparados con la aureola de sus supuestos conocimientos, van diciendo cosas que son puros disparates que para nada se ajustan el contenido escritural y que solo contribuyen a crear confusión entre el personal. Hecha esa matización, veamos ya en primer lugar, la pregunta y su correspondiente respuesta:

¿Pero acaso Juan no ve en el cielo, frente al trono y frente al Cordero, a los 144,000 Hebreos y a la gran multitud gentil? (Apocalipsis 7:4-17).
Respuesta:
La visión de la gran multitud frente al trono y del Cordero de Apocalipsis 7 se refiere a la venida de la Nueva Jerusalén a la tierra después del milenio. Nótese el capítulo 7 y verso 15 que dice: “Dios…extenderá su tabernáculo sobre ellos” y compárese con el capítulo 21:3: “He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres…”. Este capítulo 21 se refiere a la venida de la ciudad santa después del milenio! Una prueba adicional de que Apocalipsis 7:4-17 se refiere a la etapa post milenaria (cuando haya ya bajado la ciudad santa) la encontramos comparando Apocalipsis 7:17 que dice: “y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos” con Apocalipsis 21:4 que dice: “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos…”. ¡Obviamente la misma promesa! (Negritas nuestras).

Y argumento disparatado donde los haya, que no resiste un mínimo análisis bajo la óptica de tan solo la lógica y el sentido común y que aún no sabiendo quien ha preparado la respuesta a esa pregunta, si nos maliciamos que no tiene ni la más remota idea de lo que está diciendo. Porque en nuestra opinión y ya nos perdonarán, esa afirmación es un disparate monumental y una prueba evidente de que quien la ha formulado, en lugar de la Biblia, lo que ha estado leyendo son las aventuras del Capitán Trueno. Porque no estamos hablando en este caso de la posibilidad que se haya mal interpretado un texto bíblico, que bien podría ser (el mejor escribano, hace un borrón), sino del hecho de que con tan esperpéntico razonamiento, se rompe con el más elemental sentido común y de la lógica, que inevitablemente debe guiar a todo aquél que quiere entender algo de las Escrituras y más si cabe, en todo aquél que pretende enseñar a otros, acerca del contenido del registro sagrado.

Porque veamos: dicho escritor nos dice en primer lugar, que la visión de la gran multitud frente al trono y del Cordero de Rev. 7:9, se refiere a la venida de la Nueva Jerusalén a la tierra y hecho que ocurre (según él) después de finalizado el milenio y que como burrada, no está nada mal. Y decimos que es una burrada, porque hasta donde nosotros sabemos (y si no es así, que por favor y públicamente nos lo desmienta), la Biblia comprende desde el momento de la creación, hasta la destrucción de Satanás en el simbólico “lago de fuego” y que prefigura la destrucción eterna, al término de los mil años (Rev. 20:7-10) y momento en el que Jesucristo, devuelve a Jehová, ya cumplido con el propósito Divino de la restauración (Hech. 3:21), el reino que le ha sido conferido: más allá de eso, no se nos dice absolutamente nada más, acerca de lo que va a ocurrir. Luego ¿cómo se puede decir, que lo que ocurre a partir del cap. 21 de Revelación, sucede después del milenio? Pero como las cosas, no solo hay que decirlas, sino probarlas, empecemos por la primera cuestión.

Y para ello, no vamos a contra argumentar con planteamientos propios y por tanto susceptibles de ser discutidos, sino que solo nos apoyaremos en el propio comentario de respuesta transcrito y destacando simplemente sus contradicciones e incongruencias. Y para empezar, lo primero que tendríamos que averiguar, es de donde y cuando, sale esa grande multitud de la que se nos habla en Rev. 7:9, o sea, a la que hace referencia el autor de esa respuesta, ya que por arte de birlibirloque desde luego no aparece; por lo que tiene que haber un cómo y un cuando. Y vean ustedes lo que se nos dice al respecto, en ese capítulo 7 de Revelación, en donde se nos habla de la citada gran multitud y a la que se refiere dicho autor (verso 9), solo ¡4 versículos más adelante! o sea, del 13 al 15:

Y en respuesta, uno de los ancianos me dijo: “Estos que están vestidos de la larga ropa blanca, ¿quiénes son y de dónde vinieron?”. 14 De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú eres el que sabe”. Y me dijo: “Estos son los que salen de la gran tribulación y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. 15 Por eso están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos.”

Y teniendo en cuenta que estamos hablando de la misma gran multitud y que ya hemos averiguado el cómo, o sea, de donde procede ¿nos podría explicar el autor de la respuesta que estamos analizando, cuando se produce esa “gran tribulación” citada en el verso 14? Y desde luego ignoramos si el citado autor sería capaz de respondernos, aunque a tenor de la respuesta que ha perpetrado, es obvio que no; pero afortunadamente tenemos la Biblia que sí nos lo dice:

“……porque entonces habrá gran tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder.” (Mat. 24:21).

Ahora bien, ese adverbio de tiempo “entonces” que se cita ¿a qué tiempo apunta? Pues si tenemos en cuenta que en ese contexto, Jesús (el autor de esas palabras) estaba respondiendo a una pregunta de sus discípulos y que implicaba entre otras cosas, sobre el cuándo de su segunda venida y estaba hablando acerca de las cosas calamitosas que ocurrirían alrededor de ese tiempo, solo es razonable pensar que ese “entonces” se sitúa en la corriente del tiempo antes de que se inicie el milenio y como antesala del momento en que Jesucristo, ya en su segunda venida y como representante del Altísimo, libra la tremenda batalla de Armagedón, destruyendo a todos sus opositores y momento en que se cumple la profecía de Dan. 2:44:

Y en los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos (los actuales) y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos.”

Luego tenemos que concluir lógicamente, que esto nos sitúa exactamente en el mismo inicio del milenio y por lo que de ninguna manera, los hechos relatados en el capítulo 7 de Revelación, pueden ocurrir después de finalizado ese tiempo. Y repetimos, solo es asunto de lógica y sentido común.

Entonces lo que está claro, es que el citado autor y con su afirmación, plantea serias dudas acerca del conocimiento que pueda tener de la Escrituras, porque eso que hemos citado es tal cual lo dice la Biblia; luego la conclusión a la que hemos llegado es la única razonable. Pero como ya hemos dicho, vamos a usar el mismo argumento del propio autor, pero a la inversa, para desmontar su afirmación. Porque en su comentario de respuesta nos viene a decir más o menos, que puesto que en el libro de Revelación y en los pasajes de 7:15 y 21:3, se nos habla del mismo tabernáculo, sin lugar a dudas los acontecimientos de Rev. 7, ocurren después del milenio, porque este capítulo 21 se refiere a la venida de la ciudad santa y que según dicho autor, ese acontecimiento ocurre después de finalizados los mil años, como ustedes han podido leer. Y considerando él, como prueba adicional de que eso es así y en el sentido de que Rev. 7:4-17 se refiere a la etapa post milenaria, el hecho de que si comparamos Rev. 7:17, con Rev. 21:4, vemos que nos dicen prácticamente lo mismo. Luego por la similitud de contenidos en esos cuatro pasajes citados, él deduce que se hace referencia a acontecimientos por ocurrir después del milenio, porque según su lógica, si el capítulo 21 nos habla de después del milenio y eso es lo que nos afirma, sin lugar a dudas y por afinidad de contenidos también tiene que ocurrir después de ese tiempo, el contenido del capítulo 7.

Pues bien, siguiendo esa misma línea de razonamiento y puesto que ha quedado perfectamente probado que esos acontecimientos de Rev. 7, acontecen antes del milenio y no al finalizar el mismo, por la misma afinidad de contenidos en la que él se apoya, quedaría probado entonces que los acontecimientos de Rev. 21 citados, también se producen antes del período de los mil años. Porque claro, si esta regla vale pare él, también vale para nosotros; pero es que además y ya yendo un poquito más allá, que lo que decimos es cierto lo confirma el siguiente razonamiento: los acontecimientos narrados es este capítulo 7 de Revelación (o Apocalipsis, como prefieran), están circunscritos a la apertura del sexto sello y antes de la apertura del séptimo y sucesos que se producen obviamente (eso no lo niega ni el que asó la manteca), antes de la instauración del reinado milenario. Pero es que además, tenemos que tener en cuenta la circunstancia de que la visión de la gran muchedumbre se produce a continuación del sellar de los 144.000 y que prescindiendo de que este sea un número literal o simbólico, en cualquier caso hace referencia a aquellos que con Cristo han de gobernar en el reino (Rev. 14:1), en calidad de reyes y sacerdotes.

Y suceso que solo pueden ocurrir lógicamente, antes del establecimiento del reinado milenario, porque no solo es que quede por abrir aún un séptimo sello, recordémoslo, sino que además, resulta que con esa disparatada afirmación, lo que se nos estaría dando a entender, puesto que el cumplimiento de Rev. 7 se coloca como posterior al milenio, es que los integrantes de ese gobierno del reino, serán escogidos después de finalizado el tiempo de vigencia del mismo y que ya son narices. Pero como para comprobar si una idea es correcta o no, no hay nada mejor que permitir su desarrollo y ver en que acaba, aceptemos por un momento como correcto el planteamiento que nos hace dicho autor, en el sentido de que el capítulo 21 de Revelación es posterior al milenio y veamos las consecuencias con que nos encontraríamos. Y para ello hagámonos de entrada la siguiente pregunta: ¿hacía adonde apuntan las profecías contenidas en los libros de los profetas? Y siendo la respuesta obvia: siempre apuntan a un cumplimiento dentro del período milenario y algo que queda claro en el siguiente pasaje:

“…… y para que él envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.” (Hech. 3:20-21).

Y tiempo de restauración que se refiere al período milenario, porque un mínimo de sentido común en el análisis de ese pasaje, nos dice que Jesucristo tendrá a su cargo el llevar a cabo esa restauración, durante su tiempo como Rey gobernante del reino de Dios (mil años) y que dicha restauración inevitablemente, pasa por llevar al ser humano a la condición de perfección de la que gozaron en su día Adán y Eva y sentido, en que parece ir la profecía de Isaías en 11:6-9 y 35:5-9, por ejemplo. Y que Jesucristo parece conseguir tan loable objetivo, se deduce de las palabras de Pablo:

En seguida, el fin, cuando él entrega el reino a su Dios y Padre, cuando haya reducido a nada todo gobierno y toda autoridad y poder. 25 Porque él tiene que reinar hasta que Dios haya puesto a todos los enemigos debajo de sus pies. 26 Como el último enemigo, la muerte ha de ser reducida a nada.” (1 Cor. 15:24-26).

Entonces lo que nos da a entender Pablo, es que Cristo entrega el reino de mil años a su Padre Celestial, cuando ya todo enemigo ha sido subyugado (incluida la muerte), o sea, un mundo perfecto y sin mácula, en definitiva, un paraíso como en los tiempos de Adán. Pero claro, si tomamos por cierta la explicación de dicho caballero, en el sentido de que Rev. 21, aplica después del milenio, resulta que según sus versículos 3-4, cuando baja Jehová para “extender su tienda” sobre la humanidad, se encuentra con que la tierra y después de mil años de gobierno mesiánico, continua siendo un valle de lágrimas, clamor y dolor, además con la muerte aún presente y que según Pablo, ya Jesucristo había reducido a la nada, para cuando devuelve el reino a su Padre; sin embargo y a tenor del planteamiento del autor en cuestión, no parece que Pablo estuviera muy atinado el día que escribió eso, porque …... vean, vean:

Con eso, oí una voz fuerte desde el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad y él residirá con ellos y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. 4 Y limpiará (obviamente Jehová) toda lágrima de sus ojos y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.” (Rev. 21:3-4).

Luego y si como el caballero en cuestión nos dice, los acontecimientos que se relatan en Rev. 21 tienen su cumplimiento después del milenio, resulta que para cuando Jehová toma las riendas del asunto y según nos dice la propia Biblia, se encuentra con un fracaso total del gobierno milenario, porque continúan habiendo en la Tierra y que Él tiene que limpiar, lágrimas, clamor, dolor, muerte y lo cual hace tomar al Creador y para remediar tal fracaso, la siguiente decisión:

Y Aquel que estaba sentado en el trono dijo: “¡Mira!, voy a hacer nuevas todas las cosas.” (Rev. 21:5).

Luego Jehová, después de mil años de gobierno teocrático y viendo como está el “percal”, de nuevo tiene que cambiar radicalmente todas las cosas, como hizo mil años atrás al destruir todos los gobiernos humanos y establecer el suyo propio (como hemos leído) y haciéndolas otra vez nuevas, porque se tiene que suponer que durante ese reinado milenario y visto el resultado, se han hecho mal, tirando a peor…… de lo contrario ¿qué necesidad habría de cambiarlas? Y es que fíjense en como Jehová se encontraría el patio, según el versículo 8, si el argumento que estamos analizando fuera cierto:

Pero en cuanto a los cobardes y los que no tienen fe y los que son repugnantes en su suciedad y asesinos y fornicadores y los que practican espiritismo, e idólatras y todos los mentirosos, su porción será en el lago que arde con fuego y azufre. Esto significa la muerte segunda.” (Rev. 21:8).

Entonces, si esto es lo que hay después del reinado milenario de Cristo, una ingente colección de cobardes, repugnantes, asesinos, fornicadores, espiritistas, idólatras, mentirosos…… en fin, lo mejorcito de cada casa, ello nos lleva por lógica a preguntarnos lo siguiente: ¿pero que han hecho Jesucristo y compañía, durante el milenio? ¿No habíamos quedado y según Pablo, que para cuando Este entrega el reino a su Padre Celestial, le entrega un estado de cosas perfecto en todos sus extremos? Y claro, esta última pregunta nos lleva inevitablemente a la siguiente conclusión: o Pablo nos mintió y con él la propia Biblia, o ese señor que ha escrito la respuesta analizada, no tiene ni la más remota idea de que es lo que realmente se nos dice en las Escrituras. Y no sabemos por cuál de las dos opciones se decantarán ustedes, pero nosotros…… lo tenemos clarísimo.

Pero lo que ya es de traca, es que esos disparates se digan desde una página que se postula como difundidora de las prístinas verdades bíblicas y que ya siendo siempre bastante objetables sus artículos acerca de la Biblia, de un tiempo a esta parte parece ser que va tomando el camino del absurdo y del esperpento, convirtiéndose por tanto, en una página de dudosa credibilidad en temas que tengan que ver con las Escrituras. Y haya escrito ese despropósito el propio Apologista o el lucero del alba, que tanto da, que da lo mismo, la responsabilidad de los contenidos corresponde siempre al titular del blog, en definitiva a D. Mario Olcese. Por cierto, si desean información adicional acerca de este tema y que demuestra de manera más que convincente que ese capítulo de Rev. 21, tiene que ver con antes de dar inicio el milenio y no al final del mismo, puede dirigirse a un artículo que publicamos el 15 de Febrero de 2.010, titulado “El Gran Trono Blanco” y que en el que bajo el subtema “Nuevos cielos y nueva tierra”, comentamos acerca del interesante versículo 1 del citado capítulo y del que no hemos dicho nada en este escrito, pero que es el que más claramente demuestra el error de la afirmación analizada. Al menos y hasta el momento, nadie ha presentado ninguna objeción al planteamiento que en el mismo formulamos…... por algo será, pensamos nosotros.

MABEL

lunes, 24 de enero de 2011

Cuando no se lee bien…

… pues hace uno el ridículo, como parece haberle pasado a nuestro amigo ex-testigo de Jehová mexicano del que hablábamos hace un tiempo y del que Apologista continúa publicando sus videos. Aunque ahora nos “amenaza” desde un nuevo sitio “Fuerzalavasoriana” o algo parecido y por lo visto, con el deseo de imitar el trabajo de Lavasori; pero en fin, todo sea por la pluralidad de información. Pero volviendo a lo que nos ocupa, ustedes saben bien que desde nuestro blog siempre hemos defendido que para entender las Escrituras, entre otras cualidades como, por ejemplo, el razonar con lógica y sentido común, se necesita la capacidad de saber leer correctamente. Y sabido es que la palabra, tanto en su versión hablada como escrita, tiene como objetivo el transmitirnos ideas o conceptos, que nos muevan a tomar acciones. Pero mientras la palabra hablada cuenta con el apoyo del gesto o expresión, bien sea facial o corporal y que nos ayudan a entender lo que nos están diciendo, la palabra escrita no cuenta con esa ayuda y lo cual representa un problema. Un ejemplo de lo que decimos, está en esa máxima del periodismo radiofónico, que dice de la siguiente manera: “La ironía en la radio, no se suele entender”; sencillamente porque al no ir acompañada obviamente de la expresión facial (no vemos al que habla), hay que ser muy sutil para captarla.

Y cuando no se tiene esa capacidad, la de leer con la debida corrección, pues como les hemos dicho, uno corre el riesgo de hacer el ridículo…… y eso es lo que le ha ocurrido a nuestro amigo mexicano. Vean porqué: en un nuevo video que ha publicado y que para mostrar la incongruencia de los testigos de Jehová, al contradecirse en sus propias afirmaciones (cosa que ya sabemos todos), nos muestra la información presentada en dos distintas Atalayas y que como conoce todo el mundo, es su publicación de referencia. Bien, pues nos señala dicho caballero, que en el número del 1 de Octubre de 2.008, se afirma más o menos lo siguiente: “Jehová ve a sus siervos como Hijos y los ama profundamente”. Esa es la idea y como damos por sentado que ustedes visualizarán dicho video, no nos extendemos más. Sin embargo, nos hace observar el autor del video en cuestión, que en la misma revista, pero de fecha 15 de Enero de 2.010, se hace, por otra parte, la siguiente afirmación: “Las otras ovejas de Dios, no llegarán a ser Hijos de Dios, sino hasta que termine el mileno.” Y eso, para el citado caballero, es una flagrante contradicción, en la que incurre dicha organización, secta, sociedad o como crean oportuno llamarla, porque en un sitio dice una cosa y en el otro, totalmente la contraria.

Sin embargo, aquellos que conozcan las creencias de los TJ, se darán cuenta de que entre esas dos afirmaciones, nos hay absolutamente ninguna contradicción, sino que muy al contrario, son coherentes con sus postulados…… que serán compartidos o no, pero eso ya es otra cuestión. Y para ver que no están contradiciéndose, hagamos un pequeño repaso a la historia. Cuando Adán transgredió el mandato de Jehová, allá en el jardín de Edén, en el sentido de no comer de la fruta prohibida, no solo fue expulsado de ese paradisíaco lugar, sino también de su condición de hijo perfecto de Dios y pasando por tanto, a ser tutelado por el engañador opositor de Jehová, el personaje angélico que conocemos como Satanás. Luego los seres humanos en su conjunto, dejaron de ser hijos o familia de Dios; sin embargo, Jehová decidió un plan para recobrar a esos hijos perdidos y desamparados, de las garras de Satanás. Teniendo eso en mente y partiendo de la base que nosotros no hemos leído las citadas Atalayas, luego solo nos apoyamos en la idea que se nos transmite en el video, veamos cual ha sido el primer error de ese señor, por no leer con la debida corrección. Veamos:

Si observan la primera frase transcrita, de las dos que someteremos a análisis, se darán cuenta que en ella se nos dice que Jehová ve a sus siervos, como hijos y lo cual no quiere decir de ninguna manera que lo sean, sino que sencillamente Él los ve como si lo fueran y que por tanto, siente amor hacia su creación. Y eso no es un invento nuestro, sino que nos lo dice la propia Escritura:

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16).

Luego podríamos concluir que el ver a esos hijos perdidos, como si aún fueran suyos, movió a su Creador a actuar de forma positiva hacia a ellos. Y si ese caballero ha sido realmente TJ, cosa que empezamos a dudar, como no sea que fuera de los más torpes y no se enterara de la película (que visto lo visto, parece lo más probable), tiene que recordar algo que se repetía mucho en los preparativos que se hacían antes de la salida para la predicación de casa en casa, por parte de quién la dirigía y que es un buen ejemplo de lo que pretendemos decir. Esto es lo que se nos recordaba y a instancias de la organización, por supuesto: “No olviden ustedes nunca, que tienen que ver al amo de casa que les está escuchado, como si fuera una “oveja” de Jehová” y lo cual no tenía más significado, que enfatizar la necesidad de una actitud positiva hacia esa persona; porque esa persona, desde el punto de vista de esa organización, no era una “oveja” de Jehová puesto que no estaba bautizada, por lo que aún era considerada como una “cabra” y siempre, desde la especial terminología de los TJ: sin embargo, teníamos que verla como si ya fuera una “oveja”. Luego desde este punto de vista, dicha primera afirmación transcrita, no sirve como base para establecer un contraste negativo con respecto de la segunda, dicho sea en términos semánticos. Pero ahora vamos a ver la cuestión, no desde el punto de vista semántico, sino doctrinal.

Porque según el autor de video, la primera Atalaya citada hace referencia a que “Jehová ve a sus siervos” como hijos y afirmación que doctrinalmente no cabe duda que es correcta, ya que la idea que subyace bajo la expresión “siervo” entre los TJ, aplica únicamente a sus “ungidos” y no a las “otras ovejas”. Para constancia de que ello es así, veamos parte de un artículo publicado en la Atalaya del 15 de Junio de 1.975 y págs. 365/366 y bajo el subtítulo “El “esclavo” y los “domésticos” y transcrito tal cual:

En conexión con su advertencia, Jesús también dijo: “¿Quién es verdaderamente el esclavo fiel y discreto a quien su amo nombró sobre sus domésticos, para darles su alimento a su debido tiempo?”—Mat. 24:45.

Los “domésticos” son siervos o esclavos de una casa. Como miembros de la casa de Dios (luego estaríamos hablando del grupo “ungido”), éstos serían alimentados como grupo, trabajando unos con los otros, conociéndose y asociándose los unos con los otros y ayudándose los unos a los otros. Notaremos, al considerar la declaración ilustrativa de Jesús, que el término “esclavo” (número singular) considera aquí a todos los siervos de la casa juntos como un cuerpo, y que la expresión “domésticos” (plural) los considera como individuos.

Este modo de ver a un grupo de personas, sí, hasta a una nación entera, como esclavo o siervo, no era nuevo para los discípulos de Jesús. Jehová Dios mismo al hablar a la nación de Israel se había referido a ella varias veces como su siervo. Él dijo: “Tú, oh Israel, eres mi siervo, tú, oh Jacob, a quien he escogido, la descendencia de Abrahán mi amigo; tú, a quien he asido desde las extremidades de la tierra, y tú, a quien he llamado hasta de las partes remotas de ella. Y por lo tanto te dije: ‘Tú eres mi siervo; te he escogido, y no te he rechazado.’” (Isa. 41:8, 9) Aclarando que este “siervo” compuesto está formado de muchos individuos, el Creador le dijo a la nación de Israel: “‘Ustedes son mis testigos,’ es la expresión de Jehová, ‘aun mi siervo a quien he escogido.’ . . . Y ahora escucha, oh Jacob siervo mío, y tú, oh Israel, a quien he escogido. Esto es lo que ha dicho Jehová, . . . ‘¿No he hecho yo que desde aquel tiempo en adelante tú individualmente oigas y no lo he anunciado? Y ustedes son mis testigos.’”—Isa. 43:10; 44:1-8; también 42:19; 44:21; 48:20; 49:3; Jer. 30:10.

Después que Dios rechazó al Israel natural como siervo suyo por su desobediencia, ¿quiénes entonces llegarían a ser su siervo, su instrumento terrestre, sus testigos en la Tierra? Veamos lo que dice el apóstol Pablo acerca de esto. Fue aproximadamente en los años 50-52 E.C. que Pablo escribió acerca del asunto a las congregaciones cristianas de Galacia. El nuevo pacto, que reemplazó al pacto de la Ley, había estado en vigor desde el Pentecostés del año 33 E.C. Por lo tanto la congregación cristiana había estado funcionando por unos dieciocho años. A los cristianos gálatas, Pablo dijo: “Ni la circuncisión es nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación es algo. Y a todos los que hayan de andar ordenadamente por esta regla de conducta, sobre ellos sea paz y misericordia, sí, sobre el Israel de Dios.”—Gál. 6:15, 16.

La congregación cristiana se formó de la gente que andaba ordenadamente por aquella regla en cuanto a una “nueva creación.” Como congregación unida fue así el “siervo” de Dios, tal como lo había sido Israel de la antigüedad. Por lo tanto, el pasaje en Isaías 43:10 podía dirigirse de manera espiritual a la congregación como el “Israel de Dios”: “Ustedes son mis testigos,’ es la expresión de Jehová, ‘aun mi siervo”.” (Negritas nuestras).

Y nosotros no nos pronunciamos en el sentido de que esa idea o planteamiento sea correcta o no, solo exponemos el punto de vista de esos señores y que desde esa lógica, sería de todo punto correcto que Jehová viera a esos siervos ungidos como Hijos Suyos y los amara, puesto que ha sido Él mismo el que les ha otorgado esa condición:

De consiguiente, como escogidos de Dios, santos y amados, vístanse de los tiernos cariños de la compasión, la bondad, la humildad mental, la apacibilidad y la gran paciencia.” (Col. 3:12).

Y no podemos olvidar que ya en el momento en que fueron escogidos para ser Hijos perfectos del Altísimo, ya eran considerados como tales, siempre según se deduce de las palabras del apóstol Juan:

Amados, ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que seremos. Sí sabemos que cuando él sea manifestado seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es.” (1 Juan 3:2).

Luego desde este punto de vista, esta primera afirmación sometida a análisis, es del todo correcta, pero…… ¿es contradictoria con la segunda? Veamos la segunda de esas dos afirmaciones “contradictorias”, según el autor del video y de momento vamos a repetirla, por aquello de refrescar la memoria: “Los otras ovejas de Dios, no llegarán a ser Hijos de Dios, sino hasta que acabe el milenio”. Ahora bien, ya en este mismo artículo de los TJ y del que les hemos extraído una porción, hay otro párrafo en donde se dice lo siguiente de las “otras ovejas:

Además, el “esclavo” del día presente ha traído en asociación consigo mismo unos 2.000.000 de personas más. Verdaderamente ha resultado ser elsiervode Jehová, sus testigos. Los asociados de este “esclavo” tienen la esperanza de vivir para siempre en una Tierra paradisíaca. El “esclavo fiel y discreto” los alimenta generosamente. El alimento espiritual que reciben es alimento “a su debido tiempo,” porque nunca hubo condiciones tan críticas ni ha sido tan urgente la necesidad de huir de este sistema de cosas y confiar en la provisión de Dios para sobrevivir.”

Y dado que los TJ entienden que la clase del esclavo o siervo ungido, gobierna desde el cielo como seres inmortales y puesto que la restauración de “todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo” (Hech. 3:21), tiene que acontecer aquí en la tierra y durante el reinado milenario de Cristo, es solo lógico razonar, que es al fin del mismo cuando se alcanza la total restauración citada. Y como lo único que puede ser restaurado, son las condiciones que existían cuando Adán (por supuesto, antes del pecado), el hombre solo puede alcanzar la capacidad de vivir eternamente de la que disfrutaba dicho personaje, precisamente en ese momento: al final de los mil años (y que para más información al respecto, pueden considerar nuestro anterior artículo “Jehová…… y la lógica”). Luego esa segunda afirmación de los TJ que estamos considerando, no solo es lógica y consecuente con su ideario, sino que de ninguna manera es contradictoria con la primera. La Atalaya está sencillamente hablando, de dos grupos diferentes, con distintas responsabilidades, distintos privilegios y distintas ubicaciones. Luego se podrá estar de acuerdo o no con esa doctrina, pero lo que queda claro es que ambas afirmaciones, tomando la misma como base, son razonablemente consecuentes entre sí y no existe por lo tanto, contradicción alguna entre ellas.

Luego el argumento de ese señor mexicano, ex-testigo de Jehová dice él, es simplemente un absurdo que solo prueba sus dificultades para entender aquello que lee y que además, no sabe ni torta de los postulados que defienden desde dicha organización y a la que, repetimos, afirma haber pertenecido. Y sin estar de acuerdo con la misma y entendiendo que tiene mucho de criticable, pero que habría que considerar que en todas partes se cuecen habas, no nos parecen de recibo estas críticas sin ton ni son y producto de la torpeza personal de quién las formula. Y que ya puestos en harina, nos vamos a permitir un comentario dirigido al citado caballero: es muy poco serio que aparezca en los videos de esa guisa, con esas gafas negras que le ocultan parte del rostro, encima con gorra y que entendemos fiel reflejo de la capacidad de dicho caballero. Porque cuando uno publica en internet y más cuando de lo que habla es de algo tan serio como son las cosas de Dios, lo mínimo que se puede hacer es dar la cara e identificarse claramente; y si por la razón que sea no se puede hacer eso, pues uno se calla, se queda en su casita tan ricamente y no amparándose en el anonimato, vaya diciendo disparates y alborotando por ahí. Y repetimos, es solo un comentario.

Y siendo cierto que en nuestro último escrito acerca de ese señor, ya nos pronunciábamos en el sentido de que no volveríamos a escribir sobre él, nos ha repateado que se haga crítica de esta manera tan alegre y tan falta de rigurosidad, de la que hace gala tan “ilustrado” caballero. Que los TJ tienen mucho que criticar (para nosotros, solo sus dirigentes, o sea, de “anciano” para arriba), es cierto, pero cuando algo no es verdad, también hay que señalarlo y en este caso, la imputación que se les hace, sencillamente no es verdad. Y que lo criticable no está en sus doctrinas, algunas quizás hasta más acertadas que otras que se imparten en algunas organizaciones religiosas o se leen en la Red, sino en sus actitudes de aprovechamiento y expolio económico hacia su feligresía y por la que sienten un total desprecio, amparadas en unas normas dictatoriales y la siempre velada amenaza de lo que le va a pasar a uno si les manda a paseo o es expulsado. Y que desde luego en este blog lo sabemos por experiencia personal, ya que sus dos autores sumamos entre ambos más de 60 años de militancia y aún nos duelen las cicatrices; cierto es que el salirnos (nos expulsaron por enfrentarnos a la organización) de ese laberinto en el que uno se ve envuelto, cuando forma parte de dicha organización, es sin lugar a dudas lo mejor que podía pasarnos, pero eso no quita la gravedad de los daños “colaterales”, que no fueron pocos.

Pero ya otra cosa, es que personas no demasiado documentadas, usando la impunidad que les ofrece el disfraz bajo el que ocultan su personalidad, vayan por ahí diciendo tonterías.

MABEL

sábado, 22 de enero de 2011


 Jehová…... y la lógica

Una de las cosas que pocos se atreverían a discutir, creyentes y quizás no tan creyentes, es el hecho de que Jehová y como queda probado en su perfecta y maravillosa creación, es un Dios de lógica y sentido común, entre otras infinitas cualidades y afirmación que podríamos ejemplificar, con el siguiente pensamiento:

No se extravíen: de Dios uno no se puede mofar. Porque cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará.” (2 Cor. 9:6).

Y decir que la lógica y el sentido común o el sentido común y la lógica, como prefieran ustedes expresarlo (ya que son consustanciales), son fuerzas que contribuyen a mover al mundo, no sería decir ningún disparate. Una definición de la idea, la podríamos establecer de la siguiente manera: si usted siembra simiente de patata, crecerán patatas y eso es por lógica y de sentido común; y si usted siembra más de las que puede consumir o en su caso vender, tendrá que tirar un resto, con la consiguiente pérdida de dinero y trabajo y eso es de sentido común, o sea, por lógica.

Ahora bien, la lógica tiene un proceso, según la descripción que da del término el diccionario de la RAE y la cual es como sigue:

Disposición natural para discurrir con acierto sin el auxilio de la ciencia.”

Luego, estaríamos hablando de una capacidad inherente en el ser humano y dada por nuestro Creador, pues recuerden aquello de “…… hagamos un hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza……” (Gén. 1:26); y atributo personal que nos permite, sin la ayuda de grandes o elevados estudios, encontrar mediante el solo uso de nuestra capacidad mental, la razón o sentido lógico de las cosas. Y “disposición natural”, parafraseando al citado diccionario, que es aplicable a cualquier asunto de interés que nos ocupe, como podría ser por ejemplo, el estudio de la Palabra de Dios, la Biblia.

Porque se nos ha “vendido” la idea de que el estudio y subsiguiente entendimiento del registro sagrado, está solo al alcance de aquellos que poseen elevados conocimientos, especialmente en teología, hermenéutica y ciencias afines, así como de los distintos idiomas en que originalmente se escribieron los distintos libros que conforman lo que hoy conocemos como la Biblia o las Sagradas Escrituras. Ello ha llevado a muchas personas (más de las deseables, todo sea dicho), a pensar que la Biblia es un libro difícil y complicado, solo al alcance de expertos. Y que por eso, para impartir tales conocimientos, vemos que coexisten como centros docentes, un sinnúmero de Seminarios, Facultades de Teología, Fundaciones Universitarias, Universidades Teológicas, etc. Y claro, uno queda apabullado ante tanto despliegue y no puede menos que pensar, que dado que no tiene los tales conocimientos, ni la más remota posibilidad de conseguirlos…… ¿para qué complicarse la vida, si al final no se va a enterar de nada?

Y planteamiento totalmente erróneo y alejado de la realidad, porque si bien es cierto que dichos conocimientos serían necesarios en aquellos que tomaron a su cargo el traducir desde esos idiomas originales, a los que usamos cada uno de nosotros actualmente y poner así a nuestro alcance, el contenido del texto sagrado, no es menos cierto que los que usamos esas traducciones (si están bien hechas), no necesitamos de tales superiores conocimientos para una cabal comprensión de los mismos, ya que el trabajo nos viene hecho; por ejemplo: para que los autores de este blog, entendamos el significado de un relato escrito en español (nuestro idioma natural), no precisamos de titulación universitaria en Filología Española, sino sencillamente saber leer de forma correcta, por decirlo de una manera resumida y entendible.

Por ello es posible, que siendo el caso que nosotros en este blog no poseemos ni de lejos estudios superiores y muchísimo menos en teología o de idiomas como el hebreo o griego y que solo nos valemos de la capacidad de razonar con la lógica y el sentido común que ha tenido a bien concedernos el Altísimo (como a cualquier hijo de vecino, por otra parte) y por supuesto, la capacidad de leer correctamente (conseguida a base de esfuerzo), cuando hemos entrado a discrepar con otros autores de temas bíblicos, que si poseen (al menos eso dicen) y además presumen de los tales conocimientos, han sido incapaces de desmontar nuestros argumentos en cualquier tema que estemos debatiendo. Y sin pretender decir con eso que nosotros siempre tengamos la razón, los hechos ahí están y también los distintos artículos colgados en Internet, para quienes lo quieran comprobar. Y es que la Biblia, querido lector, se escribió en origen para personas humildes y de escasos recursos intelectuales, tales como pastores, agricultores, ganaderos, pescadores u otros oficios varios, que vivieron hace varios miles de años atrás y en donde solo unos pocos privilegiados de la clase gobernante, tenían un saber claramente superior a la inmensa mayoría de la clase gobernada. Luego usted, si puede entender la Biblia, aunque no disponga de títulos universitarios o conocimientos superiores; es más, los tales conocimientos y a tenor de unas palabras de Jesús, tal parece que solo sirven para estorbar:

En aquella ocasión Jesús tomó la palabra y dijo: “Te alabo públicamente, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de los sabios e intelectuales y las has revelado a los pequeñuelos (o gente sin tanto saber). 26 Sí, oh Padre, porque el hacerlo así vino a ser la manera aprobada por ti”.” (Mat. 11:25-26). (Acotación nuestra).

Luego cobre ánimo y no se preocupe por aquello tan manido de “es que yo no sé nada de nada”, porque le aseguramos que sabe lo suficiente para conocer el mensaje que su Creador le trasmite mediante ese libro sagrado, para contarle lo que piensa hacer en cuanto a aliviar la penosa situación a la que ha llegado el ser humano en su deriva hacia el mal y lo que es más importante, lo que usted tiene que hacer, para escaparse o ser ocultado de la que Él a su vez, va a montar dentro de poco (Sof. 1:14-18; 2:3). Y si para muestra vale un botón, aquí tiene el ejemplo referido de los autores de este blog, que siendo toda su vida, el uno carpintero (eso sí, con manos de oro en ese noble oficio) y el otro camionero, plantamos cara a toda esa patulea de “entendidos” que hay por ahí, en los disparates que publican y que hasta el momento, como hemos dicho, aún no ha habido ninguno que nos demuestre con una Biblia en la mano y no solo sosteniéndola, por supuesto, que estamos equivocados. Dicho esto, permítannos un ejemplo más y este en el sentido de cómo razonando con lógica y sentido común, se puede llegar a un correcto entendimiento de las Escrituras y evitar ser engañado por tanto “falso maestro” que va por ahí presumiendo de sus títulos o diplomas y que en la mayoría de las ocasiones, a tenor de sus afirmaciones o enseñanzas, tal parece que los hayan conseguido en una tómbola. Y si nos lo permite y para darle emoción a la cosa, le vamos a convertir a usted, querido lector, en el protagonista de la historia que vamos a contar. Empecemos:

Imagínese por un momento, que en su deseo de saber y ampliar conocimientos acerca de las Escrituras y visitando páginas de contenido religioso en Internet, se topa usted con una que afirma indisputablemente, que según Dan. 12:2 y Juan 5:28-29, solo hay dos resurrecciones, una primera para vida y al inicio del milenio, en la que participan los “justos” de todas las épocas, o sea, personas fieles, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, luego tanto de antes, como de después de Jesús y una segunda resurrección, al cabo de los mil años, para juicio o condenación eterna de todos los “injustos”. Y tomando como base los citados textos, le plantean la cuestión de esta manera:

El boceto de la resurrección (es) de los muertos quedaría de este modo:

1. «La resurrección de Cristo».

2. «La resurrección de los creyentes en Cristo» (Los que pertenecen a su Iglesia y los santos del Antiguo Testamento).

3. «La resurrección de los malvados para condenación eterna al final del milenio de Cristo».

Lo idea está clarísima ¿no? Ahora bien, como usted es una persona prudente y juiciosa, que además ha tenido la precaución de seguir nuestro continuado consejo de comprobar todo lo que le dicen, mediante contrastarlo con su ejemplar de la Biblia para saber si eso que le dicen es verdad, resulta que como ya lleva algo leído de la misma y algo sabe de ella, dicha afirmación como que no le acaba de cuadrar. Y ni corto ni perezoso, siguiendo una vez más nuestro consejo, decide investigar por su cuenta y para ello, piensa que nada mejor que empezar leyendo ambos textos y averiguar si dicen, aquello que le cuentan que dicen. Y solo usando para esa investigación personal, aquellos elementos de los que dispone: la Biblia, el saber leer correctamente y capacidad de razonar con lógica y sentido común sobre aquello que ha leído. Veamos:

Dan. 12:2: “Y habrá muchos de los que están dormidos en el polvo de la tierra que despertarán, estos a vida de duración indefinida y aquellos a oprobio y a aborrecimiento de duración indefinida.”

Juan 5:28-29: “No os asombréis de esto, porque vendrá la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz 29 y saldrán, los que hicieron el bien para la resurrección de vida, pero los que practicaron el mal para la resurrección de condenación.”

Y resulta que usted y por muchas vueltas que le dé al asunto, lo único que observa en esos dos pasajes, es que solo dicen que todos los que están en los sepulcros, cuando oigan la voz anunciada, saldrán…… pero usted lee que salen todos, no unos ahora y otros al cabo de mil años, porque nada de eso se menciona en ninguno de los dos textos, ni siquiera lo dan a entender. Luego leídos correctamente, la idea que le transmiten es la de una sola resurrección, con dos retribuciones distintas; entonces ¿de dónde se saca la idea de un intervalo de tiempo de mil años entre ambas resurrecciones, el autor de tal afirmación? Pero claro, como usted va leyendo con regularidad aquello que vamos publicando en este blog y en su momento (19/08/2.010) leyó un artículo hablando acerca de eso y titulado “El incomprendido pasaje de Rev. 20:5”, ya sabe por dónde van los tiros: ese atrevido autor cogió un texto que no habla de resurrección alguna, en este caso el que se cita en nuestro titular, lo asoció con esos pasajes referidos que sí hablan de resurrecciones y ya está el “cacao” montado; y si se nos permite una pequeña intromisión en su labor investigadora, le diremos que el que eso es tal cual se lo decimos, queda probado porque hasta el momento nadie de los que cometen semejante barbaridad, ha intentado siquiera rebatirnos el planteamiento desarrollado en el citado artículo y si no, que levanten la mano.

Pero como usted continúa fiel a nuestra recomendación de no fiarse de nadie, sino solo de la Escritura, decide pasar por alto nuestro artículo y continuar apoyándose solo en su capacidad de razonar con lógica y sentido común, así como de lo que usted conoce de la Biblia. Y usted sabe, por ejemplo, que el registro sagrado nos habla entre otras cosas: de una primera resurrección; de que Jehová tiene un propósito; y de que tiene un medio para conseguir el llevar a cabo dicho propósito y que conocemos como el reino de Dios. Luego a partir de esas tres cosas que sabe ciertas, porque se las dice la Biblia, empieza a razonar y partiendo de la primera de ellas:

Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Rev. 20:6).

Y lo que usted entiende con meridiana claridad de ese pasaje, es que los participantes de esa primera resurrección, son aquellos que gobernarán con Cristo por espacio de mil años, en calidad de reyes y sacerdotes, lo cual le indica sin lugar a dudas que puesto que hay gobernantes, obviamente tienen que haber aquellos que serán gobernados; y también observa que se les concede a dichos gobernantes, los atributos de sacerdotes del Altísimo y lo cual tiene que ver con la capacidad de mediar entre Dios…… y los hombres. Luego solo la lógica y el sentido común le dicen a usted, que esas personas tendrán que gobernar sobre otras que precisarán de esa mediación; y circunstancia que ya coloca a esos gobernantes como un grupo aparte, puesto que en calidad de Hijos de Dios, ellos no necesitan de mediación alguna para relacionarse con Jehová, su Adoptivo Padre Celestial. Entonces usted lógicamente concluye, que tiene que haber otro grupo de personas que durante ese espacio de tiempo de mil años, serán beneficiarias de los citados servicios sacerdotales y lo cual tiene que tener relación con ese segundo punto que usted conoce, o sea, el propósito de Dios:

“...... a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.” (Hech. 3:21).

Luego el propósito de Dios es la restauración de todas las cosas y claro, como usted es una persona informada, sabe que restaurar significa el devolver algo (lo que sea) a una condición anterior y de manera exacta además, de lo contrario no estaríamos hablando de una restauración, sino de algo más o menos “parecido” a un original. Y la única restauración posible, es la de devolver al ser humano a la misma condición que tenía el hombre antes de caer en el pecado y lo cual implicaría la restauración tanto física, como psíquica y espiritual, además de la medioambiental y que tan deteriorada está últimamente; así como también, el volver a implantar el estado de inmensa paz que en ese tiempo existía en la tierra (era un paraíso) y en la que el hombre no temía ni a los actualmente feroces animales salvajes, que estaban completamente sometidos a su control. Y usted sabe también, por ejemplo, lo que la profecía de Isaías (entre otros) dice al respecto:

En aquel tiempo los ojos de los ciegos serán abiertos y los oídos mismos de los sordos serán destapados. 6 En aquel tiempo el cojo trepará justamente como lo hace el ciervo y la lengua del mudo clamará con alegría. Pues en el desierto habrán brotado aguas y torrentes en la llanura desértica.” (Isa. 35:5-6).

Y resulta que cada vez, en su lógico razonar y siempre a partir de lo que va leyendo, le va cuadrando menos ese planteamiento de las dos resurrecciones que le están intentando “vender”, porque usted razona lo siguiente: si según Rev. 20:6, los que participan de esa primera resurrección, ya se levantan inmortales y como perfectos Hijos de Dios y por lo tanto, ya no necesitan de esos “pequeños arreglillos” que se acaban de citar y la segunda resurrección, no se produce hasta pasados los mil años…… ¿sobre quienes entonces se llevaría a cabo esa restauración profetizada? Porque lo único que habrá en la tierra durante ese tiempo, si hacemos caso a ese planteamiento que se le ha formulado, serán perfectos reyes/sacerdotes, Hijos de Dios y que ya no precisan de los benéficos resultados de la citada restauración. Sin embargo, la profecía de Isaías, le está diciendo que esas bendiciones se llevan a cabo “en aquel tiempo” y usted sabe, que todas esas profecías apuntan al reino milenario de Dios por Jesucristo, luego…… ¿en qué quedamos?

Y ya con la mosca tras la oreja, se coloca a usted ante la tercera cuestión planteada y que tiene que ver con el establecimiento del reino de Dios y ya en esta tesitura, es cuando comienza a darse cuenta de porque hay algo que no le cuadra, en ese planteamiento sobre las dos resurrecciones de Juan, que le pretenden “colocar”. Porque veamos: si solo los gobernantes en ese reino pueden participar de esa primera resurrección y se nos ha hablado de los notables del Antiguo y Nuevo Testamento, como miembros participantes de ella y que acontece como inicio del milenio, solo restaría que al final de los mil años, se produjera la segunda resurrección para condenación y destrucción eterna de los “injustos”. Pero usted se da cuenta de que esto no puede ser cierto, porque recuerda haber leído en el registro sagrado, que Jesús dijo de Juan el Bautista, que este no formaría parte de ese gobierno del reino:

En verdad les digo: Entre los nacidos de mujer no ha sido levantado uno mayor que Juan el Bautista; más el que sea de los menores en el reino de los cielos es mayor que él.” (Mat. 11:11).

Y claro, usted en su lógico razonar deduce, que si el último de la fila en ese gobierno del reino y para entendernos, ya era mayor que Juan, es obvio que no él estaría allí entre ellos. Con lo que resultaría y continuando con su ejercicio de razonar con lógica y sentido común, que dicho personaje no participaría de esa primera resurrección citada ya que es solo, para aquellos que han de formar parte de ese gobierno del reino. Luego al bueno de Juan, solo le quedaría la segunda resurrección que le llevaría irremisiblemente a una destrucción eterna y lo cual entiende usted, como entendemos los demás (excepto el autor de tan infausta interpretación), que es una burrada como un piano y no le falta la razón. Y como dicen que no hay dos sin tres y ya mosqueado por lo que acaba de descubrir, usted se da cuenta de que esa argumentación que ha desarrollado partiendo de las palabras de Jesús, además tiene una derivada, porque veamos:

Si según Jesús, no había entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista, es obvio que este era mayor que los Abraham, Job, Noé, Jacob. David, Daniel y todos los etc. que le queramos meter. Luego si el menor en el reino de Dios, ya era mayor que Juan ¡cuánto más, sobre esos personajes citados! Luego si Juan no daba “la talla” para estar entre ellos, cuanto menos aquellos que eran menores que él ¿no es cierto? Y para reforzar esa idea, un nuevo argumento le viene a la mente porque resulta que usted, que títulos universitarios quizás no, pero memoria, lógica y sentido común le sobran, recuerda una conversación que, según las Escrituras, Jesús mantuvo con un maestro de Israel, un tal Nicodemo, acerca de la cuestión de quiénes podrían (o no), formar parte de ese gobierno del reino. Y rápidamente usted busca en su ejemplar de la Biblia el pasaje de Juan 3:5, para asegurarse de que su nuevo argumento es sostenible y allí, lee lo siguiente:

Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.”

Y es obvio que Jesús con esas palabras, dejó perfectamente claro que no todos los justos de todas las épocas, entre los que se incluirían los personajes que acabamos de citar, podrían reunir eso dos imprescindibles requisitos exigidos por el Hijo de Dios, el nacer del agua y el nacer del espíritu. Y es que usted sabe que los tales, solo se hicieron disponibles a partir del día de Pentecostés de 33 E.C., con el derramamiento del Espíritu Santo sobre los apóstoles y quedando por lo tanto, confirmada su sospecha de que tampoco esas personas citadas y con ellas muchas otras, podrían formar parte de ese gobierno del reino y que, en consecuencia, tampoco podrían participar de la primera resurrección y viéndose condenadas por tanto y al igual que Juan el Bautista, lógicamente a la destrucción eterna de la segunda y con lo cual, la animalada ya adquiere valores de record “guiness”. Y el autor de semejante gansada, sin enterarse…...

Y en ese momento, en el que usted ya le ha encontrado gustillo al asunto y está lanzado, ya le está dando vueltas a una nueva cuestión, que contribuye a probar que esa estrafalaria enseñanza es un puro disparate y que tiene que ver con el siguiente razonamiento: ¿de qué hechos son juzgados y condenados, aquellos que se levantan en la segunda resurrección? Obviamente solo podría ser como retribución de las cosas que esas personas hicieron antes de morir, porque al levantarse de nuevo a la vida en la misma conclusión de dicho período milenario, ya no tienen tiempo material de hacer nada…… ni bueno ni malo. Pero ese argumento no se sostiene, ya que Pablo dejó muy claro que el precio por el pecado es la muerte:

Porque el salario que el pecado paga es muerte......” (Rom. 6:23).

Y ello le lleva a usted a razonar, lógicamente, que si uno con su muerte ya ha saldado la deuda o dicho de otra manera, ya ha pagado el precio de la culpa atribuida ¿por qué se le vuelve a juzgar por el mismo delito y se la da muerte de nuevo, como castigo por algo de lo que ya ha respondido con su propia vida? Porque eso no es, lo que en su momento le exigió Jehová a Adán: a nuestro primer antepasado le fue exigida la vida que tenía, como pago por la culpa y no también de una posterior (si la hubiera tenido, a diferencia de sus descendientes que sí la tendrán, mediante la resurrección) . Veamos:

Y también impuso Jehová Dios este mandato al hombre: “De todo árbol del jardín puedes comer hasta quedar satisfecho. 17 Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás.” (Gén. 2:16-17).

Y punto pelota (más o menos, punto y final). Luego queda claro, que la pena impuesta por Jehová por el pecado era sencillamente la muerte o el perder la vida que ya poseía, nada más. Pero como usted no quiere dar puntada sin hilo, busca el texto apropiado para confirmar tal conclusión y es el propio Pablo el que se lo facilita ¡helo aquí!:

Porque el que ha muerto ha sido absuelto de su pecado.” (Rom. 6:7).

Y si bien otras traducciones, usan términos como “liberado”, “redimido”, “libertado”, “rescatado” u otros, realmente significan lo mismo: la muerte exonera a uno del delito imputado. Luego la pregunta pertinente continúa siendo ¿de qué hechos, se les acusa entonces?

Luego todo considerado y después de meditarlo concienzudamente, usted llega a la siguiente conclusión: hay efectivamente dos resurrecciones y siendo la primera, la que se cita en Rev. 20:6 y en la que solo participan aquellos elegidos para gobernar con Cristo; y que según palabras de Jesús, conformarían un rebaño pequeño (Luc. 12:32). Y una segunda, la que nos cita Pablo en Hech.24:15 y que es la misma de Dan. 12:2 y de Juan 5:28-29, en la que se levantan todas aquellas personas, justas o injustas, que estén en el recuerdo de Jehová. Y entendiendo por persona justa, a toda a toda aquella que conociendo a Jehová, le hubiera sido fiel, por ejemplo Abraham y compañía; y por persona injusta (no necesariamente mala) aquella que no conociéndolo, no hubiera tenido la oportunidad de adorarlo y tenerlo por su Dios. Y resucitados que se irán añadiendo de forma progresiva, a los sobrevivientes de la gran tribulación (Rev. 7:9; 14) y sobre los que en conjunto, se irán derramando los benefactores efectos restauradores contenidos en las distintas profecías acordes al propósito de Jehová.

Pero usted, que mira por donde, nos ha salido un excelente detective a la manera de Sherlock Holmes, personaje distinguido por su meticuloso y razonado análisis sobre una cadena de sucesos, colocándolos en un correcto y lógico ordenamiento, para llegar a un final ajustado a los hechos ocurridos, se pone a pensar cómo (al igual que dicho personaje de ficción) puede colocar los distintos eventos en una lógica correlación, para que cuadren con el propósito de Dios, según nos los expresa en su Palabra (y no esa milonga que nos han contado), llegando a la siguiente conclusión:

Como acontecimiento más cercano y tomándolo como punto de partida en su análisis, coloca al cercano juicio de Dios y que culmina con la batalla de Armagedón y que peleada por Jesucristo y sus leales hermanos (Rom. 16:20; Rev. 17:14), ya levantados en esa primera resurrección, acaban fácilmente con las hordas opositoras y abisman a Satanás por espacio de mil años, en que no nos tocará más las narices. Luego, continúa la secuencia con la toma de posesión de sus respectivos tronos (Rev. 20:4), de aquellos que tienen que gobernar, de entrada, sobre esa gran muchedumbre que sobrevive de forma milagrosa a esa terrible gran tribulación y que pasan a convertirse en los primeros súbditos de ese gobierno o reino (Rev. 7:9; 14). A continuación y de forma progresiva, se irá llevando a cabo la citada segunda resurrección y produciéndose las transformaciones mencionadas, tanto del hombre, como del medio ambiente y de los animales salvajes, hasta culminar los mil años y en donde ya restauradas todas las cosas, a la misma condición de Adán antes del pecado, o sea, ya el hombre en un completo estado de perfección, de nuevo es soltado el “amigo de los cuernos” (léase Satanás), para continuar haciendo de las suyas y de nuevo con relativo éxito, ya que los extraviados serán “numerosos como la arena del mar” (Rev. 20:7-8); pero ya siendo inmediatamente destruidos, al igual que el inductor de la nueva rebelión, o sea Satanás, de forma definitiva y por la eternidad. Y es en ese momento, cuando usted deduce que se producen las dos cosas que no entiende el autor de ese despropósito sobre las dos resurrecciones de Juan, que tan bien ha analizado usted. Veamos:

Juan y Daniel, dicen que los que resucitan salen unos a una resurrección de vida y otros, a una de juicio o condenación. Pues bien, los que durante el milenio hayan aprovechado adecuadamente la ayuda, sobre todo espiritual que se ofrecerá para afrontar la última prueba a la que es sometida la humanidad a cargo de Satanás, como apunta Rev. 20:7-8 y la superen, son los que según Juan y Daniel, salen a una “resurrección de vida”, porque conseguirán la vida eterna como premio; mientras que aquellos que no hayan aprovechado tal ayuda y hayan apreciado más bien los dones materiales durante dicho período de tiempo, en detrimento de los espirituales, son los que serán entrampados por el poder engañoso de Satanás y junto él serán destruidos. Por lo tanto a estos aplica, el significado de levantarse para una “resurrección de juicio” (o condenación), pero que en ambos casos, solo se sabrá al final del milenio y como resultado de la prueba final, no antes.

Luego usted razona, que de lo que estaríamos hablando, no es de una resurrección de condenación al término de los mil años, porque ya no quedan muertos por resucitar (Rev. 20:13); luego de lo que estaríamos hablando es de una prueba final y que es la que resultará en salvación o en destrucción, eternas ambas y siempre según la actitud particular de cada cual. Por eso nos dice la Escritura, que unos resucitan “para vida” y otros para condenación” , porque Jehová en su presciencia ya sabe, que unos aprovecharán la nueva oportunidad y otros no y circunstancia que Daniel, la explica de esta manera:

Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna y otros para vergüenza y confusión perpetua.” (Dan. 12:2).

Luego de nuevo y al igual que en Juan 5:28-29, vemos una resurrección conjunta y nada parecido a una separación de mil años entre ellas; recordemos que eso es lo que nos dijo Pablo y que se supone, entendía perfectamente las palabras, tanto de Daniel como de Juan, en Hech. 24:15:

“…… y tengo esperanza en cuanto a Dios, esperanza que estos mismos también abrigan, de que va a haber resurrección así de justos como de injustos.”

Por ello ya se nos apunta en el capítulo 20 de Revelación, que durante el milenio y en paralelo a la restauración material, habrá además una labor de restauración espiritual, con todos los habitantes de irán poblando la tierra, a fin de irlos preparando adecuadamente para enfrentarse a la citada prueba, según se deduce de las siguientes palabras:

Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. De delante de él huyeron la tierra y el cielo y no se halló lugar para ellos. 12 Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante del trono y se abrieron rollos. Pero se abrió otro rollo; es el rollo de la vida. Y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los rollos según sus hechos.” (Rev. 20:11-13).

Y de forma lógica y razonable, usted sitúa esos eventos, a partir del inicio del milenio y que comienza en el momento de la toma de posesión del gobierno de ese reino, porque ese verso 11, tiene que ver con el 4 de ese mismo capítulo y textos que nos hablan sencillamente de la toma de posesión de sus respectivos tronos de dichos gobernantes. Y el hecho de que a continuación, se proceda a la apertura de nuevos rollos o instrucciones, obviamente tendrá que ver con nuevas e importantes enseñanzas de índole espiritual, como hemos dicho, para aquellos que vayan progresivamente poblando la tierra, bien porque han sobrevivido a la gran tribulación, o bien porque vayan resucitando o bien, los que vayan naciendo de entre ellos y de las que en un momento determinado, tendrán que responder. Porque como ya hemos aprendido que los muertos no pueden ser juzgados por aquellas cosas que hicieron antes de su muerte, pues ya pagaron con su vida, solo es razonable pensar que los hechos que se les imputan tienen que ver con su actitud sobre las nuevas enseñanzas impartidas y lo cual se sustanciará, no en un juicio final a la usanza de lo que entendemos por un juicio, sino cuando cada uno se enfrente a la prueba final, con la suelta de Satanás. Y que como escritas en un rollo (o libro de registro), las virtudes o méritos de cada uno y fruto del debido aprovechamiento (o no) de esas nuevas enseñanzas divinas, se pondrán claramente de manifiesto, por medio del resultado obtenido por cada uno, en ese crucial enfrentamiento con el gran y poderoso opositor del Altísimo, que es Satanás. No olvidemos unas palabras de Jesús, respecto a ese momento:

Pero si alguien oye mis dichos y no los guarda, yo no lo juzgo; porque no vine para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. 48 El que me desatiende y no recibe mis dichos tiene quien lo juzgue. La palabra que he hablado es lo que lo juzgará en el último día.” (Juan 12:47-48.

Y palabras que como hemos dicho, parecen excluir la idea de un juicio a la conocida usanza humana, sino que será uno el que se convertirá en juez de sí mismo y el que dictará su propia sentencia, en función de la atención que les preste o no, a las palabras que contienen los distintos rollos y que son las que en definitiva, dictarán sentencia cuando se enfrente a la decisiva prueba final.

Y momento en que también se producirá, lo dicho por Rev. 20:5: “Los demás de los muertos no llegaron a vivir (o revivieron, según versiones) sino hasta que se terminaron los mil años.” Porque será en ese momento, que los que superen la prueba, volverán a vivir la vida que tenía Adán, al concederles de nuevo el Creador, el poder vivir eternamente: o sea, la vida eterna y de la cual ningún ser humano nacido de mujer, ha podido disfrutar jamás (salvo Jesucristo, claro). Porque a eso es a lo que se refiere Pablo, en 1 Tim. 6:19, cuando nos dice aquello de “…… para que logren asirse firmemente de la vida que realmente lo es”, o sea, que volvamos a gozar de la vida que no acaba en muerte y de la que en un principio fue dotado el ser humano.

Luego todo considerado, esa enseñanza de las dos resurrecciones de Juan 5:28-29, queda probada como un puro disparate. Y si esa querido lector, es la conclusión a la que ha llegado en su particular análisis de la situación, nuestra más sincera enhorabuena; porque se ha demostrado a si mismo dos cosas: la primera que usted entiende la Biblia y no es fácil engañarle; y la segunda, que no hace falta ser un “Einstein” en materia religiosa para tener tal entendimiento, sino que leyendo con atención y razonando con lógica y de sentido común sobre lo que se ha leído, se puede tener éxito en la comprensión del mensaje que nos envía nuestro Creador, a través de Su Palabra. Y es que el problema no está en las Escrituras, sino en lo que nosotros nos complicamos la vida. Y repetimos: enhorabuena y…… bienvenido al club.

MABEL

lunes, 17 de enero de 2011

¡Y por fin apareció!

Si queridos lectores, aunque parezca mentira y cuando ya habíamos dado el caso por olvidado, el Dr. Javier Rivas Martínez ha aparecido de nuevo. Y decimos esto, porque después de algún tiempo sin demasiada actividad en su blog, ya que lo que iba apareciendo en él, mayoritariamente eran o bien colaboraciones de otros autores o bien diversas noticias de prensa, de nuevo ha vuelto a las andadas publicando un artículo titulado: “Dos resurrecciones: no cabe duda” (06/01/11). Bien, ello no tendría mayor trascendencia si no fuera por un “pequeño” detalle y es que el planteamiento que formula en ese escrito, lo tiene rebatido desde Febrero del año pasado (2.010), en un comentario que se publicó en este blog el día 6 del citado mes, bajo el siguiente título: “Las dos resurrecciones del Dr. Rivas” y sin que hasta el momento se haya dignado a dar una explicación, ni a los que le formulamos la citada objeción, cuestión de obligado cumplimiento si se tiene un mínimo de seriedad, ni por supuesto a sus lectores que, probablemente, se quedarían con las ganas de saber en qué quedaba la cosa y lo cual nos hablaría del respeto que estos le merecen y que es igual a cero. Y de eso, va a cumplirse el año.

Pero es que en el colmo de la desvergüenza y disculpen que hablemos tan claro, en este artículo que acaba de publicar el Dr. Rivas, no hace más que repetirse en los argumentos que sobre las dos resurrecciones de Juan 5:28-29 tiene a bien entender y que provocaron en su día, que a nosotros se nos pusieran los pelos como escarpias ante tal burrada y que desarrollada hasta su última consecuencia, sencillamente se carga el entero propósito de Jehová. Y la razón por la que nos expresamos con esta claridad, es que estamos tratando de un falso maestro y cuya enseñanza es tendente a destruir y no a edificar (2 Ped. 2:1); y que a pesar de que se le ha dicho por activa y por pasiva que está equivocado, no parece haber mermado el entusiasmo con que defiende tan disparatada idea, ni siquiera la lamentable circunstancia de que aún no ha sido capaz de responder a cierta pregunta, que referente a esta cuestión, desde este blog le planteamos y que, repetimos, hace de ello ya casi un año. Sin embargo, inasequible al desaliento e inalterable ante el ridículo, continúa encastillado en su inexplicable conclusión, exactamente la misma que en su día formuló. Pero veamos en primer lugar, qué nos dice el texto en cuestión, Juan 5:28-29:

No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz 29 y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.”

Y a nuestro entender, lo que ahí se nos dice es que al sonido de la voz, saldrán todos, no unos ahora y otros al cabo de mil años; eso el texto no solo no lo dice, sino que no hay nada en el mismo, que siquiera apunte a esa posibilidad. Pero lo que si nos dice, es que los que salen, parecen tener suertes diversas en función de diferentes líneas de actitud. Luego aquí de lo que estaríamos hablando, es de una misma resurrección, con dos retribuciones distintas.

Y resurrección que siendo la misma de la que se nos habla, tanto en Dan. 12:2, como en Hech. 24:15, nada tiene que ver, lo cual es un detalle muy importante, con la denominada primera resurrección de Rev. 20:6; pero que en todo caso y volviendo al texto de Juan, estaríamos hablando de un pasaje bastante claro, que ni por el forro permite sacar la conclusión a la que llega el Sr. Rivas. Sin embargo, veamos a que conclusión llega dicho caballero:

El boceto de la resurrección (es) de los muertos quedaría de este modo:

1. «La resurrección de Cristo».

2. «La resurrección de los creyentes en Cristo» (Los que pertenecen a su Iglesia y los santos del Antiguo Testamento).

3. «La resurrección de los malvados para condenación eterna al final del milenio de Cristo».

Y dado que ha pasado tanto tiempo, vamos a refrescarle la memoria al Sr. Rivas (y de paso a todos ustedes, que bien se merecen cualquier esfuerzo) repitiéndole algunos de los argumentos que no pudo rebatirnos, no hay que olvidarlo, al tiempo que le planteamos otras y diversas cuestiones. Para ello obviaremos esos enrevesados conceptos en los que se enreda, acerca de unas resurrecciones espirituales y otras literales o de esas complicadas formulaciones semánticas, sobre el significado de distintos términos de conceptos militares, que no hacen más que liar la cosa, porque las Escrituras solo nos hablan de resurrecciones literales y lo demás, son gaitas. Lo que ocurre y lo apuntamos como posibilidad, es que como ni él mismo se cree lo que dice y en un intento de defender lo indefendible, se imagina que con tanto despliegue de “conocimientos”, por demás superfluos, ya que no tienen nada que ver con el asunto en cuestión (que tendrá que ver la terminología militar con las resurrecciones), se da cierto toque de veracidad, además de enmascarar aquello que no es más que un puro disparate. Dicho esto y ya metiéndonos en harina, señalar que puesto que no hay discusión posible en cuanto al primer apartado, pasaremos al segundo y que ya no está tan claro. Veamos:

2. «La resurrección de los creyentes en Cristo» (Los que pertenecen a su Iglesia y los santos del Antiguo Testamento).

Y puesto que esta resurrección sigue a la de Jesucristo, que es las primicias, es obvio que estaríamos hablando de la resurrección de los que son de Cristo:

Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.” (1 Cor. 15:23).

Luego estaríamos hablando de lo que Rev. 20:6, llama la primera resurrección; pues bien, veamos que nos dice:

Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.”

Luego lo que queda claro de entrada, es que se nos está hablando de una primera resurrección y en la que vemos lo siguiente: los que participan de ella y puesto que la muerte segunda, ya no tiene autoridad sobre ellos, significaría que han alcanzado la inmortalidad, luego ya son completamente perfectos y salvos; pero también vemos que gobernarán con Cristo, los mil años de su reinado y lo que nos indica, que son los que conformarán ese gobierno del reino, en calidad de reyes y sacerdotes. Y no pierdan de vista esa condición de sacerdotes que les es concedida, ya que tiene su importancia a la hora de desmontar el disparate del “ínclito” D. Javier. Luego un resumen lógico, solo podría ser el de que todos los que con Cristo han de gobernar, participan de forma inexcusable de esa primera resurrección y que es a la que se tiene que referir el Sr. Rivas en ese segundo apartado.

Luego primera resurrección que aún no ha acontecido, dado que Jesucristo aún no ha regresado y que según el apóstol Pablo (1 Cor. 15:23) acontece en el mismo momento de su venida; pero ello no es óbice para que podamos formular la siguiente conclusión: todos aquellos que participan de esa primera resurrección, gobernarán con Cristo en el reino, lo que es lo mismo y dicho de una manera que nos aclara más las cosas: todos aquellos que con Cristo han de gobernar, son los únicos que pueden tomar parte de esa primera resurrección. Y ahí nos aparece el primer problema y que el Dr. Rivas lleva, para su vergüenza y descrédito, casi un año sin haber conseguido solucionar: ¿en qué resurrección colocamos a Juan el Bautista? Porque no olvidemos que fue el propio Jesús, el que sin lugar a dudas y de manera palmaria, dejó claro que el tal, no formaría parte de ese gobierno del reino:

En verdad les digo: Entre los nacidos de mujer no ha sido levantado uno mayor que Juan el Bautista; mas el que sea de los menores en el reino de los cielos es mayor que él.” (Mat. 11:11).

Y que solo el razonamiento lógico nos dice, que si el menor en ese gobierno del reino, o sea, el último empezando por la cola y para entendernos, ya era mayor que Juan, éste no podía estar entre ellos de ninguna manera; luego de nuevo le repetimos la pregunta a D. Javier: ¿qué hacemos con dicho caballero? Porque si no puede estar entre los miembros de dicho gobierno, significa que no participa de esa primera resurrección y por tanto, según la “original” interpretación del Sr. Rivas de Juan 5:28-29, solo le quedaría la segunda y que es para aquellos que son merecedores de destrucción eterna y lo cual, pues que quieren que les digamos…... pero mal si suena.

Pero en ese segundo apartado, D. Javier comete otro imperdonable error y que demuestra una vez más y por si nos quedaba alguna duda, su escaso conocimiento bíblico, así como su reducida capacidad de razonar con la debida lógica. Porque en el mismo nos afirma, que los notables del A.T. también participan de esa primera resurrección, lo que los convierte de forma automática en gobernantes de ese gobierno del reino y lo cual, ya nos disculparán, pero es que decir eso es no enterarse uno ni por donde le da el aire y de una supina ignorancia acerca del contenido de las Escrituras, que es demasiado; porque veamos: hay unas palabras que pronunció Jesús, durante una conversación que mantuvo con un maestro de Israel y hablando de la posibilidad de acceder al privilegio de ser gobernante en ese reino, que nos dicen exactamente todo lo contrario de la “película” que nos cuenta tan “entendido” caballero:

Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” (Juan 3:5).

Ha quedado claro ¿no? Luego no queda ninguna duda en el sentido de que lo que estaba haciendo Jesús, en ese momento, era establecer dos requisitos indispensables para poder acceder al citado privilegio: el nacer del agua y el nacer del espíritu. Y dado que esos requisitos solo estuvieron disponibles a partir del día de Pentecostés de 33 E.C. y que iniciaron con el derramamiento del Espíritu Santo sobre los apóstoles, es obvio que dichos requisitos no estaban en poder de los notables del A.T., o sea, los Abraham, Noé, Jacob, David, Daniel, etc., etc. y que habían muerto siglos antes; y por lo tanto, a menos que Jesús nos hubiera mentido, no podían acceder a ser parte de ese gobierno. Y afirmación que tiene su punto de apoyo, en las siguientes palabras, también de Jesús:

Pero desde los días de Juan el Bautista (no antes) hasta ahora el reino de los cielos es la meta hacia la cual se adelantan con ardor los hombres y los que se adelantan con ardor se asen de él. 13 Porque todos, los Profetas y la Ley, profetizaron hasta Juan……” (Mat. 11:12-13).

Y prescindiendo que hay muchas distintas formas de verter ese verso 12 y cada una con su particular significado, lo que queda claro, es que fuere lo fuere que aconteciera con relación al reino, ello y a tenor del significado de esos dos textos citados, tenía que ser a partir de Juan el Bautista y que no aplicaba por tanto a personas que hubieran vivido antes de esos tiempos; o sea, que fuera lo que fuera, no tenía efectos retroactivos. Luego Juan, representaba un antes y un después en la historia de Israel, quedando por tanto la oportunidad de acceder al gobierno del reino, reducida a una simple cuestión de oportunidad: estar en el sitio adecuado, en el momento oportuno. Entonces esos personajes citados del A.T., al igual que Juan el Bautista, así como el malhechor arrepentido ejecutado al lado de Jesús y que murieron todos ellos antes de estar accesibles dichos requisitos, no alcanzaron dicha oportunidad de ser partícipes del gobierno del reino y consecuentemente, no se levantarán en esa primera resurrección. Por lo tanto y si la teoría del Sr. Rivas fuera cierta, solo les queda el ser destruidos en la segunda resurrección de juicio y que como animalada (ya nos disculparán ustedes), no está nada mal.

Pero como dicen que no hay dos sin tres, resultaría que de ser cierta la enseñanza de D. Javier, se produciría un hecho insólito: un reino que no tendría un solo súbdito. Porque veamos: si todos los “buenos”, por decirlo de alguna manera, se levantan en una primera resurrección “para vida” y según Rev. 20:6, se convierten en gobernantes de ese reino en calidad de reyes y sacerdotes y por otra parte, los “malos” son levantados mil años después para ser destruidos en una resurrección “de juicio” y tal como nos indica el Sr. Rivas en su tercer apartado…

3. «La resurrección de los malvados para condenación eterna al final del milenio de Cristo».”)

… ¿sobre quienes gobiernan durante esos mil años, Cristo y esos reyes/sacerdotes? Es más y volviendo a recuperar el hecho de que son, no solo reyes, sino también sacerdotes ¿sobre quienes derramarán sus benéficos servicios sacerdotales? Porque no podemos olvidar, que la función sacerdotal implica la mediación entre Dios…… y los hombres, si tomamos como punto de referencia la labor de estos en la historia del pueblo de Israel y de la idea que nos transmite 1 Tim. 2:5:

Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, un hombre, Cristo Jesús.”

Sin embargo y según tan sorprendente enseñanza del Sr. Rivas, no habrá hombres sobre la tierra a quienes poder aplicar semejantes beneficios: en la tierra solo habrá reyes/sacerdotes, como para parar un tren, pero que no necesitan de tal mediación ya que siendo perfectos e inmortales Hijos de Dios, gozan de una relación directa con su Padre Celestial, al igual que su Hermano Mayor y Primogénito, Jesucristo.

Porque claro, siendo cierto que de la gran tribulación de Rev. 7:14, sobrevive una gran muchedumbre (versículo 9), no es menos cierto que la opinión mayoritaria se decanta por la tesis de Apologista Mario Olcese y que ha publicado varios artículos al respecto, en el sentido que los miembros de esa gran muchedumbre de sobrevivientes forman también parte de los 144.000 que según Rev. 14:1, gobiernan con Jesucristo en el reino; luego estarían en el reino en calidad de reyes asociados. Y puesto que dicha idea no ha sido discutida (hasta donde sabemos y a diferencia de nosotros) por D. Javier, solo podemos pensar que estará de acuerdo con la misma, luego la pregunta continúa en pie: ¿sobre quienes llevaran a cabo su labor sacerdotal de mediación? Porque sobre la tierra, no habrá personas imperfectas y necesitadas de semejantes servicios…… solo reyes/sacerdotes inmortales, como perfectos Hijos de Jehová.

Luego llevando dicha idea del Dr. Rivas al extremo, además lógico y razonable, se plantea otra grave cuestión: ¿qué objetivo tiene el reino de Dios? ¿Qué sucesos de interés para el ser humano en general, se van a producir en ese espacio de tiempo y en donde habrá una tierra llena de gobernantes (millones, miles de millones, según el amigo Olcese y enseñanza tampoco discutida por el Sr. Rivas) y sin nadie a quién gobernar? ¿Para esto se ha montado toda la historia del reino de Dios? Y es que cuando uno pasa a desarrollar de manera lógica y secuencial, la enseñanza de Rivas acerca de Juan 5:28-29, se da cuenta de que es una burrada de tal calibre, que no hay por dónde cogerla y que nos lleva inevitablemente a todos aquellos que esperamos en Dios, a formularnos la importante y decisiva pregunta ¿qué cosas entonces, son las que serán restauradas aquí en la tierra, durante el mileno? Porque no olvidemos, que el propósito de Jehová y el reino no es más que un instrumento para la consecución de ese propósito, es la restauración de todas las cosas (Hech. 3:21). Y hasta donde sabemos, el propósito del Altísimo con respecto a Adán, no era que reinara y mediara en calidad de sacerdote, con Dios y a favor de los hombres:

Además, los bendijo Dios y les dijo Dios: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla; y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra.” (Gén. 1:28).

Luego nada que ver con la situación que se generaría de ser las cosas como dice ese señor y que llevaría, al fin del milenio, a Jesucristo devolverle a su Padre Celestial, no una humanidad restaurada a su condición original, sino un infinito número de reyes/sacerdotes y que nada habrían hecho durante los mil años, a favor de la humanidad, porque sencillamente…… no había humanidad sobre quién actuar. Entonces y en lugar de una restauración, tendríamos que hablar de la creación de algo nuevo y circunstancia derivada de esa “magnifica” enseñanza de ese “erudito”, “investigador de las Escrituras”, “evangelizador” y “maestro bíblico”, que deja como mentiroso a Jehová quién a través de sus profetas, nos habla claramente de una restauración a nivel universal, tanto física, como mental, psíquica y espiritual del ser humano, así como del medio ambiente y además, de la implantación sobre la tierra de una paz que alcanzará incluso al mundo animal y de la relación de este con el ser humano: y todo esto que dicen las Escrituras que tiene que ocurrir, porque esa es la voluntad de Jehová, tiene que ocurrir durante el milenio ya que para eso, se ha dotado Jehová de ese instrumento; porque nos permitimos enfatizar, que el reino no es más que un instrumento del que se sirve Jehová para la consecución de su propósito: luego el reino, no es el fin, sino el medio para alcanzar ese fin. Y ese señor, con su disparatada teoría, se carga de un plumazo todo el proyecto de Jehová.

Porque, si por una parte, los que participan de la primera resurrección y no olviden que se produce en el mismo momento de la segunda venida de Jesucristo a la Tierra (luego antes de iniciarse el milenio), ya se levantan inmortales, pues la muerte segunda no tiene autoridad sobre ellos, entonces ya son perfectos y no precisando por tanto, que se haga con ellos los arreglos citados; y si por otra parte, no hay otra resurrección hasta el final de los mil años ¿sobre quién o quienes, se van a llevar a cabo esas actuaciones profetizadas, si sobre la tierra solo habrá personas perfectas y que por lo tanto, no precisan ya de ninguna restauración? ¿Qué le dicen a usted, querido lector, la razón y el sentido común?

Y prescindiendo que se podrían decir más cosas, acerca de las incongruentes consecuencias de semejante interpretación de Juan 5:28-29 y que solo usando el sentido común y la capacidad de razonar con lógica, ya nos indica que estamos ante un disparate de mayor calibre, nosotros lo dejamos aquí. Ya sabemos que esos argumentos aportados, no serán rebatidos por tan “ilustrado” caballero y que tal parece ser, no tiene ni idea del alcance de su disparate; o sea, que no sabe de qué está hablando. Que recurra al insulto, como ha hecho en anteriores ocasiones, no lo ponemos en duda, es más, casi estamos convencidos de ello; ahora bien, que sea capaz de rebatir bíblicamente nuestra objeción…… pues exactamente lo mismo que hace casi un año.

Y disculpen por favor, queridos lectores, el duro tono que empleamos y que sin lugar a dudas, ustedes de ninguna manera merecen presenciar. Pero lo que estamos haciendo es evitar que sean engañados en su buena fe, por personajes de esa calaña. Porque una cosa, es que uno exponga un determinado planteamiento y en el que obviamente puede estar equivocado…... o no; pero que cuando se le señala dicha posibilidad, tiene que entrar en el debate, bien para rectificar si le prueban que realmente está equivocado y con ello aprender, o bien mediante probar lo correcto de sus argumentos, contribuir así a la enseñanza de la persona que ha presentado la objeción y por supuesto, de aquellos que sigan con atención dicho debate…… y aquí paz y allá gloria. Pero otra cosa, ya es la despectiva y contumaz actitud como es el caso, de una persona que siendo incapaz por espacio de un año de responder adecuadamente a una objeción de eminente carácter bíblico, fundamental como hemos visto para un correcto entendimiento del propósito de Jehová y que se las da de “entendido” en la materia, continúe propagando una enseñanza que se la ha señalado como falsa y que así será, mientras que no demuestre lo contrario, desmontando los argumentos que en contra de la tal se han publicado: mientras tanto, queda calificado como un falso maestro e instrumento de Satanás, porque sus enseñanzas se prueban falsas. Y personas con las que, según el registro bíblico, Jesús no se andaba con chiquitas:

Ustedes proceden de su padre el Diablo y quieren hacer los deseos de su padre. Ese era homicida cuando principió y no permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él. Cuando habla la mentira, habla según su propia disposición, porque es mentiroso y el padre de la mentira.” (Juan 8:44).

Y cierto que nosotros no somos Jesús, pero no es menos cierto, que estamos ante una enseñanza que no se ajusta a la verdad, luego es una mentira y que de forma persistente y voluntariosa se mantiene en el tiempo, luego…… ustedes mismos.

En definitiva, queridos amigos, ahora son ustedes los que tiene la soberana decisión de creerse lo que dice dicho caballero, o lo que decimos nosotros. Y ya conocen nuestro consejo: ni con los unos ni con los otros, sino que con su Biblia en la mano, analicen los contenidos, contrástenlos con lo que entienden de lo que leen en el sagrad0 registro y saquen sus propias conclusiones. De ellas, no se les olvide, algún día tendrán que responder y es que “cada uno llevará su propia carga de responsabilidad” (Gál. 6:5).

MABEL